En Manizales… Largas (excesivas) orejas y un toro de primera

Miguel Manzanares 13 enero 202413 enero 2024 Colombia, Por Miguel Manzanares

Monumental plaza de toros de Manizales, Colombia. Sábado 13 de enero de 2024. Sexto festejo de la temporada taurina de la capital caldense en su edición 69, correspondiente a una corrida de toros. Se lidiaron cornúpetas de la dehesa de Las ventas del espíritu santo, encaste Parladé con procedencia del Marqués de Domecq, bien puestos de caras, dispares de hechuras y comportamiento, destacando tercero y quinto, este último premiado con vuelta al ruedo.

Alejandro Talavante: Silencio y oreja -larga (excesiva)-.

Emilio de Justo: Silencio y saludo.

Tomás Rufo: Palmas tras aviso y oreja -larga (excesiva)-.

Detalles:

El subalterno ibérico Sergio Blanco, quedó herido, en el tercero de la tarde, por un accidente con la espada del descabello.

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Con una entrada superior a los tres cuartos de plaza se dio inicio a uno de los festejos de mayor interés en los carteles de la Temporada caldense, al reunir tres de los toreros recurrentes del escalafón europeo: Alejandro Talavante, Emilio de Justo y el joven Tomas Rufo; dada su condición de “figuras”, era de esperarse que el toro se amoldará a sus necesidades, y para ello la empresa recurrió a los astados del diestro Cesar Rincón; toros para torero, toros hechos para la fiesta contemporánea.

Empero, aunque los dos primeros auguraban una corrida de mansos, el encierro tomó un tinte interesante, un carácter alegre que despejó la sosería e imprimió un sello de seriedad, en especial destacando el herrado con número 815, un tío llamado Dalia, homónimo de aquel pupilo de Victoriano del Río que de la mano de José María Manzanares protagonizó una faena histórica en la corrida de la beneficencia del año 2016.

Este Dalia, que vino a tomar el eco una tarde de enero en las tierras caldenses, saco todo de sí ante Emilio de Justo que apelando a su experiencia y talento desperdigo emociones por cada rincón de la plaza; definitivamente un toro importante que, en el decir del buen Emanuel Sánchez, puede ser el toro de la feria.

Así las cosas…

Alejandro Talavante, Dio faena de aguante a Indocumentado (446 Kg.), tocándolo por los dos pitones, buscando las vueltas, pero estrellándose con un morlaco atornillado, reservón y de malas ideas; con el acero despacha con feo bajonazo, silenciando una faena que nada dijo; silencio y pitos en el arrastre.

Su segundo Desterrado (452 Kg.), expuso todas las condiciones de manso, dormilón en el peto, reservón en los palitroques y desentendido para con la pañosa; de hinojos dio inicio a su faena, una labor caracteriza por el aguante y la inteligencia ante un bicho que acudía con la cara alta, cuando no intentaba colarse con más peligro que casta. La espada cayó de mala manera, lo que hace incomprensible la irrisoria oreja concedida por el palco de la nula autoridad.

Emilio de Justo, ordeno castigo excesivo en varas para Dejado (454 Kg.), lo cual mermo las ya endebles condiciones del burel; en el segundo tercio, todo hecho de manera incorrecta generando el malestar en los tendidos; con la muleta un animal consciente de todo lo que se dejaba atrás, geniudo y con malas ideas, venciéndose por los dos pitones; despacha de feo bajonazo. Silencio y pitos.

Su segundo, Dalia (440 Kg.) resto opciones de lucimiento en el percal, dejando todo en un trasteo funcional, en varas recibió castigo de mala manera, llevando igual trato en el segundo tercio; empero el bocel reservo su fuerza para la pañosa con la que el de Torrejoncillo, montó una labor solvente, valiente y de poderío, rotundo con la muleta aprovecho la generosa y alegre embestida, conectando en pleno con los tendidos; cerró labor con naturales profundos. La espada se negó a entrar de primera, despachando pasmosamente en un segundo momento; saludo y vuelta al ruedo para el burel.

Tomas Rufo, Busco amoldarse al incierto de salida: Barco (442 Kg.) que en el percal le mostró su reticencia para con la pelea sin llegar a encelarse; bien picado por Luis Viloria siendo aplaudido por el respetable; en el segundo tercio el toro se impuso, transmitiendo. Ante la muleta del toledano, el toro buscó entregarse ofreciendo tandas de alto calado por la mano derecha, dado que con la zurda el animal acusaba menos recorrido; labor muleteril de alto impacto y conexión hasta donde el bovino permitió. El acero le negó trofeos y generó malestar, silencio para el de luces, palmas para el de las patas negras.

El cierra plaza Lulón (460 Kg.) no dijo mucho de salida, pasando de agache el primer tercio y revolviéndose con peligro en el segundo; con el paño, faena reposada, a media altura, aprovechando la inercia y fondo del cornúpeta; labor con transmisión, pero técnicamente deshilvanada; despachó con certera pero desprendida. Oreja, larguísima (muy excesiva) para el toledano.

Como contrapeso al insípido triunfo de las diez orejas y el ganadero a hombros; la tarde sabatina de Manizales trajo consigo la emoción del toro que embiste en bravo, aquel que pone en dificultades a los de luces, y aunque, dos de ellos recibieron, larguísimos trofeos, el verdadero triunfo estuvo en los tendidos, en la emoción y en la satisfacción de ver una corrida de toros, la última de esta temporada pues lo que saldrá mañana por los toriles de la plaza, los famosos Ernesticos no son más que el peor enemigo de la fiesta.

Para este domingo

Finaliza la temporada con una corrida de “Toros” en el que se anuncian el colombiano Luis Bolívar que alternará con Cayetano y Andrés Roca Rey, ante los pequeñajos de la ganadería de Ernesto Gutiérrez.

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