Crónicas

En Puente Piedra… Durísima tarde que Juan de Castilla no logró remontar

Puente Piedra. Sábado 25 de marzo 2023. Con casi lleno en los tendidos y gran ambiente en los alrededores de la funcional plaza de Puente Piedra se lidiaron seis toros de Mondoñedo, desiguales de presentación y con ciertas complicaciones, sin romper del todo y con poca clase. Los dos primeros fueron buenos con sus complejidades, el resto más quedados.

Luis Bolívar: Cogido en su primero

Juan de Castilla: Palmas, palmas, leve petición, silencio, tres avisos y vuelta al ruedo

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La tarde se tornó durísima prácticamente desde el primer momento cuando el torazo castaño, que fue aplaudido de salida, machacó sin piedad a Luis Bolívar contra las tablas cuando el caleño incomprensiblemente se echó encima al toro en una larga de pie que lo dejó a merced de ese tren que era el de Mondoñedo.

La escena recordó por momentos la mortal cogida de Pepe Cáceres en Sogamoso con el toro haciendo por el hombre con mucha saña y hurgando en el pecho con las tablas como contraparte, tremendo trance, luego el toro lanzó a Bolívar por los aires como un guiñapo y le fulminó la rodilla, también afectó algunas costillas. Todo esto en el primer lance de toda la corrida. Gran impresión en los tendidos y zozobra total en la tarde.

Quizás el único momento dulce de toda la tarde fue la entrega de placas en honor a los 100 años de fundación de la vacada señera de la cabaña brava en Colombia, la peña La Giralda, los fotógrafos taurinos y un colectivo de aficionados, así como el aficionado Rene Borda entregaron respectivas placas de homenaje por el cumpleaños en centena de la ganadería de Mondoñedo, perteneciente a los Sanz de Santamaría, con la bonita remembranza de todos los mayorales que hizo el ganadero.

La corrida había explotado en su esencia desde el primer segundo, el mano a mano de los dos toreros más relevantes del escalafón nacional había quedado hecho jirones en un pestañeo. Reseteo total al planteamiento inicial y el destino ponía a un torero por el que apuesta toda la Colombia taurina frente a seis Mondoñedos. Una gesta. Toda una gran oportunidad pero también todo un reto. El trago no era fácil de digerir.

Juan de Castilla quedaba al mando de la tarde, lo supo después de picar al primer toro cuando a Bolívar se lo llevaba la ambulancia, una gesta que padeció de a poco, la tarde quedaba cuesta arriba y luego para el torero paisa fue paradójicamente una cuesta abajo sobre todo por el mal manejo de la espada de toda la función. Pesó mucho que la espada no entrara a la primera en los dos primeros toros de la tarde, otro hubiera sido el resultado y el sino de la misma porque allí ocurrió lo más importante de la actuación del joven talento de Castilla en Medellín.

Juan le hizo frente a este primer toro que cabeceaba de mala manera y que tenía un tranco extraño al entrar a la muleta pero que a la vez tenía poder en su arrancada por lo que hubo emoción en el trasteo que tuvo mérito por sacar rápidamente al toro de su terreno, las tablas, y por la métrica madrileña de la medida de la faena, dos tandas por bajo con la mano derecha y dos con más largura con la mano izquierda y a matar. Todo fluía hasta que Juan se apresuró a depositar la espada cuando el de Mondoñedo se arrancó al ver que la muleta se izaba de a poco, con otro pinchazo se terminó de perder todo lo bueno que pasó antes. Ni ovación hubo cuando habían pasado cosas importantes. Otra inflexión en la tarde.

En el segundo de la tarde el ánimo aún seguía alto a pesar de las dos cimas pasadas, el toro visiblemente más pequeño que el primero se explayó en sus contradicciones, apretó y tumbó al caballo en el primer encuentro pero salió de najas en el segundo.  Ricardo Santana un muy seguro y vistoso banderillero también fue cogido de mala manera por adelantar un tiempo el salto para clavar. Algo raro pasaba en la tarde.

Juan de Castilla calmó la nueva crispación con un inicio por bajo de su estilo, se sucedieron tandas con poder por el lado derecho y algún natural con largura, tal cual sucedió en la primera faena, y el público de nuevo presentía que llegaría el triunfo pero la espada jugó una vez más una mala pasada al torero, pinchazo desafortunado antes de dejar una estocada casi entera y otra oportunidad de trofeo y de apuntalar la tarde que se desperdiciaba.

El tercero de la tarde ya no fue tan claro, daba tornillazos a diestra y siniestra y se quedó ya muy corto a partir de la tercera tanda, la faena tuvo derroche de voluntad de nuevo por el lado derecho y por el izquierdo ya se contaba solo un natural con brillantez.

Un nuevo y predominante punto de inflexión en la tarde fue que la espada que dejó Juan en las carnes de este tercero de la tarde cayera contraria, lo que hizo que el toro no doblara rápido y que Juan tuviera que usar el descabello y que se perdiera una segura oreja que también hubiera ayudado a que la tarde tomara otro tono. La espada ya era una constante sin brillo y sin destino.

Mientras tanto el aguacero arreciaba afuera sin afectar a nadie afortunadamente porque esta plaza es techada pero el ambiente se enrareció irremediablemente.

Cuarto, quinto y sexto de la tarde ya marcaron un ritmo más pesado y un tono sombrío y más oscuro. El cuarto cantó la gallina inmediatamente después del inicio, fue el toro más complicado de todos y la faena fue breve, ya no había palmas ya llegaba el silencio.

El quinto fue más reservón y escarbó la arena todo el tiempo. De Castilla volvió a plantear una faena con voluntad por la derecha y con largura momentánea por la izquierda pero estuvo muy mal matando y se escucharon los tres avisos, el silencio daba paso a los pitos. El ánimo del torero se había hundido del todo.

En el sexto con la tarde casi vencida, Juan sacó amor propio de la nada, porque se le notaba el peso de todas las circunstancias encima, lances rodilla en tierra le redimieron, brindó al público y una tanda vibrante dejándose llegar al toro de lejos hizo vislumbrar algo de esperanza, la música sobrevino mucho antes que en los otros toros pero el de Mondoñedo aguantó solo otra tanda más. La faena no tomó el vuelo necesario y de nuevo los pinchazos tiraron todo por la borda.

Juan de Castilla no pudo remontar una tarde durísima por su mal manejo de la espada y porque los toros de Mondoñedo no vinieron con la clase y el poder acostumbradas para homenajear los cien años.

Al final Juan de Castilla dio una vuelta al ruedo por el mérito de haber hecho frente a la encerrona, no alcance a adivinar si fue pedida por el público o por decisión del matador, nadie la protestó y en cambio muchos lo aplaudieron que la diera como resultado de una gesta que no salió del todo bien, él lo sabía en su interior por lo apesadumbrado que salió al abandonar el ruedo con el peso de una tarde tremebunda a la que se enfrentó sin prevención alguna.

Y para más inri de la tarde Garrido, un excelente banderillero con pasado en corralejas y muy querido por todas las aficiones del país, tuvo una descollante actuación tanto que se robó los flashes y los vítores de todo el respetable, no sé como habrá caído esto al torero principal pero el público coreaba Garrido, Garrido mientras De Castilla caminaba lento hacia el burladero.  Un par con extrema exposición en el segundo de la tarde rubricado con un inverosímil par al quiebro, que no se acostumbra a ver de parte de un subalterno dejaron boquiabiertos a todos y con las palmas echando humo.

No deberíamos anotar esto con la tarde que corría y la encerrona a la que se enfrentaba De Castilla pero Garrido se engrandecía y Juan se opacaba de a poco, la comparación no era justa, ni necesaria, pero apareció de la nada y ya era evidente. Dos pares más del buen banderillero de nuevo prendió al público. Como si el destino estuviera jugando un juego macabro al toro que Juan no pudo pasaportar Garrido lo apuntilló muy rápidamente desde el burladero y se llevó otra gran ovación del público. Más rarezas de la tarde.

Espero que esta tarde tan compleja que enfrentó Juan de Castilla no afecte su buen inicio de temporada española y que no le suponga un freno anímico para afrontar esa oportunidad muy bien ganada en la Copa Chenel. Que sirva de reflexión y que lo lleve a afilar y a afinar con su espada porque así se le puede complicar el ganarse un puesto merecido en el escalafón de la temporada europea.

Juan es la esperanza más sólida de la torería colombiana y ojalá pueda crecer mucho esta temporada, en esta tribuna hemos pedido que este en todas las ferias colombianas como el torero base de las mismas, hacemos fuerza para que lo logre porque lo necesitamos a él y a otros toreros más para que impulsen la maltrecha fiesta brava en Colombia. Ojalá así sea.

Su equipo de colaboradores le debe hacer ver que para triunfar en España no basta con su buena mano derecha, su solvencia con la capa y sus muy toreros inicios de faena, el punto de diferencia que tiene para ahondar es el ajuste con los toros, como lo hizo en Moralzarzal, hoy en Puente Piedra no lo vimos, se requiere no solo cruzarse sino pasárselos mucho más cerca. Eso es lo que caracterizó a los toreros americanos que marcaron diferencia en el viejo continente, sino le puede costar.

Tarde dura, durísima, que de seguro le va a servir para consolidar su trayectoria, dependerá de la lectura que haga de ella.

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