Crónicas

En Puentepiedra… Robleño y De Castilla vencen la crispación de la cornada a Moreno Muñoz

Puentepiedra, Colombia. Con muy buena entrada, casi lleno en los tendidos, se celebró la corrida de la Independencia. Se lidiaron tres toros de Mondoñedo, complicados y sin clase en sus embestidas y tres de Santa Bárbara que se dejaron y tuvieron movilidad.

Fernando Robleño: Saludo desde el tercio, vuelta al ruedo y dos orejas en el que mató por Moreno Muñoz

Juan de Castilla: Oreja y palmas tras aviso

Moreno Muñoz: Resultó herido

Detalles:

Moreno Muñoz resultó herido en el cuello en una aparatosa cogida que alarmó mucho a todos los asistentes al festejo y de la que esta siendo asistido en un hospital cerca de Bogotá.

Parte médico:

Paciente que ingresa en traslado primario por herida transversa por asta de toro en zona II central de cuello lineal, de aproximadamente 6 cm de longitud que desgarra piel tejido celular subcutáneo, músculos pretiroides con trayectoria ascendente de aproximadamente 12 cm lesionando por desgarro y arrancamiento glándula salival submaxilar derecha y destrozo de la musculatura del piso de la boca del lado derecho, con orificio de salida en cavidad oral sublingual, evidenciando gran edema a ese nivel y sangrando de estructuras musculares y glandulares comprometidas. Al realizar exploración quirúrgica se evidencia adecuada integridad del paquete vasculonervioso cervical y superficial, y nervio neumogástrico indemnes, laringe y tráquea sin aparentes soluciones de continuidad, esófago sin aparente lesión. Se traslada para intervención quirúrgica”.

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- Moreno Muñoz en el momento del dramático percance
– Moreno Muñoz en el momento del dramático percance

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Buena entrada y buen ambiente aunque un poco mas de claros que en otras ediciones de esta corrida de independencia que resultó accidentada y con dos partes bien marcadas dado que se lidiaron en los primeros tres turnos los tres toros de Mondoñedo y en los tres últimos los tres de Santa Bárbara que tuvieron un comportamiento bien diferente.

Los de Mondoñedo muy ásperos y sin clase en sus embestidas, definitivamente se corrobora que alguna tecla movieron en la selección de la ganadería y el resultado no ha sido el mejor, ya van dos años que los mondoñedos no tienen el mismo empuje de antes y ahora se suma una fea brusquedad en las embestidas que resultan muy complejas para toreros de poco bagaje. El primero empujó bien en el caballo aunque se repuchó un poco en la segunda vara, el segundo  cumplió en una muy buena vara de Cayetano Romero y el tercero manseó descaradamente en los montados aunque luego en la muleta cambiara su condición.

La fuerte cornada a Moreno Muñoz también marcó la ríspida primera parte porque el ambiente se tornó crispado y tenso, la gente corrió despavorida en los tendidos para saber lo que había ocurrido con el rollizo torero porque al principio se temió algo muy grave, luego las noticias que llegaban de los bajos de la plaza fueron menos preocupantes.

La segunda parte resultó más agradable porque los de Santa Bárbara salieron con calidad de dulce, bonancibles, cornicorticos y repetidores aunque intercalaran algún que otro cabezazo, pero permitió que Fernando Robleño se estirara y hasta se gustara en especial por la mano derecha en una faena que seguro desempolvó de su alma después de tragar tanto ricino todos estos años. La presidencia exigió que se pusieran dos varas a todos los toros y eso le quitó algunas embestidas a un par de los del capitán Barbero.

Fernando Robleño salvó la papeleta a última hora y con el toro que hubiera correspondido a Moreno Muñoz porque en sus dos primeros hubo más bien poco. En el primero de Mondoñedo no hizo gala de su consabida fama de “matafieras” porque tomó todas las precauciones posibles pasándose muy lejos al complicado toro, tirando líneas y abusando del pico, Robleño no era Robleño, o más bien aplicaba toda la experiencia que la da conocer este tipo de toros complicados para no exponer ante un toro como ese y parecer que sí. Mató de tres cuartos de espada y saludo desde el tercio.

En el segundo se llegó a estirar en algún muletazo estimable pero su labor supo a poco, más cuando era él la base del cartel y a quién habían promocionado en redes sociales con aficionados soñando con su triunfo. Faenita derechista y aseada, por el izquierdo nada, en la que perdió un seguro trofeo por apresurarse con el descabello. Dio una vuelta al ruedo.

En el último de la tarde Robleño si se destapó con todo, finalmente, con una buena y maciza faena en especial por la mano derecha en la que como reseñábamos hasta se gustó y se sintió, el toro se movía por donde Robleño mandaba y un par de series resultaron logradísimas por el temple que le imprimió el ya sonriente torero. Mató de estocada efectiva y las dos orejas llegaron para beneficio de todos.

Juan de Castilla tuvo la responsabilidad de rencausar la corrida después de la crispación que generó la cornada de Moreno y a fe que lo logró, mediada la faena la gente había vuelto a calmar sus espíritus y volvió a sentarse, la muleta de Juan  apaciguó todo, incluso la embestida inesperada del negro de Mondoñedo, que había cantado la gallina en varas y resultó a la postre la más franca de los de los Sanz de Santamaría. Juan estuvo bien y muy firme de espíritu, supo leer el momento y provocó un alivio general. Ricardo Santana, tal como hace un año, también le había ayudado a domeñar la embestida del Mondoñedo. Dos series vibrantes metieron la gente a la canasta, mató de estocada muy caída en la que se salió un poco de la suerte y eso le quitó el segundo trofeo, pero la gente respiró y eso ya era suficiente.

En el quinto de la tarde Juan inició muy asentado, dejando llegar de lejos al toro y vinieron dos buenas tandas por la mano derecha que permitía pensar en un nuevo triunfo sonoro del paisa, pero con la izquierda no hubo acople con el de Santa Bárbara y la faena perdió fuelle y norte. Mató de estocada entera que el toro se tragó y se emborronó todo por apresurarse también con el descabello.

Moreno Muñoz pechó con un geniudo y complicadísimo toro y su poco rodaje no fue suficiente para someterle, ya había hecho suficiente con estar digno pues el toro protestó desde la tanda inicial en un berreo que evidenció que el toro no iba a permitir nada fácil.  A partir de ahí protestó en todas las embestidas y a Moreno la faltó darle sitio, por el izquierdo ni soñarlo. El toro se orientó muy rápido y lo mejor era pasaportarlo. Moreno pinchó tres veces antes de dejar la espada en las carnes del castaño pero vino la cornada, de esas de espejo que espantó a todos, afectó la garganta y el paladar, según decían no podía hablar, solo queda esperar que se recupere bien.

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