En Aguascalientes… La mecha sin arder
Aguascalientes. Domingo 17 de marzo 2024. Quinta novillada de la temporada, Plaza de Toros San Marcos. Tres cuartos de aforo, se lidiaron novillos de Espíritu Santo, desiguales en presentación. Débiles y complicados en términos generales, destacó el sexto que recibió palmas en el arrastre.
Daniel Prieto: Leves palmas y oreja
Andrés García: Palmas y palmas
Kevin Loyo: Al tercio y vuelta al ruedo
Detalles:
El picador Efrén Acosta fue multado por no atender las indicaciones de la autoridad.
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La tarde en la San Marcos tuvo solamente leves destellos de torería, llamaradas breves que dejaron la mecha de los triunfos rotundos sin arder.
Andrés García con avances en su toreo y detalles finos mientras que el debutante Kevin Loyo tuvo una actuación entre lo melódico y lo estridente.
A Daniel Prieto le otorgaron una oreja que pronto pasará al olvido. Una vez más los trofeos entregados por el biombo de la autoridad son regalados a la complacencia de un público festivo que con tal de brindar y armar revolú son capaces de solicitar premios luego de faenas carentes de redondez.
Hasta el juez de plaza César Pastor, luego de otorgarla miraba a sus amistades a lo lejos y con ademanes señalaba que había que darla porque era lo que la gente quería y sí, así lo indica el reglamento, pero también debe imperar el criterio del juez y su función de otorgar premios sólidos, tanto para orientar a los desentendidos como ponerle un precio alto a una oreja ganada en la centenaria.
Y no es que Daniel Prieto haya tenido una mala tarde, pero tampoco fue trascendente. Al primero de la tarde, Bengala, lo recibió rodillas en tierra en el centro del redondel para pasárselo con larga cambiada. De pie algunos lances ante un novillo que en un inicio fue pronto y atento. Fuerte la pelea en varas donde el piquero se ensañó haciendo caso omiso a las indicaciones de la autoridad y dándole mucha vara. El novillo salió del encuentro con poca fuerza. Andrés García hizo uso de su turno en quites y lanceó por verónicas, mientras que Prieto replicó por Saltilleras.
El torero hidrocálido Daniel Prieto cubrió con facilidad en tercio de banderillas siendo aplaudido. Ya con la muleta comenzó por doblones y despidiendo por alto, luego con la diestra una primera tanda lenta, pero al novillo le pudo más la debilidad, Prieto continuó insistiendo por ambos lados, pero ahí ya no había una historia que contar, algunos muletazos más sin transmisión, manoletinas para finalizar y media espada muy caída y tendida para irse entre leves palmas.
El segundo de su lote se llamó Granadino, otro novillo que de inicio prometía por su alegría, Prieto se puso de rodillas junto a tablas para saludarle con el envés del capote, esta vez poca fue la vara y aun así el astado salió débil del encuentro.
Nuevamente cubrió con efectividad el tercio de banderillas y llegado el tercio final el novillo se arrancó de largo para que Prieto se lo pasara por en cambiado por la espalda, luego una tanda por la diestra a mediana altura rematada con el pase de pecho. Le dejó la muleta e intercaló unas veces pases de calidad otros sin ecos, el novillo terminaba con la cara arriba y a doblar las extremidades.
Por izquierda apenas si lo probó, de ahí un vaivén sin emoción con tonos desangelados. Mató de medio espadazo y se llevó fuerte golpe en el pecho del q salió ileso, con eso tuvo la galera para pedir el trofeo que fue otorgado sin pena ni gloria.
Andrés García esta vez tuvo su propia luz, regresó a la San Marcos en un plan de mostrarse como su propio yo y no como el hermano de. Ante el primero de su lote un astado bien presentado lanceó bien a pies juntos. En varas muy mal picado, excediéndose en el castigo. Con la tela carmesí comenzó por alto, junto a las tablas para luego sacarlo a los medios.
El novillo no le presentó comodidades, al contrario, unas veces embestía suave, otras le rebrincaba, a lo que García tuvo que imponerse y aguantar en la cara haciéndole pasar, rematando por alto, los cambios de muleta por delante todo en un breve espacio, cambiándole los terrenos, bajándole la mano, cruzándose quedándose en la cuna hasta conseguirle los pases a base de insistencia, pero la espada no estuvo de su lado, falló en varias ocasiones hasta deshacerse de él y escuchar palmas.
La misma actitud de triunfo tuvo con Guardián el quinto novillo de la tarde, uno muy justo de presencia. Lanceó Andrés García por verónicas lentas, poca vara en los caballos y posteriormente quitó por chicuelinas. Con zapatillas fijas en la arena el torero queretano se lo paso en pases por alto, luego a manos bajas llegaron pasajes interesantes, los desdenes y los cambios de muleta muy toreros, una tanda más por naturales hasta ese momento de lo más serio que se registró en el ruedo sanmarqueño.
Más derechazos lentos y ya se le quedaba a medio viaje, protestándole, pero García le dejó la muleta en los belfos para tirar de él y hacerlo pasar, se quedó en zona peligrosa hasta que le alcanzó con los pitones alzándolo del piso, regresó luego de la fuerte paliza para seguir en pie de lucha, pero sus múltiples fallas con la espada le impidieron el corte de los premios, pinchazos y estocada para irse entre palmas.
Kevin Loyo debutó en la San Marcos dejando cierto interés entre la afición. El joven tiene maneras, pero se entiende que aún no define su estilo, ya que unas veces lo pudimos ver en plan de seriedad corriendo bien la mano y otras decantándose por el torero a la galera que siempre es más efectivo para ganarse al público neófito.
Con su primero Duende Rojo, un castaño de salida alegre y que cumplió bien en varas el joven novillero estuvo muy breve con la capa. Con la muleta comenzó por doblones pero las fuerzas le escasearon al de Espiritu Santo, Loyo unas veces logró meterlo a su muleta alargando por derecha, girando en la cara del astado y rematando por alto, pronto el novillo se quedó corto y le faltaron las fuerzas. Intermitencias en la labor de Loyo, siempre en plan de persistir, aguantando quedándose en la cara muy dispuesto, pero sin más. Mató de varios pinchazos y estocada para saludar en el tercio.
Agua de Nieve se llamó el sexto del festejo que tuvo que ser regresado a los corrales puesto que al rematar en un burladero se descornó. Salió en su lugar Caminito un astado muy justo de presencia al que Kevin Loyo recibió con larga afarolada de rodillas a la vera de las tablas, de pie verónicas, chicuelinas y revolera de estilo para escuchar fuertes olés. Nula, de verdad inexistente fue la puya, ni siquiera le partieron el pelo.
Loyo, lanzó la montera, el astado se arrancó de largo y se dibujaron las zapopinas y revolera. Rodillas en tierra comenzó su labor muleteril, luego de pie prosiguió por alto, la debilidad se hizo presenta, como todo el encierro. Loyo por derecha largos pases y remates con serenidad, ese lado era peligroso advirtiéndole al despojarle de los avíos.
Otra vez una tanda con tranquilidad y seriedad pero llegó la voltereta y ahí cambió el rumbo de su labor, regresó a la cara del novillo y el arrebató juvenil ganó la partida, muletazos sin estructura, muchos rodillazos, engolosinándose al tomarse de los cuartos traseros ante la algarabía de los tendidos que exigieron, se tocara la Pelea de Gallos, para que acompañara a Loyo que ya a esas alturas había perdido la melodía relajante, serena y la había cambiado por lo estridente de una labor impetuosa dedicada a los que querían jolgorio. Mal con la espada, muchas fallas. Salió a saludar en el tercio y porque estamos en pre feria quizá para comenzar con la verbena se dio la vuelta al ruedo.
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