En Sevilla… El Primi y Villita puntúan en la primera de promoción

06 julio 2018 Redacción

Sevilla. Jueves 5 de julio de 2018. Primera novillada del ciclo de Promoción. Se lidiaron erales de Villamarta: De feas hechuras destacaron por su movilidad. Mas de media plaza.

Fernando Gandullo: Vuelta al ruedo tras petición.

Álvaro López: Saludos tras aviso.

Alejandro Cano: Vuelta al ruedo tras gran petición.

Primitivo López El Primi: Oreja.

Juan José Villa Villita: Oreja.

Jorge Martínez: Vuelta al ruedo.

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El primer festejo que abría el ciclo de novilladas de promoción en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, estuvo marcado por la torería y el poso de Villita y el desparpajo arrollador de El Primi. La novillada de Villamarta tuvo matices y connotaciones, pero también posibilidades de triunfo.

El primero de la noche fue el más fuerte de la novillada. Un eral largo y musculado al que le correspondió su lidia y muerte al camero Fernando Gandullo. Con verónicas templadas y una sabrosa media, dejando los primeros olés de la novillada. El eral tenía ese defecto de salir suelto, y fue complicado fijarlo para llevar bien acabo su lidia. Gandullo, brindó al público la faena tras un quite por chicuelinas de Álvaro López. Comenzó por el pitón derecho en los medios tras un descuido de los banderilleros, dejando una serie que conectó poco con los tendidos. Tras dicha serie, aprovechó el pitón izquierdo que tenía el eral para dar varios naturales con eso, con naturalidad y temple, rematándolo con un buen pase de pecho. Plantó una media estocada efectiva al primer encuentro tras un breve arrimón para dar una vuelta al ruedo tras petición.

Álvaro Cano sorteó en segundo lugar a un eral más vareado y suelto de carnes que el anterior, lo que a la postre sería la tónica en la presentación de los animales durante el desarrollo del festejo. Quitó otra vez por chicuelinas, con categoría y gusto, dejando una buena media. Brindó a su maestro para sacarse al novillo por alto hacia fuera del tercio. El joven, fue frío y no conectó con los tendidos en casi la totalidad de la faena. Tenía muy bien aprendida la técnica de tocarle fuerte en la cara al novillo, pero siguió sin conectar con el respetable. Además, alargó la faena por luquesinas; lo que enfriaría aún más al público. Pinchó y descabelló a la segunda. Saludos en el tercio.

El Primi, le ejecutó un quite por gaoneras muy jaleado por el público a un novillo que no le permitió el lucimiento a la verónica en los primeros compases de la lidia. Tras tres buenos pares de banderillas, Alejandro Cano sorprendió la manera de componer los muletazos con una naturalidad pasmosa. Con mucha verticalidad y despaciosidad, le enjaretó buenas series por el pitón derecho calentando al que paga para dejar una estocada en el hoyo de las agujas. El presidente le negó una oreja que era suya, que tenía en su mano tras una petición más que suficiente para concederla. Acabó dando una vuelta al ruedo. Me encantó.

Llegó el turno de El Primi, que puso a la parroquia de acuerdo yéndose a toriles. Tragó mucho, le aguantó y tiró de él con suavidad para dejar una bonita porta gayola. Dio otra larga en los medios y ya calentó de verdad a la Maestranza. El de Sevilla venía a por todas, como debe ser. Un quite de Villita falto de acople precedió a una faena en total conexión con el público. Con la figura vertical y con temple y relajamiento, dio varias series de gran calado y calidad. Con unas bernardinas ajustadas finalizó la faena, para dejar una media estocada suelta, pero muy efectiva. El público pidió la oreja con insistencia hasta que fue concedida. Buen novillo de Villamarta.

Para el quinto capítulo de la novillada, estuvo enchiquerado un eral de feas hechuras y pelo castaño. La tranquilidad y el oficio de Villita se notaron desde que cogió el capote en el callejón. Las verónicas no fueron muy jaleadas por el respetable, pero hubo una réplica con unos remates por abajo a un garboso quite de Jorge Martinez, que gustaron mucho. La manera de hacerlo todo, con la serenidad de estar toreado, era algo que estaba muy presente en el hacer del Toledano. La torería en cada movimiento se visualizó, pero también pudo sacar o dar más de sí con un eral que repetía, pero al que había que perderle pasos. El final de faena fue lo mejor de la misma, con unos ayudados por alto torerísimos y llevados a la hombrera contraria. El temple se personalizó en aquellos instantes. Dejó una buena estocada algo trasera para pasear una oreja merecida. Buen novillero.

Para cerrar festejo, Jorge Martínez estoquearía al que estaba enchiquerado como sexto. Novillo que salía muy muy suelto y que hizo amagos de rajarse. Fernando Gandullo hizo un quite desacoplado a la verónica y Jorge Martínez planteó una faena en la que destacó la mano izquierda, dejando una serie muy ligada por el derecho antes de escuchar unas palmas que le servirían de argumento para dar una vuelta al ruedo.

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