Opinion

La Plaza de Toros de Mérida… 53 años de historia y vida taurina

Este próximo martes 8, la Plaza de Toros Monumental de Mérida, el cual lleva el epónimo de Román Eduardo Sandia, arriba a un año más, es decir 53 años, de haber sido inaugurada en el marco de lo que fue denominada la Feria de la Inmaculada.

Sería un 8 de diciembre de 1967 cuando en horas de la nublada mañana emeritense entraría en otro ámbito la historia taurina de la ciudad.

Se dejaba funcional para el planeta taurino con un cartel de lujo por la tarde del día siguiente, uno de los ruedos de mayor trascendencia en el calendario taurino nacional, y una de las citas feriales de referencia en la temporada americana.

A tal punto de llevar denominación de origen propia, pues en ella desde hace 51 años (1969) se escenifica el que se le ha llamado el Carnaval Taurino de América, o lo que tradicionalmente se le ha nombrado la Feria del Sol.

Aquella mañana del 8 de diciembre de 1967 todo estaba preparado para que los toros colombianos de don Achury Viejo (Benjamín Rocha) y Félix Rodríguez fueran lidiados al día siguiente, sábado 9 de diciembre de ese año, por los espadas César Faraco y los españoles Manuel Benítez El Cordobés y Francisco Rivera Paquirri.

El detalle que la tromba de agua caída a pocas horas de comenzar ese sábado el festejo, anegó el ruedo y dejó la inauguración formal pospuesta para la mañana del día siguiente, domingo 10 de diciembre de 1967, cuando finalmente se partió plaza y dio comienzo a la gran historia que alberga nuestra bella y coqueta plaza de toros merideña.

De esta tarde inaugural tenemos que el primer toro lidiado se llamó Merideño, número 608 con 432 kilos del hierro de Rodríguez. El primer capotazo lo dio César Faraco, la primera vara la ejecutó el picador venezolano Rigoberto Bolívar. El primer par de banderillas las colocó Carlos Saldaña (+); la primera oreja fue cortada al quinto toro del festejo, Campanero, número 84, concedida a Paquirri, bajo la organización empresarial del todopoderoso Manolo Chopera.

Ese mismo día por la tarde, Paco Camino corona el primer gran triunfo en esta plaza al desorejar al segundo astado de su lote, al lado de Curro Girón (oreja) y Julio Aparicio, además del rejoneador Juan Cañedo, despachando toros de Ambaló.

Por su Patio de Cuadrillas y con un aforo aproximado en sus escaños de poco más de 16 espectadores cómodamente sentados, han desfilado la mayoría de máximas figuras del toreo del último medio siglo y con ello también lidiados las más encopetadas ganaderías nacionales, colombianas, mexicanas y españolas, lo que llena de orgullo, pues ha sido testigo su afición de triunfos han dado seriedad y trascendencia al toreo local y nacional, en una época.

Actualmente la plaza luce en muy buen estado, a pesar de su poco uso y provecho para espectáculos de toda índole que ha sido escenario, no solo exclusivamente en el ámbito taurino.

Es asiento además, de una de las escuelas taurinas de más tradición en el occidente venezolano, e igualmente de una de las bibliotecas taurinas no del todo del provecho de una afición emeritense que tiene en ella asiento de un vasto centro de cultura y fomento del arte del toreo.

Más de medio siglo de historia viva taurina, que esperemos se mantenga en el tiempo.

¡¡¡Felicidades cumpleañera!!!

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@rubenvillafraz  

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