Crónicas

En la Monumental México… Un océano interminable de kilos de mansedumbre

Monumental Plaza de Toros México. Domingo 15 de Mayo,  2022. Unos seis mil asistentes al festejo. Se han lidiado toros con edad, correctamente presentados. Tres de la ganadería Golondrinas -primero, segundo y tercero- y otros tantos de Arroyo Zarco -cuarto, quinto y sexto- con muchos, muchos, muchos kilos de mansedumbre, descastamiento. Definitivamente, de la cuerna del sexto, no pondría las manos al fuego. Un océano interminable de carne mansa que dio al traste al festejo; el primero su mansedumbre le llevó a saltar al callejón para huir, poco faltó para que llegara al tendido. Por cierto, el inútil juez Bráun, posiblemente, en un momento de locura furtiva, homenajeó al manso que hizo quinto.

Uriel Moreno El Zapata: Silencio en su lote.

André Lagravere El Galo: Palmas y bronca tras dos avisos.

Juan Pablo Llaguno: Silencio y tres avisos.

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Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Abraham Lincoln

  • Advertencia: Siempre es oportuno advertirle tanto a ganaderos como a toreros que esta crónica no es apta para ellos, porque aquí no aparecerán ni los falsos elogios ni las inútiles justificaciones para acomodar todo en una artificiosa ficción y así dañar al arte del toreo. Para ello, existe la prensa corrupta, la que enaltecerá el engaño e intentará convencer a la buena fe de los lectores de lo que no ocurrió en el redondel. Bajo advertencia… no hay engaño.

¡Vaya!

¡Qué tarde nos han dado los señores ganaderos!

Ganaderos, sí, pero no de toros bravos, porque eso que salió por la puerta de toriles ha sido un océano interminable de kilos, de muchos kilos de mansedumbre.

Apostaron por “inventar” animalillos dóciles, sumisos, bobalicones, con movilidad para las supuestas faenas bonitas que realizan los figurines, y lo que ahora habita en sus dehesas es la evidente deformación a la que llegaron tras alterar la genética del toro bravo para hacer el toro manso bobalicón.

De tanto ponerle miel sobre hojuelas a la casta y a la bravura para la Fiesta predecible con una especie de toro “domesticado”, han llegado a la mansedumbre que no se mueve o al genio, a la incontenible violencia; y a ver quien después les querrá torear sus animalillos.

Luego se quejan de que el público huyó despavorido de las plazas pero no visitan la autocrítica para entender de sus errores y llegar a la solución.

Sí, se quejan sin entender que el gran público compra un boleto, una boleta, una entrada, un ticket -como le quieran llamar- por ver una corrida de toros bravos…

… de toros bravos y encastados, no de sumisas ovejitas con caminar franciscano.

Compran una entrada por ver cómo un héroe domina a la bravura, a la casta, y una vez que lo ha conseguido, se transfigura en artista para crear inmensos momentos escultóricos que se convierten en eternos al hacer transcender al espíritu.

Pero… ¿con esos animalejos que vimos hoy se puede trascender?

¿Con esos animalejos se puede convencer de que la Fiesta es eterna y grandiosa?

¡Por supuesto que no!

Los propios ganaderos son los responsables, otra cosa es que no quieran asumir esa responsabilidad con ética y con verdad.

Nada más apareció el primero de la tarde salió huyendo hasta saltar al callejón, pudo llegar incluso a visitar el tendido, pero por fortuna no fue así.

De esto fue testigo nuestro querido compañero el Maestro Sainos, quien vio volar encima de él, al toro sin inmutarse.

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El Maestro Sainos (círculo blanco) en la extraordinaria gráfica de nuestro compañero Fernando Moreno, se le observa como no se inmuta mientras el toro le vuela encima

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Claro, la prensa corrupta, justificará el hecho aduciendo a que se le terminó el terreno, pero…

… permítanme esbozar una carcajada, porque ese toro como todos los que pisaron esta tarde el redondel de la Monumental México, no pelearon con los caballos, algunos sólo se defendieron para quitarse la vara y huir, porque esa resultó la condición manifiesta que presentaron y contra la que tuvieron que luchar los toreros.

La experiencia habitó y se hizo presente con, Uriel Moreno El Zapata, quien trató con serena inteligencia y plausibles sitio y oficio de imponerse al manso que tuvo frente a él. Así vimos unas largas cambiadas con las que intentó someter el huidizo caminar del astado. Y después del suspiro de tercio de varas un quite por zapatinas.

En banderillas convidó los rehiletes a sus jóvenes alternantes que cumplieron.

Y la faena… la faena, el compendio del esfuerzo ante un manso, deslucido, descastado toro que condujo a la desesperación.

No cambió mucho la situación con su segundo, y eso que era de Arroyo Zarco. Se fue al tercio a recibirlo, y cuando estaba frente a él, se hincó para darle varias largas cambiados que le funcionaron bien.

Un quite vertiginoso por calaserinas y a intentar poner el tres en unos, esto es, llevar los tres pares para al mismo tiempo suceder la colocación de los tres. Pero el toro no se lo permitió y tuvo que colocarlos por separado.

La faena inició con emoción en los medios con espaldinas, sin embargo, todo, sí todo, se fue a refugiar a lo anodino, por culpa del toro.

Estuvo, André Lagravere El Galo, un joven todo entusiasmo, pero evidentemente inexperto. Le hace falta todavía más experiencia, y si a esto se le suma que se revoluciona, pueden complicarse las cosas.

Estuvo cumpliendo con su primero, en capa, banderillas que compartió con sus alternantes, y en una especie de faena con la que extrajo algunos pases de mérito, pero hizo falta más sitio y oficio para poderle a un toro con genio.

Mientras que con su segundo, la gente se equivocó porque el toro fue malo. La movilidad no es sinónimo de casta ni mucho menos de bravura. Si a esto se le une el poco bagaje del joven Galo, navegó en medio del desconcierto.

Sí, hubo por ahí algunas series que anunciaban, no obstante, era justamente eso… sólo anunciar, porque el toro nunca iba a concretar. El yucateco no supo qué hacer y el público sin que existiera un sólido argumento se puso de parte del manso y violento toro. Luego estuvo en verdad fatal con el acero y la historia ya está contada, le abroncó el público.

Juan Pedro Llaguno es un joven que promete y mucho, pero debe atemperar sus ansias. Estuvo simplemente correcto con su primero que resultó violento. Es más recibió un fuerte guantazo en el brazo, por querer hacer todo sin reflexión; mientras que con su segundo, algunas series, también plausibles, que el público ponderó de más, por la tarde tan aciaga que vivimos. 

Lo poco que hacía, Juan Pedro, lo crecieron en demasía ya que éramos presas del aburrimiento y la desilusión. Ya vendrán más oportunidades y deberá visitar la autocrítica y buscar por qué al final de que había convencido al público con tan poco, dejó ir el triunfo tras escuchar los tres avisos. Sí, estuvo desastroso con los aceros.

En fin, que sólo la autocrítica podrá hacer remontar a todos… pero como se ven las cosas, eso sólo es una aspiración.

¡Dígase la verdad… Aunque sea motivo de escándalo!

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En breve la galería fotográfica del heroico Maestro Sainos

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@PERIODISTAURINO  

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Entrar a ver el programa de televisión TOROS EN EL MUNDO TV 

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