Lo comenta Miguel Ángel Yáñez…Paco Arévalo, un torero, un actor, un cómico, un artista

Miguel Ángel Yáñez 04 enero 202404 enero 2024 España, Por Miguel Ángel Yáñez

A los 76 años, demasiado pronto, el corazón de Paco Arévalo dejó de latir y la Parca, esa que dicen que cortaba el hilo de la vida según la mitología romana, se lo llevó de forma abrupta y nos lo arrancó a todos, porque Arévalo era patrimonio, de alguna manera, de todos.

Nació en Madrid, pero desde muy pequeño se trasladó a Catarroja en Valencia, donde creció en el ambiente taurino en el que vivía y trabajaba su padre, dentro de esos inigualables grupos del toreo cómico como era el del Bombero Torero, del que él también formó parte.

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Posiblemente estas vivencias y experiencias, desarrollaron su gran afición taurina de la que siempre hizo gala y tantas veces le hemos visto por las plazas de toros, no solo como aficionado; sino que también llegó a tomar parte incluso en festivales taurinos benéficos.

Un artista versátil que pasó de grabar en cintas de cassette, chistes de los que hoy serían censurados por ese progresismo hipócrita que nos inunda, que fueron superventas y sonaban en todos los coches en carretera haciéndonos mucho más agradables los viajes por esas carreteras de los años 70 y 80 del siglo pasado.

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Siendo precisamente en la década de los 80 en la que alcanzó una gran popularidad, por sus intervenciones en la televisión de entonces, en sus actuaciones en discotecas y salas de fiestas; que le valieron también para dar el salto al cine y posteriormente al teatro como un cómico actor tan disfrutado por todos.

Tal fama y notoriedad tenía, que en el programa La tarta de la fama que presentaba yo en Radio Intercontinental de Madrid, al que acudían artistas, actores, toreros, incluso políticos; los que eran obsequiados con una tarta de 12 kilos de peso, lógicamente no podía faltar Paco Arévalo.

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Gran amigo y colaborador en los programas de televisión y radio que presenta todas las semanas en Valencia, su gran amigo el matador de toros Vicente Ruiz El Soro, quien estaba desolado con la pérdida, le acompañó en el pasado mes de junio en Las Ventas al homenaje que le ofrecieron al matador la Academia de la Diplomacia, le enseñé la foto y enseguida me la pidió.

De todas maneras, Paco Arévalo, el hombre que siempre tenía una sonrisa para todo el mundo y a todos nos hacía reír, no tuvo precisamente una vida de risas; ya que tuvo que enterrar a su esposa su gran amor, y a dos de sus hijos; todo un drama que llevaba de la mejor manera posible.

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Paco Arévalo, torero, actor, cómico, artista y buena gente; gracias por los maravillosos y divertidos ratos que nos has hecho pasar a lo largo de la vida. DEP.

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