Opinion

El implacable balance de la Feria de Cali 2017 de Mauricio Sepúlveda

El balance de la Feria de Cali de 2017 no es muy alentador, una feria oscura, como lo estuvo el cielo en la mayoría de días de feria, que se tapa un poco por la corrida final que combinó triunfo y triunfalismo.

La empresa no sale muy bien librada, se ha ido el toro, se está yendo el público y si no da un timonazo serio se le puede ir la feria de las manos. Y no es con encierros extranjeros que lo va a lograr. Miren la mala experiencia de la mini corrida de Daniel Ruiz que colaron en Lima en el inicio de su temporada.

Deben hacer mucha autocrítica, dejarse asesorar bien y mosquearse porque los apoderados de los figurines parecen estar haciendo lo que quieren en Cali.

A la empresa le falta asesoría, no hay suficiente marketing, la feria está mal vendida, no hay promoción suficiente, no se ha hecho un trabajo serio en tendidos jóvenes, cada año está yendo menos gente y este año los carteles (de toreros) eran mucho mejores que los de los dos años anteriores.

¿Por qué en Manizales si se puede y en Cali no?

¿Cuántos sabían que la corrida del día 28 era goyesca?

La empresa cree que con solo anunciar los carteles ya está. Eso no es solo tauromagia” y ya. Falta mucho trabajo previo para recuperar en algo lo que fue la feria de Cali en materia de público.

El primer cartel, el de inicio de feria, era muy pobre y una feria con la estructura como la tiene hoy la feria de Cali, que va cogiendo velocidad día con día y no es como antes que se llenaba toreara quien toreara, necesita un inicio de más categoría.

También se ve que la empresa no tiene un buen equipo de veedores de toros en el campo, ni la junta técnica funciona como debe ser. Las renuncias de varios miembros de la junta técnica deberían estar pedidas dado lo que salió al ruedo caleño. Las ganaderías están enviando toros como para cualquier plaza y no lo que debe ser para la categoría de la de Cali.

La junta técnica carga este año con el pecado de aprobar varios toros impresentables de la primera corrida de César Rincón, el segundo era absolutamente inaceptable.

Varios del fallido enfrentamiento de Fuentelapeña y Paispamba, los sobreros de González Caicedo. Lo de Salento, se sabe que ese tipo de encaste da ese tipo de toro, pero en años anteriores toros de esta misma ganadería estuvieron mucho mejor presentados que los de este año. En los cinco primeros días salieron muchos más toros anovillados que toros de verdad.

¿Qué se hizo el toro de Cali?

Dos corridas de Las Ventas del Espíritu Santo era mucho y luego lo pagaron. ¿Cómo habrá sido la negociación de las corridas de César Rincón que dieron tanto de que hablar?

Se rumoreaba en los tendidos que pagaron una corrida y media para llevarse las dos.

¿Quién es el responsable, el que compra o el que vende?

¿Esa primera corrida de Las Ventas la habrá querido vender el ganadero?

¿O fue mire lo que tengo y usted decide si la lleva?

Y si fue así:

¿Para que exponerse así ganadero?

¿Vendrían Ponce y Manzanares si no torean los toros de Rincón?

¿Hasta cuándo la empresa va a estar a merced de las figuras?

¿Por qué nunca aparecieron las edades de la primera corrida de Las Ventas y las de los sobreros de Ernesto González Caicedo?

La corrida de enfrentamiento de ganaderías ¿habrá sido pensado así o fue la forma de abaratar costos? Un experimento que no funcionó. Si a un ganadero le compran solo tres toros ¿tendrá incentivo para enviar los mejores?

No parece.

¿Se ahorrarán costos?

En el capítulo ganadero en general, toros muy mal presentados y mansedumbre rampante, excepción hecha de la corrida de Caicedo y un par de toros sueltos.

Este es el balance ganadero de la Feria de Cali 2017:

Juan Bernardo Caicedo: Muy buena corrida, completa y pareja en todo, a años luz de las demás. Toros que parecían toros, nobles, con calidad y obedientes, toro moderno de los que le gusta a las figuras, pero que solo aguantan una varita. Algunos amagaron con rajarse pero embistieron.

Achury Viejo: Bien presentados, musculaditos y parejos, buen toro Velero, el resto cortitos de raza, pero fue una corrida interesante. Sigue haciendo bien la tarea el ganadero Rocha.

Salento: Muy pequeñitos para una plaza como la caleña, otros años han salido mejor presentados. Bueno el primero que tuvo motor y recorrido, era una maquinita de embestir, el cuarto tuvo genio y desarrollo sentido, fue interesante pero no lo quisieron ver, el resto se vino abajo muy pronto. Queda en deuda.

Las Ventas (2do día): Mejor presentados que el primer dia pero muy flojos y sin fuerza. El primero noble pero se caía. Dos devueltos por lo mismo. Algo pasa en la ganadería de César Rincón.

Paispamba: Trajo tres toritos por cumplir y así le fue. Nada destacable

Fuentelapeña: Más de lo mismo, siguen sin encontrar el rumbo. El sobrero un toro feo y manso en extremo.

Las Ventas (1er día): Impresentable, así sin más. No debió venir esta corrida.

En el capítulo de matadores de toros

Sebastián Castella: Estuvo muy bien, en otra tónica, más pausado, más relajado, toreando despacio, cuatro naturales lentos para el recuerdo. Cuatro orejas en su esportón y es el verdadero triunfador de la feria.

Luis Miguel Castrillón: La gran revelación, sale lanzado de la feria. Muy torero y con muy buenas maneras, estuvo centrado y toreó con mucha calidad.

Luis Bolívar: Más cuajado y asentado, sus faenas ya no caen en los baches de antes. Sigue siendo la insignia de la torería colombiana. Lástima el fallo a espadas en el quinto de la última tarde.

Enrique Ponce: Una actuación de las típicas suyas, queda como un maestro frente a toros sin fuerza y sin casta en los que tiene que ejercer de enfermero, cuidador y perseguidor de toros. La gente salió encantada pero…

Roca Rey: El presidente le ayudó a salvar su feria en el último minuto, el primer día un veterano de 27 años de alternativa le dio un repaso solemne, así fuera ante toritos sin fuerza. En la segunda tarde salió con muchas más ganas, mostró su acostumbrado e inverosímil valor y ciertos muletazos de calidad. No mató bien por apresurarse. Igual sigue siendo el que lleva gente a la plaza, eso es innegable.

Guillermo Valencia: Aunque ha perdido su fulgor novilleril, se mostró serio y responsable en su alternativa, aprovechó las embestidas del único toro presentable y toreable del primer día de Las Ventas. Le regalaron una oreja de las dos que se llevó. Hay que ver su evolución.

David Mora: Con clase pero sin mucho ajuste, es un torero que combina bien en los carteles. Mató mal y perdió trofeos por eso.

Manzanares: ¿Habrá pedido él, o su apoderado la corridita de Las Ventas? Muletazos con clase pero ante esos toritos, le restan categoría. Se llevó una paliza fuerte.

Jesús Enrique Colombo: No mostró mucho, un torero joven y con el empuje que dicen que tiene debió hacer algo más con toros que eso sí no le facilitaron mucho las cosas. Debió mostrarse con más ganas.

Cayetano: Es un torero muy básico, le vinieron anchas las embestidas desacompasadas de los toritos de Rincón. Le regalaron una oreja.

López Simón: Sigue sobrevalorado. Gris y mecánico. Es un torero que ni es diferente ni marca diferencia. No dijo nada en esta feria.

Miguel Angel Perera: Absolutamente desganado y desconocido, no quiso ver al de Salento que tenía genio para dar y vender, cinco avisos es demasiado para una figura. Cuando quiso torear a su primero lo hizo muy despegado y desplazándolo para fuera en todo momento.

Juan José Padilla: Voluntad y no más, mucho toreo despegado y vulgar.

Sebastián Ritter: Muy verde, estuvo a merced de sus toros. Con solo valor no es suficiente.

La actuación de los subalternos

El personal subalterno estuvo bien, destacar a Garrido, a Rafael Torres en la pica (cuando se pudo picar), Raúl Morales está mucho más serio y reunido en sus pares, Chiricuto y El Piña consolidados. Santana pasado de rosca en algunos toros no estuvo en el tono brillante que acostumbra. Buenos pares de Angel Otero.

La presidencia festiva y derrochona

La presidencia estuvo demasiado amable, derrochona y festiva. Regaló orejas e impuso la nueva moda de los dos pares de banderillas para “cuidar” a los toritos.

El público ha dejado de asistir a la plaza, escoge el cartel de fuste y al resto no van. Sigue siendo festivo y alegre, que es característica de la plaza, y guarda silencios que antes no se daban.

En resumen

 En resumen, está Feria de Cali fue una feria oscura, sin sol, sin toro y con poco público, que lava su cara por la corrida final pero que amerita una profunda reflexión tanto en la afición, como en la prensa especializada caleña y nacional y aún más para los miembros de la junta directiva de la empresa.

Cali es una feria entrañable y querida que hay que recuperar porque de seguir así la llevaran a su mínima expresión en número de festejos y en la calidad del espectáculo.

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Todas las crónicas:

En Cali… Oscuro inicio de la Feria caleña

En Cali… Castrillón toca el cielo de la sultana

En Cali… En tarde de regalos y toros mal presentados sale a hombros Guillermo Valencia

En Cali… ¡Sin toro no hay fiesta!

En Cali… ¿En donde quedó el toro de Cali?

En Cali…Triunfal cierre de una feria oscura

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Foto: Plaza de Toros de Cali

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