En la Monumental México… ¡Vaya moruchada de Fernando de la Mora!
Con una entrada muy modesta en la Monumental Plaza de Toros México, en lo que ha sido el décimo primer festejo de la actual Temporada Grande 2017-2018, se han lidiado mansos, descastados, impresentables mini pequeñajos, procedentes de la ganadería de Fernando de la Mora y Ovando, el quinto perteneció a la ganadería de, Xajay, y aunque bien presentado ha resultado manso, descastado; el sexto bis que sustituyó a un mini pequeñajo de la ganadería titular, provino de la ganadería de Montecristo y fue un toro pregonao.
Jun Pablo Sánchez: Silencio tras aviso y saludó en el tercio tras aviso.
Arturo Saldívar: Silencio en su lote.
Ginés Marín: Silencio y fuertes pitos tras tres avisos.
Detalles:
Concluido el paseíllo, se guardó un minuto en recuerdo del ganadero Luis Álvarez Bilbao, así como del matador Ricardo Balderas.
Diego Martínez, fue llamado al tercio para ovacionarle tras magnífico par al quinto.
Cornada del apoderado Jorge Cutiño Ruiz
En la lidia del sexto toro el Matador Ginés Marín, fue empalado en varias ocasiones, por lo que su apoderado Jorge Cutiño Ruiz entró a hacer el quite, siendo sacado del burladero de manera aparatosa sufriendo grave cornada sobre costado derecho de dos trayectorias una hacia arriba y atrás de 15 centímetros y otra hacia abajo de 10 centímetros, que lesionan piel tejido celular subcutáneo, aponeurosis y músculos de la región .
Fue operado en la enfermería de la Plaza en donde se efectuó exhaustivo lavado quirúrgico, amplia debridación y reparación de piel y tejidos lesionados. No ameritó internamiento hospitalario y será valorado el día de mañana para revisión y retiro de drenajes para que de ser posible pueda viajar mañana por la noche a España . Firma: Dr. Rafael Vázquez Bayod.
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Enrique Braun, ocupó el palco de la autoridad en la Monumental México, y al igual que sus compañeros, sólo ha vuelto a mostrar lo que les conocemos todos…
… ¡INCOMPETENCIA!
Los buenazos para nada que habitan cada ocho días ese palco de la nula autoridad han devaluado al espectáculo del mayor coso del mundo, por sus incontrolables e ilógicas decisiones, como la de esta tarde en cuestión en donde aprobó el buenazo de Brauny a cinco impresentables, auténticamente impresentables mini-pequeñajos de Fernando de la Mora.
Una Fiesta sin honestidad va a la debacle y, esa honestidad en la Fiesta, sólo puede estar representada por:
El toro auténtico para el torero de verdad.
Si no aparece en el redondel el toro con más de cuatro años, íntegro de sus astas, con casta y bravura, todo… absolutamente todo, será sinónimo de la nada.
No trasciende y comienza alejarse el público por la falta de verdad.
Por ello, no se entiende cómo fue posible que para un cartel tan interesante que conformaron tres jóvenes que están acostumbrados a enfrentar al toro en toda su dimensión, como Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar y Ginés Marín, se les haya elegido una de las peores ganaderías…
… ¡sí!, de las peores ganaderías comerciales, que hay en México, como sin lugar a dudas es la de Fernando de la Mora.
Por supuesto, que existen otras como la de Teófilo Gómez ‘teofilitos’ los Bernaldo de Quirós ‘bernalditos’, que ofenden a la grandeza del arte del toreo, por ser hacedores del ‘bobipequeñajo’.
Juan Pablo Sánchez ha estado mostrando la tenacidad conocida, con su primero arrancó series con ambas manos entendiendo del lento caminar del astado, ayudándole a que no se volviera a derrumbar tras la segunda serie con la mano diestra, para después conducido a media altura respondiera como un borrguito a medio morir. Estuvo mal con el acero, y todo quedó en el reconocimiento del esfuerzo.
Con su segundo de nombre, Río Dulce, no pudo concretar algo que llamara la atención con la capa, porque el pequeñajito era tan malo, pero tan malo, que iba a media altura deslucido. Hubo series interesantes con ambas manos, hasta conseguir la dosantina; y se puede afirmar que hubo otra faena correcta, en donde volvió a encontrar la distancia para acompañar el lento caminar del bobipequeñajo, el que restó toda grandeza a la Fiesta y al torero. Mal volvió a estar con el acero.
Arturo Saldivar, con su primero, Pintor, tuvo en verdad una encrucijada, ya que este tipo de ejemplares mansos, descastados les impiden concretar algo trascendente. Y a pesar de las buenas intenciones, no se llegó a nada.Tras un pinchazo deja una estocada caída Arturo Saldívar.
No creo que haya sido para su buena suerte de Arturo, pero como segundo, apareció un toro de Xajay, al que recibió con una larga de hinojos, de pronto se le revolvió y Arturo tuvo que saltar al callejón para salvar la integridad,
El toro desarrolló genio, esto es la casta mala, que hace del toro manso, violento, en extremo violento y complicado; y así acudió estuvo breve esforzado, destacando acaso dos series con la mano diestra, pero no había más que hacer…
… bueno, lidiar y dejar una gran estocada que no llegó.
Ginés Marín, ha tenido la más desangelada presentación en la Monumental México, en su primera participación dejó una faena aburrida porque el bobipequeñajo es era soso deslucido con todos los pecados de la mansedumbre… rajado, reservón en fin. Al final, Ginés, quiso entusiasmar con horribles bernadinas, pero en la realidad no dijeron nada. Tras estocada caída, decidió saludar en el tercio.
¡Otro mini-pequeñajo impresentable!, resultó el sexto de nombre, Mayito, si de Fernando de la Mora, fue tan protestado, pero en verdad tan PROTESTADÍSIMO, por lo que el buenazo de Brauny tuvo que devolverlo, así le abrieron la puerta de toriles y salió huyendo para los corrales.
Apareció como sustituto un ejemplar de Montecristo, horripilante, grandón, largo, silleto, de nombre, Fiel amigo, que de fiel nada y mucho menos de amigo tuvo. Su violencia fue tan extrema que decidió abreviar Ginés, en medio de la lluvia que en ese momento comenzó a pronunciarse; y justamente cuando preparaba la suerte suprema, se tropezó con el toro y resbaló cayendo en la arena y el toro hizo feamente por él.
Entre las ayudas que hicieron acto de presencia estuvo su representante, Jorge Cutiño, y cuando ingresaba al burladero, ahí el toro aventó un derrote le envió a los cielos, y cuando cayó en la arena fue herido.
Ginés, todo maltrecho por los guantazos recibidos, volvió a la cara del toro, estuvo fatal, absolutamente fatal con el acero, y con el descabello mucho peor, escuchando los tres avisos.
Todo acabó en el desastre total, por culpa de la irresponsabilidad ganadera, por la irresponsabilidad de una inexistente autoridad…
… ¡hasta cuándo se tendrá que soportar a estos ineptos del palco de autoridad!
No sabemos, porque la inútil Comisión Taurina de la Ciudad de México, todo hace ver que no se da cuenta de nada, sólo va a exhibir su presencia en el callejón.
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