En Valencia… Los ojos de Andrés

Thierry Reboul 17 marzo 202418 marzo 2024 España, Por Thierry Reboul

Valencia. Domingo 17 de marzo 2024. 7º festejo de Fallas 2024. Lleno de “No Hay Billetes”. Los espectadores no dieron la impresión de tener calor. Toros de Jandilla y Vegahermosa -4º-; doce picotazos; vuelta al tercero, los toros se fueron a menos.

José María Manzanares: Oreja y silencio.

Alejandro Talavante: Silencio y silencio.

Andrés Roca Rey: Dos orejas con aviso y oreja con aviso.

Detalles:

Presidente: Jesús Merenciano -excelente durante toda la corrida-.

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Andrés Roca Rey, en dos corridas de toros, marcó el inicio de su temporada en Valencia. Saliendo a hombros, fue llevado hasta su hotel. Recordaremos su faena al tercero de Jandilla que ha sido de gran poder.

Manzanares, siempre tan cauteloso, le cortó una oreja mientras mataba rápidamente a la primera. Talavante quiso pero el sorteo le resultó desfavorable.

Otro gran protagonista de esta corrida, en el palco, Jesús Merenciano, a través de su autoridad, mantuvo la seriedad de esta tarde que, gracias a él, fue triunfal sin ser triunfalista.

Los toros

Después de dos toros interesantes, llegó un colorado discreto pero excepcional en el tercer tercio. Permitió a Roca Rey realizar una faena extraordinaria. El encierro de Jandilla pasó luego a menos. El sexto al que muchos toreros no les hubiera servido de nada. Tuvo la suerte de lidiarlo un gran Roca Rey.

Los toreros

José María Manzanares cortó una oreja a un toro noble y con motor, pero justo en fuerza, al final de una faena esencialmente por la derecha, el lado más favorable del toro de Jandilla. Como suele ocurrir, el alicantino optó por el pico y centrarse en la estética. Las pocas veces que centró fue alcanzada su muleta. Como siempre Manzanares mata rápido. Difícil pasar por un Manzanares cauteloso y envejecido después del ciclón Roca Rey, el cuarto protestó y no transmitió nada. La faena se dirigió rápidamente a menos.

El segundo Jandilla se apagó repentinamente en la primera serie de derechazos. Pese al deseo de Talavante, la faena se fue a menos antes de empezar. El golpe de la espada es un modelo en su tipo, incluso si tarda un poco en surtir efecto. No hubo mucho que ver con el quinto querencioso con genio.

El tercero, nada destacable para el caballo, tuvo una nobleza picante que transmitió una emoción vibrante. Y como, Roca Rey, es un gran lidiador y un torero dominador la faena fue eso, una gran faena. La última serie con la izquierda resultó magnífica, la de la derecha que prosiguió ha sido la ilustración de lo que significa la palabra dominación. Los últimos muletazos en terrenos muy en corto, hicieron que el público se pusiera de pie y ambas orejas fueron merecidas. Nueva demostración de poderío y clase ante un sexto manso, Roca, perdió el doble trofeo por la espada y tuvo que conformarse con una sola oreja.

Toro a toro

Suberviso de Jandilla para José María Manzanares

El primero, correctamente presentado, tuvo dificultades para fijarse en el capote de José María Manzanares; claudicó hasta dos veces antes de que los piqueros entraran a la arena. En el primer encuentro, el toro de Jandilla puso sólo un cuerno. Al estar justo de fuerzas, fue breve el segundo. A, Talavante le correspondió el quite y lo hizo por chicuelinas recibiendo una gran ovación. El toro fue noble y embistió con clase lo que permitió al torero trazar una primera serie de derechazos con encanto.

Pero perdía las manos si Manzanares le obligaba en exceso por abajo. Los siguientes muletazos son estéticamente soberbios pero tres de cada cuatro eran con el pico. A la izquierda, el torero alicantino estuvo en dificultades porque el toro protestó con ese cima. De vuelta a la derecha, la última serie fue la más centrada y el de Jandilla aventó a José María en el cuarto muletazo. La espada quedó muy contraria pero, paradójicamente, muy eficaz. El alicantino cortó la primera oreja de la tarde.

Orientador de Jandilla para Talavante

Talavante recibió al segundo con faroles. Acudió al primer primer puyazo y el de Jandilla se defendió sobre un pitón. También estuvo justo de fuerzas, no le picaron mucho durante el segundo encuentro. Roca Rey hizo un buen quite con chicuelinas y tafalleras y concluyó con una media. El toro era noble. Talavante comenzó su faena con pases por alto.

El torero citó de cerca a un bicho que pronto se quedó parado desde los primeros derechazos. Por la izquierda, los naturales son “elegantes” pero el toro no avanzó y la emoción faltó en el ruedo. El toro se apagó por completo y el torero pacense acabó yendo por la espada. Buena ha sido la ejecución y poco no fue efectiva; Talavante tuvo que descabellar. Silencio.

Leguleyo de Jandilla para Andrés Roca Rey

El tercero fue diferente morfológicamente a los dos primeros. Fue mucho menos aleonado. Se asentó más rápido cuando Roca Rey lo recibió con el capote. Por otro lado, al igual que el primero, resultó justo de fuerzas y no se empleó en caballos. El público respondió con una ovación al brindis peruano quien inicia su faena con cambiadas de rodillas.

El toro que fue noble, repitió. Como es habitual, aguantando los primeros derechazos. Tanto en la derecha como por la izquierda el de Jandilla, ha acudido parecido a un toro de Rincón-Núñez, no cedió. Esta característica le sienta bien al peruano, evidenciando su gran tauromaquia.

Roca Rey toma el mando y la serie de naturales resultó soberbia en poder y dominio. La faena fue a más con derechazos templados. El toro queda dominado y el torero pudo reducir las distancias para una gran serie final. Existió petición de indulto que planteó un problema dado el mal primer tercio. Gracias a Roca Rey el toro pudo durar. El presidente ordenó el primer aviso, bien hecho señor Merenciano. El torero entró a matar, dejando media baja. El toro murió en el centro del redondel. Dos orejas y pañuelo azul.

León de Vegahermosa para José María Manzanares

El cuarto, bien hecho, estuvo en el tipo de Jandilla. Al mismo tiempo que mete los riñones, se defendió al sentir el primer puyazo durante el primer encuentro. El segundo se limitó a un picotazo. Al inicio de la faena, el de Jandilla protestó un poco. José María Manzanares dio los primeros derechazos con el pico de la muleta. El Jandilla empezó a meter la cabeza pero al tercer muletazo la debilidad le hizo caer. Manzanares levantó la mano y el bicho volvió a protestar durante la siguiente serie. A la izquierda, el animal no quiso y el torero volvió al otro pitón. Al final, a a la faena le faltó transmisión y fue a menos. Un pinchazo precedió a una entera contraria pero suficiente. Silencio.

Juanjalimpio de Jandilla para Talavante

El quinto fue cinqueño. Estuvo bien hecho e incluso fue el más chico de todos. Se frenó en el capote de Talavante. No hay mucho que recordar del primer tercio, el toro ha sido manso pero persiguió a los banderilleros hasta las tablas. En los primeros muletazos el toro intentó huir, luego regresó y atacó a la muleta con violencia y genio en cuanto estuvo en la querencia. Talavante lo toreó en las tablas. Este no fue el tipo de toro que conveniente para la tauromaquia del torero, unos muletazos más y luego tomó la espada. Un mete y saca precede a una trasera entera. El toro tardó en caer y Talavante tuvo que coger el verduguillo.

Veneno de Jandilla para Andrés Roca Rey

Roca Rey buscaba el gran triunfo y quería marcar el inicio de su temporada. Así que recibió al sexto a porta gayola de rodillas. El de Jandilla que fue alto, estuvo bien armado. Las chicuelinas de recibo confirmaron las intenciones del torero peruano. El bicho comenzó a defenderse en el caballo y luego empujó con los riñones durante el primer encuentro. El segundo puyazo fue corto y ligero. La expresión del rostro de Roca Rey dijo mucho de sus deseos incontenibles por triunfar cuando cogió la muleta.

Silencio total en la plaza e inició la faena por estatuarios. El toro fue noble pero no sólo eso. El torero le situó en el centro del ruedo y le impuso dos series de derechazos poderosos, corrigiendo su tendencia a aventar un cderrote al final del pase.

Con la izquierda, el peruano fue todavía más que dominante -si cabe-. Impuso su faena a un toro que en otras manos ya estaría en las tablas y además lo hizo con clase y hasta al ritmo de la música. El de Jandilla huyó, la serie de la derecha que sigue quedó enganchada. El Maestro reanudó y los siguientes naturales ha sido magníficos.

¡Qué emoción!

Con un pequeño guiño, el peruano concluyó su faena con luquesinas de gran categoría. El triunfo está al final de la espada. La mitad quedó ligeramente delantera y caída. Surtió efecto rápidamente. Con gritos de “¡torero!, ¡torero!”, el público pidió las dos orejas. El Presidente sólo concedió una teniendo en cuenta, con razón, la espada.

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