En Manizales… David Martinez destacada en una tarde sin toro
Monumental plaza de toros de Manizales, tercer festejo del ciclo Toros y Ciudad. Corrida de toros, reservada a diestros nacionales, lleno total. Astados de tres ganaderías Dos Gutiérrez, Agua luna y Ernesto Gutiérrez, remiendo no anunciado en los carteles.
Ramsés Ruíz: Palmas, tras petición.
Andrés de los Ríos: Palmas, pitos al astado.
Gustavo Zúñiga: Palmas.
Santiago Gomez: Pitos, tras aviso.
David Martínez: Oreja.
Camilo Pinilla: Palmas.
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En una tarde sumamente agradable con un escenario de lleno total se dio inicio al último festejo del ciclo taurino Toros y Ciudad; en los carteles se anunciaban seis diestros nacionales ante los toros de Dos Gutiérrez y Agua Luna, encierro que presentó un remiendo de la dehesa de Ernesto Gutiérrez. En general toros lisiados, los de Dos Gutiérrez sin pitones, como es característico de esta casa, carentes de combustible y fuerza; los de Agua luna un poco más agresivos, pero sin clase ni fuerza, con el agravante de una manipulación evidente de pitones. Aspecto intolerable en la fiesta, pues citando a nuestro director, la fiesta se llama brava y apellida encastada. Respecto al remiendo de Ernesto Gutiérrez, un tanque sin pitones ni alma.
Oráculo (455 kilos) de la Ganadería de Dos Gutiérrez, correspondiente al bogotano Ramsés Ruiz, fue un toro carente de pitones, que salió partiendo plaza rematando con fortaleza en el burladero; Ramsés lo recibió con medias cambiadas por la espalda, emocionando al tendido y mostrando la voluntad del diestro; tras el paso por el caballo, un quite por saltilleras, en el que ya se anunciaba el mayor problema del astado, que encontró la querencia en tablas y cerró toda posibilidad; inició faena al hilo del tablado pero ya el toro no tenía recorrido, fijeza ni combustible, una pena pues el diestro Bogotano venía a por todas. Culmina su labor con certera estocada. Palmas, tras petición, más por la estocada que por la faena.
En segundo lugar Filibustero (440 kilos) de la ganadería de Agua Luna, fue un negro listón corniveleto, que devolvió la fe en el festejo tras la escasa cornamenta del primero de la tarde; al ruedo Andrés de los Rios, que trato de agradar, de mostrar, pero ni lo uno ni lo otro, tras el tercio de varas se quedó sin toro, lidiando un animal que acusaba debilidad y quizás una lesión en el remo posterior derecho; tal suerte lo llevo a tomar los aceros donde tras pinchazo logra estocada efectiva. Palmas y pitos en el arrastre.
Al caleño Gustavo Zúñiga correspondió Ilusión (446 kilos) Toro agresivo de salida proveniente de la dehesa de Agua Luna; le recibe de hinojos, emocionando al respetable; como es característico en él cubre el segundo tercio, tras el primer par al violín, tratando de parar al toro, sale mal librado recibiendo fuerte golpe, en el segundo par los tendidos le aclaman; con la muleta trato de ligar, pero el toro ya en este punto era una masa que reculaba escarbando, sin acometividad; tras dos pinchazos estocada caída. Palmas.
El palo de la tarde lo daría Santiago Gomez con Flor de Liz (452 kilos) de la ganadería de Dos Gutiérrez, ya desde los lances de bienvenida se le vio desdibujado al torero, sin sitio ni valor; con la muleta no se encontró en ningún momento, reponiendo zancadas; si bien el toro no era fácil, Gomez no pudo resolver; ante lo evidente el público se vino contra él generando una bronca generalizada; entre pitos se propone matar con una estocada tendida que, por suerte para el torero, fue suficiente. Una pena que se desaprovechen oportunidades así. Pitos generalizados.
A David Martínez, le correspondió Carnaval (482 kilos) proveniente de la ganadería de Ernesto Gutiérrez, toro grande, gordo, carente de pitones, que a razón de su peso no tenía movilidad, un toro muy al tipo de esta ganadería, muy al tipo de lo que no se quiere ver en una plaza, en palabras de nuestro director un Toribobo, Martínez se mostró voluntarioso con el percal, con ganas e interés por hacer las cosas correctamente, se nota que su paso por ruedos internacionales a calado positivamente en su concepto, se nota que tiene para dar, sin embargo no puede caer en el juego del tremendismo; cubrió el segundo tercio ganándose a un público que necesitaba despertar; con la muleta trato de ligar por la derecha, pero el toro no tenía nada que ofrecer, su peso no le permitió mostrar la docilidad de su encaste. Con un pinchazo profundo que pasaporto al astado, reclamo tras petición la primera y única oreja de este ciclo taurino.
Cerró plaza Camilo Pinilla, lidiando a Feliciano (444 kilos) un toro bien hecho, bien armado, de la dehesa de Agua Luna, un toro que prometía de salida, pero que se diluyo tras el fuerte castigo que le propino el varilarguero Rafael Torres, castigo excesivo en una corrida escasísima de fuerza; con la muleta el toro pierde las manos, no se arranca, en definitiva, no había toro; Pinilla quiere crear, pero no hay con qué; termina su presentación con una estocada de mala factura, leves palmas.
Aspectos a resaltar: Una constante de este ciclo fue la masiva asistencia a los festejos, en esta corrida de colombianos, el lleno fue total; enhorabuena por la afición de Manizales y los foráneos que fuimos a compartir su ciclo prefería.
Para reflexionar: La falta total de respeto ante el toro de lidia por parte de algunos ganaderos. Señores el toro debe ser integro, un toro de verdad, sin maquillajes, sin manipulación. Nosotros, las gentes del toro, somos los llamados a preservar el arte y la verdad, una fiesta brava si amaños, pues no se puede restar peligro, a lo que por naturaleza debe ser riesgoso, el rito así lo exige, allí reside la grandeza del toreo.
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