Crónicas

En la Monumental México… ¡Atención a Mauricio Medina!

Con una modesta entrada, clima gélido entre lluvia intermitente se ha celebrado el tercer festejo sin picadores en la Monumental Plaza de Toros México. Se han lidiado erales de San Judas Tadeo, correctos en presentación, mansos, el segundo, de una docilidad y obediencia inaudita, el que abrió plaza quedó algunos minutos derrumbado en la arena. El buenazo de Jorjazo, decidió homenajear a la mansedumbre de docilidad del segundo. Inexplicablemente el ganadero Salvador Rojas hijo, decidió dar una vuelta al redondel, deseamos que esto no le equivoque y visite la edificante autocrítica.

Daniel de la Fuente Liqui: Saludó en el tercio por su cuenta.

José María Mendoza: Saludó en el tercio y silencio.

Andrés Hernández Medina: Palmas.

Mauricio Medina: Palmas en ambos.

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Apareció un jovencito menudo, casi un niño en puerta de cuadrillas, junto a sus compañeros, su delgada figura contrastaba y mucho; así dio inicio el festejo, y quien acabó dejando mucho de qué hablar, fue justamente este jovencito venido desde tierras michoacanas, quien demostró con sólidas bases, que posee argumentos para un futuro importante en el arte del toreo.

Mauricio Medina, que así se llama este talentoso novillero sin picadores, con su primero, un eral manso y deslucido ha tenido la serena inteligencia de extraerle buenos lances con su capichuela -agrandada porque la coge de los extremos- dejando desde ahí la sensación del sentido del toreo que posee.

Vendría un quite bien logrado por chicuelinas, para después en la muleta, mostrar, obligando al eral, su aguante que apoyado en una técnica bien asimilada, consumó naturales que dejaron perplejos a la selecta asistencia, por el trazo largo y sentido, que contenía la solidez del incipiente arte que posee.

No quiso quedarse sólo con eso, así que dio paso a la mano diestra que tuvo la misma calidad en la expresión y nos demostró, sin lugar a dudas que en él habita un joven de importante alcances para llegar a ser un novillero de primerísimo orden. Estuvo fatal con el acero, pero eso no opacó la bien estructurada faena, así que conquistó con merecimientos, el segundo eral que tenía como premio el que destacara.

Enfrentó al cierra plaza, un eral reservón, al que Mauricio Medina, supo encelarle y obligarlo a pasar por donde dictaba su audacia, y así volvieron a surgir series con ambas manos que reiteraron el buen prospecto que es.

Mal nuevamente con el acero, pero eso no implica que olvidemos lo que hizo no sólo bien, sino muy bien en el redondel.

Habrá que seguirle apoyando porque tiene cualidades.

Otro chico que ha destacado fue, José María Mendoza, le correspondió un eral de borregunas embestidas, que supo aprovechar a cabalidad. Desde con la capichuela, José María, dejó una verónica, luego una chicuelina, otra verónica más y un bonito recorte, que anunciaron sus buenas maneras. Tras el intento de quite por chicuelinas de Hernández Medina, hubo respuesta de José María por zapopinas, que fue digno homenaje para Miguel Ángel Martínez El Zapopan, su creador.

El prólogo de su faena fue con pases por abajo con decisión que impactaron en el eral. Para dar pase a series con la derecha bien logrados, que tuvieron ritmo. Apareció fugazmente una serie con la siniestra, que estuvo simplemente bien. Para recuperar el paso con la diestra y seguir mostrando la calidad en su expresión.

Después de un redondo, decidió hacer la poncina, tan magníficamente realizada, que si la viera Ponce, quedaría atónito porque nunca las ha podido hacer en ese nivel, por la calidad y flexibilidad en el trazo de José María.

Lástima grande que con la espada haya estado tan mal, pero eso no debe hacer olvidar lo bien que estuvo con ese dócil eral.

Esto le llevó a enfrentar un segundo, como premio, que fue un manso complicado, y a pesar de que todavía le falta experiencia, le sobra voluntad y entrega para no dejarse vencer.

Esa falta de experiencia se cura con más festejos, y esos atributos de voluntad y entrega, por lógica crecerán en proporciones geométiricas.

Vino desde Mérida… Yucatán, Andrés Hernández Medina, quien con un novillo manso que desarrolló genio estuvo firme, enseñando que posee cualidades para destacar en tan difícil profesión.

Dio las buenas tardes a su eral, con una larga de hinojos al hilo de las tablas, para incorporado dejar lances cumplidores. Mauricio Medina, hizo un quite por verónicas, mientras la respuesta de Andrés ha sido por navarras.

Tomó las banderillas dejando dos pares, el primero y segundo bien puestos, fallando sólo en el segundo. El eral era violento, así que le dominó llevándolo del tercio casi a los medios. Extrajo series con ambas manos de indiscutible voluntad, aguantando, ya que el eral, se puso a la defensiva y el genio, la violencia de su mansedumbre, se incrementó. No estuvo acertado con el acero, pero dejó muestras de inquebrantable voluntad.

Ha estado también el señor Luqui, y estuvo simplemente correcto en su presentación; sí sí, verónicas correctas, un quite por tafalleras, farol y gaoneras correctos, pero faltaba algo más para impactar.

Dejó una faena aseada, ya que la mansedumbre de su eral no permitía más, incluso, llegó en un momento dado, que se derrumbó el astado y quedó echado tal cual, repartida toda su geografía bovina en la arena, hasta que decidió el de San Judas Tadeo, levantarse.

Puso punto final, Luqui, con un espadazo habilidoso delantero y contrario. Y ahí, por fortuna, el buenazo de Jorjazo no regaló nada. Mientras Luqui decidió salir a saludar al tercio.

Al final, inexplicablemente el ganadero dio la vuelta al redondel… ojalá y visite la edificante autocrítica.

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@PERIODISTAURINO 

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