Crónicas

En Aguascalientes… Héctor Gutiérrez, la miel en los labios

Novillada nocturna en el centenario coso Sanmarqueño de Aguascalientes, dentro del marco de ya tradicional Festival de Calaveras. Menos de media entrada, se lidiaron novillos de Vista Hermosa bien presentados y de mal juego.

José María Hermosillo: Al tercio y palmas.

Juan Pedro García Calerito: Palmas y división de opiniones.

Héctor Gutiérrez: Ovación tras dos avisos y vuelta al ruedo.

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Dulce, suave y placentera cual gota de miel en los labios; así fue la actuación de Héctor Gutiérrez ante sus paisanos. El joven hidrocálido hizo su debut con picadores esta noche y dejó a propios y extraños con esa sensación de querer más después de haber probado con la yema del dedo, la cobertura de un rico pastel.

Gutiérrez a pesar de no haber cortado las orejas, dejó grata impresión a los duros sinodales ocupantes de los tendidos. Ante su primero veroniqueó con tersura y media torera, las tafalleras continuaron para ganarse los olés. En el último tercio el novillo se arrancó de largo y Gutiérrez aprovechó para ligar las tandas tersas por derecha, por bajo y con sabor y así rematar con el pase de pecho que desgranó las palmas. Otra por derecha y el trincherazo de embrujo, el joven es poseedor de una mano relajada y serena de esas que estrujan corazones. Remató con el de pecho largo y sereno gustándose y gustándole a sus paisanos. El astado que fue uno de los pocos que se dejó, a esas alturas comenzaba a recular y Gutiérrez decidió finalizar su labor dejando una estocada entera, tendida y trasera de efectos tardíos, hubo que escuchar los dos avisos y aun así la gente le ovacionó con fuerza.

Su segunda labor al sexto de la noche fue intensa, interesante e inteligente, misma que comenzara con lentos y suaves doblones para luego despedir por alto. Firme, tranquilo y con cabeza torera procedió Gutiérrez ante un novillo que no era un pan de muerto, difícil que había que poderle, se iba a las tablas y hasta ahí fue el novillero para hacerle faena. Por derecha, embarcándolo poco a poco para terminar con trincherazo de fotografía.

Por naturales, anduvo con la tranquilidad de asumirse  como un buen aprendiz  de los tejes manejes del toreo. Pisaba terrenos complicados con firmeza, rematando por alto, dándole y dándose su aire, con pensamientos relajados, el toque, la largueza, los jaleos y el vibrar de su gente. Las dianas se escucharon en las añejas gradas sanmarqueñas, y el joven pasándoselo muy cerca, sentado en los riñones, en torero.

El novillo se paraba a medio viaje y el novillero aguantaba hasta hacerle pasar por su dominio en rojo, tandas profundas y en redondo, una labor toda de él. Pero la noche y sus destinos no permitió que todo fuera ideal, Héctor Gutiérrez pinchó en todo lo alto y la gente se lo aplaudió, lo mató hasta el segundo golpe de descabello, sus paisanos lo invitaron con cariño a dar una vuelta al ruedo, sin trofeos, pero con el dulce sabor del agrado.

José María Hermosillo no tuvo la suerte de otras tardes, esta vez le tocaron en suerte dos toros sin condiciones idóneas para triunfar. Ante el primero estuvo variado y acertado en quites, de muleta muy voluntarioso, intentando hacerle labores a un astado sin raza que le puso las cosas complicadas. Esforzado y dispuesto, pero no había más que hacer, media estocada y salida al tercio.

Con el otro, Hermosillo quitó por saltilleras muy ajustadas que provocaron miedo, con la muleta el astado nunca se empleó, el joven quiso bajarle la mano pero aquello era un acertijo difícil, insistió por ambos lados sin respuesta, mal con las espadas, para retirarse entre ligeras palmas.

El que vino y se fue, sin mucho que aportar fue el español Juan Pedro García Calerito, con su primero destacó con verónicas suaves y torero recorte pero definitivamente con la tela roja no le dio opciones, media delantera para escuchar palmas.

El quinto del festejo tuvo mayor movilidad que sus hermanos, con éste Calerito quitó  con lucimiento por chicuelinas antiguas y remate con media. En el tercio final el astado se arrancó de largo, el español situado en los medios se lo pasó con dos cambiados por la espala, la arruzina y dos de pecho, parecía que todo iría viento en popa, pero no fue así. Pases sin transmisión y sin mando que hicieron naufragar su labor. Fallas con la espada y la marcada división de opiniones en el tendido.

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@AnaDelgado28 

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