En Zaragoza… Alejandro Talavante cortó varias orejas

Redacción 14 octubre 202314 octubre 2023 España, Por Redacción

Zaragoza. Novena de la Feria del Pilar. Lleno. Toros de Juan Pedro Domecq, anovillados, mansos con movilidad, el cuarto descastado y el sexto manso con genio; el sexto bis fue el más impresentable.

Alejandro Talavante: Oreja, oreja con dos vueltas al ruedo y oreja.

Ginés Marín: Oreja con petición de la segunda tras aviso, ovación y silencio.

Detalles:

Concluido el paseo de cuadrillas se ha convertido en magnífica costumbre escuchar el Himno Nacional de España, lo que consolida la identidad.

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Se han lidiado los animalillos de Juan Pedro, los juanPedrines, ahora salieron salvo dos de bondad infinita, de docilidad borreguna, y esto resta grandeza a una corrida de toros. El toro tiene y debe ser bravo, encastado e íntegro, el torero tiene y debe imponer su tauromaquia con base en su valor sustentado en el Aguate, y una vez que el dominio se ha consolidad, realizar aportaciones artísticas con el poder del sentimiento.

Cuando esto último se devalúa por el torillo de bondad franciscana, no logra trascender lo que se realice en el redondel, porque faltó la casta y la bravura, que justamente le dan nombre y apellido al arte del toreo.

Alejandro Talavante cortaría la primera oreja del que abrió el festejo, un mansillo que pronto se fue yendo a menos. Algo intentó decir con la zurda, pero que ha sido la espada la que le ayudó a cortar una oreja.

Con su segundo -tercero del festejo- con cara de bonda infinita, tuvo movilidad y dulzura, diría la prensa corrupta para justificar la falta de casta y de bravura. Dejó unos lances correctos pero no de mayor relevancia. Al estilo Roca Rey -Talavante es buen imitador de toreros- se puso rodillas en la parena para comenzar con un pase cambiado, luego la bondad ovejuna le permitió correr la mano izquierda a prudente distancia, con esas poses en donde transita lo cursi.

El público que había tenido una feria con buenas intenciones pero fallida por la mansedumbre y descastamiento, estaba feliz. Las manoletinas rocareyistas y una habilidosa estocada hizo claudicar al mansesco ejemplar. Hubo petición de las orejas. Hizo muy bien la presidencia en autorizar la que corresponde al público y mucho mejor de no ponerse a regalar la segunda. Al final después de la oreja dio hasta dos vueltas al ruedo, ya tendrá Talavante que contar a sus nietos.

Y salió el debilucho quinto, consecuencia de un suspiro de casta. La movilidad le permitió acudir las primeras series, pero cuando la mansedumbre y el descastamiento mandan, hubo que buscar la querencia, ahí sacó más series, que hicieron anhelar verle torear toros bravos, encastados, y no aproximaciones que no le otorgan fundamento a la fiesta. No ofició bien en la primera y todo quedó en otra oreja.

Ginés Marín que ya es tiempo de consolidarse como uno de los toreros de primer nivel porque posee argumentos, ha estado mostrando la solidez de su tauromaquia. Con su primero que tuvo movilidad, destacó en cadenciosas verónica y mejor con la tela roja en donde hubo bastantes pases de mérito. Al final pases en redondo y unas bernadinas. Tras la estocada una oreja.

Fastidiado ante la mansedumbre evidente de su segundo, el prólogo de su faena fue de rodillas que a pesar del esfuerzo no pasarán a la historia como tampoco todo lo hecho con un toro que no quiso ofrecer nada a pesar de que Gines rebasó el nivel de su jurisdicción

El sexto bis -se descordó el sorteado- un animalillo más chico que los demás hubo también esfuerzo, aunque tampoco hubo los resultados deseados.

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