En Bayonne… Castella, cuatro orejas para unas bodas de plata
Crónica de Laurent Lucasson
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Bayonne. fiesta taurina. Cuatro quintas partes del coso. Clima: azul claro, 30°, brisa ligera. Toros de Domingo Hernández -3º y 5º- Jandilla -1º y 4º-, Pedraza de Yeltes -2º y 6º-. 13 picas, caballería de Bonijol.
Sébastien Castella -en solitario-: Silencio con aviso, silencio, silencio con aviso, oreja con aviso, dos orejas y oreja con dos avisos.
Sobresalientes: Álvaro de la Calle, Antonio Fernández Pineda.
Detalles
Presidente: Christophe Robin
Sèbastien fue invitado por el público a saludar después del paseo.
Saludó José Chacón tras banderillear al cuarto.
Duración: 3 horas
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Prólogo
Seis toros para su aniversario. Para celebrar veinticinco años en de alternativa, Sébastien Castella, decidió encerrarse en solitario con seis toros de tres ganaderías diferentes en la plaza de toros de Bayonne, con la que ha sentido una conexión especial desde el principio. Un matrimonio de amor más que de razón con la ciudad del chocolate, en donde no ha vaciolado para conseguir un nuevo triunfo.
Resumen
Nunca es fácil dominar la encerrona, ni para el protagonista, ni para los organizadores, ni para el aficionado. Para añadir variedad, los organizadores vascos y el maestro de Béziers decidieron de común acuerdo elegir tres criadores de toros. El andaluz de Jandilla y los del campo charro de Domingo Hernández y Pedraza de Yeltes estuvieron en el menú.
Los trapíos eran homogéneos sin excesos en las cabezas.
En cuanto a su comportamiento, los tres primeros eran nobles y de fuerza limitada. El cuarto y el quinto tenían una embestida más emotiva. El último era casto. La caballería de Alain Bonijol no tuvo demasiados problemas esta noche. Los tercios de picas se redujeron al mínimo reglamentario.
Nuevo triunfo de Bayona
Para Sébastien Castella, el resultado final fue un éxito con otro triunfo, para esta fecha que quería fuera importante en su temporada. Hubo de todo durante la noche. Primero, frustración, con tres toros débiles y una espada defectuosa.
La merienda sin duda permitió a los franceses reorganizarse y abordar el segundo acto de la mejor manera posible, cortando la primera oreja del colaborador Jandilla. El tono subió de nuevo con el noble Domingo Hernández. El público apoyó al maestro y exigió ambas orejas.
El segundo acto fue bastante generoso, aunque popular. Finalmente, el último llegó y finalmente aportó emoción a una velada que sin duda carecía de ella. Pedraza estuvo encastado y embistió muy bien. El final fue largo, el toro buscó las tablas. Llegó la única espada entera de la noche y arrió la bandera final.
La apuesta le salió bien a Sébastien, quien se marchó con cuatro orejas y pudo ir a firmar los capotes que amablemente ofreció a los niños presentes esta noche. El público, que apoyó al torero toda la noche, ya pudo regresar al petit Bayonne. La fiesta seguirá a pleno rendimiento durante dos días más.
Los toros
Tirano No. 28 Jandilla
Presentación correcta, toro noble débil y no con gran raza, el puyazo apenas colocado, algunos aplausos.
Burrecato n°59 Pedraza de Yeltes
Dentro del tipo de la casa. Alto colorado, sin bravura durante el tercio de varas, se acabó rápidamente durante la faena. Silencio.
Saqueador n°126 Domingo Hernández
Correctamente presentado, el tercio de varas fue anecdótico, era noble pero le faltó fuerza, aplausos leves.
Cultivado No. 103 Jandilla
¡Una presentación decente! Empezó con entusiasmo, pero no empujo los dos encuentros. Finalmente, un toro embistió con algo de fuerza, lo cual fue mejor de inmediato. El toro bajó el tono al final de la faena. Aplausos.
Sensación n°101 Domingo Hernández.
Sin mucha presentación, sin mucho bajo el hierro, el toro se embistió a la muleta del toro de Béziers. Aplausos.
Niñoso n°16 Pedraza de Yeltes
El más pesado de la noche causó sensación nada más salió al ruedo. Tres hermosas arrancadas desde el centro de la arena. Sin embargo, Pedraza no empujó bajo el hierro. Era encastado. Estuvo muy bien con el pitón derecho. Es una pena que al final, buscara las tablas. Aplausos.
El torero
Sébastien Castella salió de la arena de Lachepaillet por la puerta principal tras su primera encerrona en el suroeste. Quería celebrar su aniversario así, y fue todo un éxito. Desde los primeros lances con el capote, sentimos su deseo de ir despacio, pero con seguridad. Estamos en una maratón, y es importante gestionar el esfuerzo.
Lo más difícil del reto de la noche fue darle variedad para no cansarse. Para ello, Sébastien realizó diferentes quites, colocó las banderillas con José Chacón y Rafael Vioti en el quinto, y realizó diferentes prólogos de faena, con doblones, sentado en las tablas, en el centro para pasarlos por la espalda. La más impactante fue en el quinto con los pies juntos hundidos en la arena realizó pases por alto, sin moverse ni un centímetro.
Por lo demás, las faenas se basaban en los mismos principios. A menudo con la mano derecha, las largas faenas terminaban en plazas más pequeñas. Una corrida de dominio que el francés amaba. La corrida más interesante fue la final, con un toro de Pedraza que no estaba para ser vencido. Y fue al anochecer cuando vivimos el mejor momento de esta encerrona.