En Lima… Culminó la Feria de La Esperanza con Juan Carlos Cubas triunfador

Redacción 18 septiembre 202219 septiembre 2022 Perú, Por Redacción

Plaza de Toros La Esperanza. Domingo 18 de setiembre del 2022. Registrado el mejor ingreso en localidades de toda la feria, con algo más de media entrada en los tendidos, se dio la cuarta y última tarde del serial ofrecido por Producciones La Esperanza en la plaza homónima, propiedad del entusiasta y meritorio empresario Tito Fernández. Corrida muy bien presentada de don Aníbal Vásquez, salidos todos con la divisa naranja de Paiján aunque los hubo también del otro hierro de la casa, El Olivar. Bonitos de tipo, serios de cara, bajos, con transmisión el 2do. y 5to. premiados con vuelta al ruedo. Este quinto con esa cuota de bravura que sobresalió y motivó su merecido premio.

Juan Carlos Cubas: Vuelta al ruedo, oreja y dos orejas.

Alejandro Fermín: Oreja, silencio y silencio tras aviso.

Detalles:

Tomó alternativa como picador de toros quien recibió la vara cedida por el varilarguero nacional Yaco Reyes.

Nuevamente volvió a rugir una plaza limeña con olés rotundos en la faena del quinto de Juan Carlos Cubas.

Matador Juan Carlos Cubas invita al ganadero Aníbal Vásquez a dar la vuelta al ruedo entre clamores, acompañados ambos por varios niños.

Brindó Alejandro Fermín al empresario Tito Fernández y también a su par Emilio Serna.

Estuvo de cumpleaños el de plata Cristián Córdova Camucho.

Administró bien el palco los tiempos de la lidia y la conducción en general del espectáculo.

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El reciente fin de semana último, cerró con éxito artístico la Feria de La Esperanza en el distrito de Lurín, a 20 kilómetros del centro de Lima, a partida doble, el sábado 17 con novillada y domingo 18 con la corrida de toros que finalmente recayó en un mano a mano entre el matador Juan Carlos Cubas y su par Alejandro Fermín ante toros de Paiján.

La de este domingo 18 de septiembre, era una corrida anunciada con tres espadas. Quedó finalmente en mano a mano entre el experimentado diestro peruano y primera figura nacional, Juan Carlos Cubas, con el español Alejandro Fermín. No llegó el mexicano Héctor Gutiérrez por problemas en su documentación de viaje. Inexplicable desliz por parte de su apoderamiento.

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Lleva gente el nacional. No en vano sus 17 años de alternativa resultan poca cosa. Esta temporada tras pandemia, ha impreso a su toreo de hondura, ese matiz de maestría que el poso y la experiencia consolida en un artista como él. Llega incluso, a diferencia de sus comienzos, a establecer conexión clara y sentida con los públicos.

Está en racha que viene engarzada desde su reciente actuación en Tacabamba. Ayer, con el tercero de su lote, el salido quinto, de gran condición en muleta, donde emergió esa cuota de bravura contenida en su línea sanguínea y cuidada a través de la selección y esfuerzo criador del ganadero que le merecieron la vuelta al ruedo concedida desde el palco con criterio de buen aficionado; el matador nacional estuvo entregado, cadencioso, con la confianza de no dejarse ganar la apuesta.

Con mucha inteligencia, provoca las embestidas del toro que se arranca alegre, fijo y con transmisión. Presenta retrasada la muleta para citar y embarcarlo en ella de largo. Tiene calidad el toro cuando coloca la cara y humilla noble y repetidor. Se oyeron los olés más rotundos de todo Lima de los que se dejaron de oír en estos dos últimos años.

Faena sólida, breve y estructurada. Estocada entera que parte al toro, tras un pinchazo arriba que no constituye demérito. Muestra el usía dos pañuelos blancos y uno azul que dan pase a dos orejas y la vuelta al ruedo para el toro. Merecidos.

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Cortó un trofeo más en su segundo, salido tercero tras faena donde supo marcarle alturas y terrenos. Acusa cierta sosería el bicho. Cubas va provocándolo, se ciñe incluso y logra muletazos de uno en uno de buena factura. Hay olés que brotan sentidos por la entrega y disposición del torero nacional. Estocada caída sigue a un golpe de cruceta certero. Petición mayoritaria que obliga a una oreja.

Con el primero abre plaza que se desvainó el pitón derecho al dejarlo rematar en la barrera, ofreció una faena estructurada que pudo merecer premio sino fallara con la espada. Pinchazo y descabellos. Vuelta al ruedo que el juez autoriza para el matador.

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Alejandro Fermín, debutaba en el Perú. Los aficionados enterados aguardaban verlo por reconocerle ese tono artístico con el que marca su concepto. Aparte es torero de valor y técnica depurada. Fiel a los modos y maneras de allende tierras del otro lado del charco. No desentonó pese a haber estado poco feliz con la tizona.

La faena con su primero en el que se dejó ver, fue aseada, estructurada. Se sustentó por el derecho que fue el pitón del toro. El toro metió con fuerza en la cabalgadura del recién alternativado picador Lito.

Tuvo además transmisión y también llevó clase para embestir por el izquierdo el presentado bajo el otro hierro de la familia Vásquez – De las Casas, El Olivar. Pinchazo, estocada desprendida. Una oreja y vuelta al ruedo para el buen toro.

En sus dos toros restantes, especialmente el salido 4to., pudo haber merecido pasear algún trofeo. El sexto fue muy probón. Lástima, pues tuvo en el fallo con la espada su talón de Aquiles. No obstante ha dejado muy grata impresión.

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El sábado, de la víspera, actuaron dos novilleros asentados, Nicolás Vásquez y Julio Alguiar, agradando y cortando cada uno tres orejas valoradas en función del público que estuvo con ellos. Destacaron las maneras y mayor fuelle de Alguiar quien se forma prácticamente en España. A la postre declarado triunfador de la novillada.

Les acompañaron dos debutantes sin caballos, José Antonio Tapia y Ricardo Gutiérrez quien mostró mejores credenciales y gustó. Dieron sendas vueltas al ruedo.

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