En Las Ventas… Victoriano tuvo la deshonra de las banderillas negras; Castella, poderoso; Ureña, heroico

Miguel Ángel Herráiz 06 octubre 202307 octubre 2023 España, Por Miguel Ángel Herráiz

Las Ventas. Viernes 06 de octubre 2023. La empresa me informó que hubo 20.575 asistentes con entradas pagadas. Cuarto festejo de la Feria de Otoño con toros de Victoriano del Río (1°, 2°, 3°, 6°) y Toros de Cortés (4°, 5°) de buena presencia y desigual comportamiento que no facilitaron la labor de los toreros, por su mansedumbre, genio -casta mala mala- mostrando peligro y violencia; pero contribuyeron a presenciar una emocionante tarde de toros. Los toros: Primero colaborador y noble. Segundo justeza de fuerza. Tercero manso huidizo. Cuarto manso que transmitió en la muleta. Quinto manso condenado a banderillas negras. Sexto desentendido.

Sebastián Castella: Silencio y vuelta al ruedo tras aviso.

Paco Ureña: Silencio y vuelta al ruedo tras dos avisos.

Ginés Marín: Silencio en ambos.

Detalles:

Castella demostró suficiencia técnica y maestría. Ureña entrega y valor desmedido. Ginés Marín estoqueó con acierto.

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Orden de lidia -sorteo-

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Prólogo

Festejo cuarto de la Feria de Otoño con toros de Victoriano del Río (1º, 2º, 3º, 6º) y Toros de Cortés (4º, 5º) de buena presencia y desigual comportamiento. Los de Victoriano del Río mansearon, apenas transmitieron y la condena a banderillas negras que sufrió un toro en ningún momento supone una honra para la ganadería de procedencia. Durante las faenas del cuarto y quinto, difíciles y problemáticos, hubo emoción cuando se enfrentaron a Sebastián Castella y Paco Ureña, porque ambos estuvieron por encima de los toros y les plantaron cara con poderío y valor, enfervorizando al público que disfrutó de la suficiencia de ambos, frente a la mansedumbre, genio-casta mala- mostrando peligro y violencia de sus oponentes. Por momentos mientras toreó Ureña, pareció que estaba lidiando un toro de principios del siglo XX.

El festejo

Castella saludó a su primero con verónicas bajando el capote y ganando terreno. Ureña se luce en su quite por templadas verónicas a compás abierto. Replica Sebastián por excelentes tafalleras, media verónica y vistosa larga a una mano. Rafael Viotti lidió inmejorablemente. Inició con la muleta templando con suavidad por estatuarios y espaldinas.

Por el derecho mostró fijeza y enseguida por el izquierdo sufrió enganchones y comenzó a pararse. Su escasa fuerza no le posibilitó mayor duración. Mató de estocada caída y un descabello. Escuchó un aviso. Silencio.

Su segundó embistió al capote sin pasar aguantando Sebastián con valor y quietud. En cinco ocasiones acudió al caballo huyendo al sentir el hierro. Con decisión inquebrantable y asentamiento inició de muleta respondiendo el toro con prontitud y codicia, pasándoselo con vibrantes muletazos por ambos pitones. Menos limpios y lucidos resultaron por el izquierdo.

Finalizó por manoletinas. Mató de dos pinchazos y estocada. Escuchó un aviso. Su buen hacer mereció una gran ovación con saludo desde el centro del ruedo y posterior vuelta repitiendo saludo desde el mismo sitio.

El primero de Ureña flojeó en el capote. En banderillas levantó la cara. Fue manso, feble y soltó la cara constantemente en la muleta. Mató de tres pinchazos y estocada. Silencio.

En su segundo el Presidente cambió el tercio sin haber recibido el toro capotazo alguno. Ocho veces entró al caballo de los picadores sin dejarse picar. Fue condenado a banderillas negras. Los de plata lo pasaron francamente mal y Curro Rivas tuvo que tirarse de cabeza al callejón.

Inició de muleta en el centro del ruedo soltando la cara a mitad del muletazo. Aguantó parones. Por el izquierdo sufrió un arreón, hizo el esfuerzo, se cruzó y soportó parones e irregularidades. Volvió al derecho siguió cruzándose y citó de frente aguantando la embestida y el exigente embroque. Finalizó semigenuflexo con excelentes doblones por abajo y repitió doblones puesto en pie.

Entró a matar y fue volteado por el pecho quedando mermado en el albero. Cuando se repuso alargó la mano en una violenta embestida del astado y cobró una estocada. Fue dificilísimo descabellar. La lidia resultó heroica. Mató de pinchazo, estocada algo delantera tendida y cuatro descabellos. Escuchó dos avisos.

El público le premió con una gran ovación, saludo desde el centro del ruedo y posterior vuelta repitiendo saludo desde el tercio.

Ginés Marín tuvo un manso y huidizo primero que buscó tablas al que estoqueó con acierto. Silencio. Su desentendido y estático segundo no le dio opción alguna. Silencio.

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