En Madrid… Oreja protestada para Francisco José Espada

Pablo Bielsa 13 mayo 2018 España, Por Pablo Bielsa

Las Ventas, 13 de mayo de 2018. Sexta de la Feria de San Isidro. Dos tercios de entrada. Con toros de Baltasar Ibán, por lo general encastados y muy bien presentados.

Alberto Aguilar: Silencio y silencio.
Sergio Flores: Ovación y silencio.
Francisco José Espada: Oreja y silencio tras dos avisos.

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Una tarde en la que volvía el frío a la capital. Un cartel que ilusionaba mucho ya que Alberto Aguilar iba a realizar, en principio, su última actuación de torero en el ruedo venteño. Un Sergio Flores que se mostró torero ante su primero. Y por último el protagonista de la tarde, Francisco José Espada, quien cortó una oreja que fue protestada por cierto sector de la plaza pero si el público la pide con mayoría, se debe conceder.

El primero de la tarde, para Alberto Aguilar, peleó al caballo con la cara alta. Se revolvió en la segunda puya y siguió con la cara alta. Comenzó la faena sin conectar con el tendido. Prosiguió con la mano derecha tras romperle la muleta. Fue capaz sin embargo de imponerse con actitud y dar todo de sí el diestro. Cambió a la izquierda en un toro complicado. El astado se metía por dentro; es decir, aprendió y se fijó en el torero. Se cuadró delante del toro, asumiendo el riesgo del astado. Con dignidad se fue Aguilar a por los aceros. Estocada tendida pero por la peligrosidad de la embestida del astado.

Peor fue de salida el cuarto, para el madrileño. El toro salió del caballo molesto por las varas que le propició el picador. En la segunda arrancada llegó a estrellar el caballo contra las tablas llegando a verse en algún momento cierto desorden en la lidia. El brindis fue para el tendido de Madrid, el que tan volcado estaba con el torero para verle triunfar en el día de su despedida. A pesar de todo, el toro se vino arriba y metió la cabeza con ligeros toques de casta. Una pena fue el desatino con los aceros, lo que provocó que se entibiara su actuación.

Sergio Flores recibiría a un toro que decidió volver a los toriles según salió. No conoció apenas la suerte de varas. La faena la comenzó por arriba pero en uno de los giros bruscos que dio el toro, éste se calló al suelo. El viento se empezó a hacer presente. Decidió, inteligentemente, dibujar tandas cortas que provocarían la embestida y mantendrían las condiciones físicas del animal. Le costó enganchar al astado en la muleta pero cuando lo conseguía, el animal metía la cabeza con clase. Todo fue a un ritmo lento pero no por ello hizo que el público desconectase. Se mostró muy torero tras aguantarle varias miradas a la altura del pecho cuando el toro decidía pararse. La estocada fue trasera aunque certera.

Arremetió sin fuerza al caballo el segundo del lote de Flores. En el segundo puyazo, con la cara alta, nuevamente sin fuerza salió. Empezó la faena con la mano derecha, pero no consiguió entenderlo al inicio. El toro era algo soso. Se cuadra el mexicano al natural, pero no consiguió conectar, y dado que el toro lleva la cara alta, pocas opciones hubo de triunfo. El público se quedó frío. Media estocada fue la que concluyó la faena.

Bien lidiado fue el tercero de la tarde, primero del lote de Fco. José Espada. Entró al caballo con la cara alta y sin compás. Mostró poca clase el toro durante la lidia, y fue peligroso en ella. Al comienzo de la faena, ligó una tanda con la mano derecha muy precisa. Encuentra el sitio en la plaza para torearlo con rigor, y así ligó una tanda de naturales de mucha calidad. Mucha actitud torera puso el diestro, dejando destellos de clase. Se arrimó y se acercó. Manoletinas que dejaron sensaciones buenas entre el público. Quizás cayó en el error de que cuando el tendido empezó a ver ciertas cualidades buenas del toro, el torero decidió tomar la espada cuando aún se le podría haber dado un par de series más.

Fco. José Espada recibió al sexto y último de la tarde, el que hizo como sus hermanos, según salía al ruedo se volvió a la puerta de toriles. El toro en el caballo pudo haberse lucido más ya que no dejó malas sensaciones en cuanto a su arranque aunque no tanto en la forma de meter la cabeza. El brindis fue para el tendido como signo de agradecimiento por su apoyo. Sin embargo las cosas cambiaron con este toro y no supo entenderle desde los comienzos. El toro tampoco dijo nada especial ya que se paraba a media embestida. Se le fue complicando la cosa al son que se fue poniendo más nervioso con los pitos que escuchaba. Sonó un primer aviso cuando aún no tenía empuñada la espada, ya que intentó alargar algo que no caló en los asistentes. Tuvo poca suerte al entrar a matar.

En conclusión, una tarde que por lo menos el público asistente pudo ver algo fuera de lo que estaba acostumbrado durante las corridas pasadas; es decir, una terna que no hizo mal su labor, a pesar de muchos fallos que se cometieron como el centrarse más en el lucimiento que en la lidia por parte de Fco. José Espada. Pero diferente también por unos toros que, con más o menos clase, pero que transmitieron. Esto se debió a que no fueron toros que siguieron la muleta como perrillos, sino que fueron toros muy exigentes, de los que hay que hacerles las cosas bien. Por todo ello, “Hoy he estado en los toros”.

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