En Las Ventas… Damián Castaño ovacionado en su lote con toreo de clase y quietud

01 septiembre 2024 Miguel Ángel Herráiz

Crónica de Miguel Ángel Herráiz

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Las Ventas. Domingo 01 de Septiembre de 2024. Cuadragésimo noveno festejo de la temporada. La entrada registró 6.515 de acuerdo a lo que me informó la empresa. Primer desafío ganadero de septiembre en Las Ventas con toros de Saltillo (1°, 2°, 3°) y Valdellán (4°, 5°, 6°) de buena presencia, encastados, variedad de comportamiento y movilidad que dieron juego. Los toros: Primero encastado, enrazado y con fuelle. Segundo colaborador y justeza de fuerza. Tercero bravo y enclasado. Cuarto poca fuerza y a menos. Quinto feble y deslucido. Sexto noble y colaborador.

Sánchez Vara: Silencio tras aviso y silencio.

Rubén Pinar: Aplausos y silencio.

Damián Castaño: Vuelta al ruedo tras aviso y ovación tras aviso.

Detalles:

Damián Castaño destacó en ambos acoplándose y practicando toreo de arte, gusto y asentamiento; el desacierto con el acero le privó de salir por la Puerta Grande. Sánchez Vara se lució por verónicas en su primero y mostró oficio en ambos. Rubén Pinar estuvo solvente en uno y el otro no ayudó.

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Orden de lidia -sorteo-

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Prólogo

Primer desafío ganadero de septiembre en Las Ventas con toros de Saltillo (1º, 2º, 3º) y de Valdellán (4º, 5º, 6º), encastados, con buena presencia, comportamiento variado y movilidad, que mantuvieron la atención del público y dieron juego a los toreros.

Damián Castaño se entregó en su lote, practicó un toreo de asentamiento, clase y arte con la mala fortuna de estar desacertado con los aceros e irse sin cortar orejas, pero con el reconocimiento del respetable que valoró su buen hacer. Sánchez Vara brilló con el capote en su primero mostrando firmeza y suficiencia, el otro tuvo calidad y escaso fuelle, mermando las posibles opciones de triunfo aunque le permitió mostrar oficio. Rubén Pinar exhibió solvencia frente a un exigente astado, el otro careció de transmisión y fuerza suficiente.

El Festejo

El primero de Sánchez Vara embistió con nobleza en el saludo de capote, dándole unas sentidas y acompasadas verónicas rematadas con una excelente media en el centro del ruedo. Fue duramente castigado en varas mermándole opciones para la muleta; aún así tuvo fondo suficiente en el último tercio. Aunque no humilló y perdió desplazamiento lidió con valor, firmeza y ritmo por ambos pitones, cuajando un par de entregadas y sentidas tandas por el izquierdo consiguiendo enjundiosos naturales. Estuvo desafortunado con los aceros. Mató de dos estocadas bajas tendidas, media larga tendida, estocada tendida atravesada y dos descabellos. Escuchó un aviso. Silencio.

Su segundo de Valdellán embistió en el capote con la cara alta y las manos por delante. Derribó en la primera vara y entró tres veces al caballo mostrando bravura. Banderilleó el matador arriesgando en dos pares al cuarteo asomándose al balcón y uno lentamente ejecutado al violín. Blandeó en la primera serie con la muleta. En las dos siguientes fue a peor y cayó sobre la arena sin posibilidad de continuar ni lucimiento alguno. Mató de estocada algo caída. Silencio.

Rubén Pinar recibió a su primero de Saltillo estirándose por verónicas, se fue quedando corto y optó por llevarlo hasta los medios. Entró dos veces al caballo midiéndole el castigo. Le mostró la muleta con firmeza ayudándose con la voz. Por el derecho mostró escasa entrega en la embestida, blandeó y consiguió con oficio que se tragara los muletazos. Cambió al izquierdo, los dio de a uno y en el tercero se paró. Volvió al derecho y sin obligar embistió a media altura. Mató de estocada arriba con efecto rápido. Mató de estocada arriba de efecto rápido. Aplausos.

El de Valdellán embistió sin transmisión en el capote. Empujó en el caballo. Con la muleta en la izquierda citó a media altura ligando tres, teniendo que rectificar terrenos a continuación. Por el derecho fueron de a dos y en la siguiente serie de a uno obteniendo, a continuación, tres ligados a media altura sin transmisión alguna. Lo intentó a pies juntos con la izquierda y el escaso recorrido restó emoción a la labor. Mató de pinchazo y estocada baja de efecto rápido. Silencio.

Damián Castaño tuvo un primero de Saltillo al que le costó acudir al caballo. Se entregó en el tercer puyazo. En la muleta colaboró. La primera serie con la izquierda fueron de a dos con calidad y vibrante remate de pecho. En las siguientes por el mismo pitón la nobleza del toro permitió darlos con asentamiento, sensibilidad, transmisión, llevarle uncido a la multa y conectar con los tendidos.

Por el derecho la emoción fue a más y cuando retomó con la izquierda la entrega, lentitud, calidad y arte llevó a la comunión total de público y torero. El desacertado uso del verduguillo le privó de trofeo. Mató de media estocada tendida y cuatro descabellos. Escuchó un aviso. Vuelta al ruedo.

Dos varas recibió el de Valdellán. Con la muleta en la derecha abrió el compás, bajó la mano, ligó y los dio con ajuste colaborando el toro y obedeciendo a los sutiles toques. Los naturales fueron jaleados por el público que disfrutó de los remates a pies juntos y pecho erguido. El uso de los aceros volvió a privarle de la obtención de trofeos. Mató de tres pinchazos arriba, estocada tendida caída atravesada y dos descabellos. Escuchó un aviso. Ovación.

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