En Guadalajara… Triunfa Leo Valadez al cortar tres orejas
Tercera corrida de Aniversario en la Plaza de Toros El Nuevo Progreso de Guadalajara, con apenas un cuarto de aforo en tarde con buen clima. Se lidiaron toros de la ganadería de Pozo Hondo propiedad de Don Ramiro Alatorre Córdoba y Doña Ana María Rivero Llaguno, desiguales de presentación algunos atacados de kilos que fueron descastados y sosos los lidiados en 1º,2º,4º,5º y 7º lugares, sobresaliendo por su son y calidad al embestir los lidiados en 3º y 6º lugares, mereciendo la vuelta al ruedo en el arrastre este último.
Arturo Macías El Cejas: Salida al tercio, y silencio; silencio en el de regalo.
Joaquín Galdós: Silencio en su lote.
Leo Valadez: Oreja y dos orejas.
Detalles:
Fermín Quirós saludó en el tercio al parear con arte y colocación al 4º de la tarde.
Por primera vez en esta plaza se anunciaron junto con los nombres de los toros la fecha de nacencia, siendo varios cinqueños.
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Indiscutiblemente esta tarde Leo Valadéz se llevó el mejor lote y los supo aprovechar a cabalidad logrando un gran triunfo que se le había negado en esta plaza, con su primero de nombre Asopao no pudo acomodarse de capa sin embargo en el segundo tercio se luce con los palitroques y recibe fuerte ovación.
Ya con la muleta Leo lo sabe llevar pegado a su muleta y aprovecha la embestida pastueña del de Pozo Hondo para estructurar una faena inteligente dando el tiempo y manejando bien la distancia poniendo él lo que de transmisión le faltaba al astado y así llegar al tendido con series cortas de buena calidad tanto por derechazos como por naturales entre los Olés del respetable.
Mata de entera de efectos rápidos y los asistentes solicitan la oreja que el Señor Juez concede.
Con el sexto, el mejor toro de la tarde de nombre Teporocho, no logra acomodarse de capa de inicio, sin embargo hace un quite por zapopinas que le resultó con mucha exposición para llevarse una fuerte ovación, repite con las banderillas y con esa facilidad logra otra atronadora ovación.
Ya con la muleta inicia con doblones bien templados y con elegancia llevando al astado del tercio a los medios para tomar distancia y lograr estructurar una muy buena faena alternando los lados pero sobre todo templando con calidad en las series de derechazos y naturales que le son jaleados con fuerza, se ve a un Leo disfrutando y trasmitiendo ese gusto por torear cosa que los asistentes le premian con los Olés fuertes durante toda su faena.
No cabe duda que cuando sale un toro con casta y transmisión se logra la emoción que solo en esta fiesta se vive, el toro se viene a menos y cierra su labor con ceñidas manoletinas de rodillas entre el Olé, entrar a matar yéndose tras la espada dejando una estocada delantera y algo caída que hace efectos inmediatos para que los asistentes pidan las orejas que son concedidas por el Juez. Al toro lo premian con la vuelta al ruedo en el arrastre y Leo saca al ganadero a acompañarlo en la vuelta triunfal.
Como primer espada del cartel a Arturo Macías El Cejas, le corresponde un toro acochinado con el que no logra acomodarse de capa, el astado embiste con sosería y deslucido, apenas logra Macías conseguir unas series cortitas con una gran parsimonia por lo que con la nula transmisión y sosería del toro y la lentitud de la labor de Arturo se creó un ambiente de somnolencia que solo algunos espectadores aplaudieron la labor de Macías, mata de pinchazo y casi entera que fue suficiente para que la poca asistencia lo saque a saludar al tercio.
Con el cuarto de la tarde no le cambia la suerte y le sale un manso complicado con el que no se acomoda de capa. En el segundo tercio se luce Fermín Quirós al parearlo. Ya en el último tercio Arturo pone todo de su parte por agradar y cita en los medios para dar dos cambiados por la espalda que le son jaleados.
Sin embargo, tuvo ante él a un manso que intenta rajarse al salir de cada pase por lo que queda siempre descolocado y esto hace que no exista la ligazón, pega pases aislados sin ton ni son por lo que después de insistir durante un buen tiempo opta por entrar a matar y deja entera contraria y defectuosa más dos descabellos para retirarse en silencio.
Con el toro de regalo, que aunque de manera personal no estoy de acuerdo con esta práctica y menos en una plaza de primera como Guadalajara, fue otro toro manso descastado con el que Arturo no pudo realizar absolutamente nada, retirándose en silencio.
Se presentaba en esta plaza el torero peruano, Joaquín Galdós, que no tuvo suerte en su lote llevándose dos toros descastados, sosos, deslucidos que no se prestaron para que pudiéramos ver a este buen torero y aunque él insistió y buscó agradar cuando no hay materia prima es imposible realizar algo de interés.
Con su primero pudimos verle series cortitas por ambos lados pasándose al astado con limpieza pero sin efecto alguno a los tendidos, mata de casi entera caída y se retira en silencio.
Con el quinto un manso, reservón y débil Joaquín logra pases aislados pero sin mayor lucimiento ante las embestidas descompuestas de un toro que se defendía y no quería nada, el público comienza a presionar y decide entrar a matar dejando pinchazo hondo y dos descabellos para retirarse en silencio.
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