En Zaragoza… Diego Ventura, por la puerta grande

16 octubre 2022 Redacción

Zaragoza. Domingo 16 de octubre de 2022. 11º. y último festejo de abono de la Feria de El Pilar. Casi lleno. Toros de Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez y de Los Espartales (3º, 4º y 5º), mostraron mansedumbre, el sexto hasta genio.

Rui Fernandes: Silencio tras dos avisos y oreja.

Diego Ventura: Dos orejas y dos orejas y rabo.

Mario Pérez Langa: Oreja tras aviso y vuelta al ruedo.

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Diego Ventura ya en la fase final de esta gran temporada no podía dejar pasar esta gran oportunidad en el coso de La Misericordia en donde volvió demostrar el por qué es la primera figura del arte del rejoneo.

Incontenible estuvo con su primero -segundo del festejo- imponiéndose a un manso que iba al refugio que le proveen las tablas. Le obligó a salir de esa limitante, y fue así como pudo consumar un magistral toreo de costado, luego imponer banderillas en terreno absolutamente expuestos, hasta llega a dejar banderillas a dos manos al quiebro.

No se podía creer que un animal que se resistió al inicio había sido embrujado por el mágico toreo de Diego y consiguió consumar esa gran faena enloqueciendo literalmente a los tendidos. Un pinchazo y un rejón mortífero para recibir dos orejas.

Las cartas estaba echadas para ir a más, y así lo hizo Diego, con un buen toro de Los Espartales, espléndido estuvo en banderillas para incluso dejar varias gamerinas. Cabe hacer notar que el propio gran rejoneador ha comentado que la primera vez que vio realizar, lo que se ha dado en llamar hermosinas, las hizo el mexicano Emiliano Gamero quien las bautizó como gamerinas- tiempo después le comenzaron a decir hermosinas. Estuvo absolutamente genial y después de imponer las banderillas a dos manos sin la rienda, dejó el mortífero rejó que hizo claudicar al toro y así llegaron dos orejas y rabo.

Con el que abrió plaza, Rui Fernandes, hizo gala de su pulcra tauromaquia, con un manso al que se le acabó imponiendo, así llegaron banderillas impecablemente puestas que se ovacionar y fuerte. Lastimosamente dos pinchazos impidieron mayor premio que el silencio respetuoso.

Rui Fernandes con el cuarto -su segundo- también luchó con la mansedumbre y se refugió en tablas. Y su gran capacidad le hizo embestir y con ello lucir con banderillas consumando cada una ceñidamente. Tras un rejón de muerte que fue suficiente una oreja.

El tercero fue de Los Espartales y correspondió a Mario Pérez Langa, quien se impuso y consiguió momento de suma importancia. El toro tuvo su movilidad, pero el rejoneador la pasión y entrega. Así que tras oficiar con el rejón de muerte recibiría una oreja.

Cerró plaza un toro de Sánchez y Sánchez, manso con genio. El joven rejoneador con base en voluntad inquebrantable y absoluta entrega superó el reto, si bien es cierto que le alcanzó feamente a sus cabalgaduras, no claudicó. Dio vuelta al ruedo.

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