Así observó Thierry Reboul a… La corrida azul, blanca, roja de Bayonne
De hecho, la Corrida Azul, que ha sido el primer festejo de la Feria del Atlántico fue una corrida de toros azul, blanca, roja. A menudo, las corridas de expectación son corridas decepcionantes. Con un cartel que tuvo que ser cambiado tras la salida de Roca Rey, con tiempo de lluvia, esta tarde, que no fue de “expectación“, fue un grato momento para el toreo.
Siempre habrá un elemento marcado por la emoción inherente a la tauromaquia en la entrega de trofeos, así que dejemos de lado el debate sobre el número de premios otorgados. Vimos esta tarde un encierro de El Vellosino que fue a más. Los dos primeros han sido para el olvido, los cuatro últimos permitieron que la corrida mantuviera su interés. Los puristas preferirán el cuarto toro, serio y encastado. Otros se decantarían por el sexto que resultó noble y que ofrecía muchas opciones al torero.
Pablo Aguado tuvo una interesante actuación en su primero, un toro manso, al que sacó todo lo que le ha sido posible. Fue menos convincente en el quinto. Sin gran cosa qué hacer del primero de, Juan Leal, cortó dos orejas en el cuarto muy encastado. Su interesantísima faena, bien equilibrada entre el clasicismo y el tremendismo, concluyó con un empuje antológico.
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Desde su faena de Villeneuve de Marsan, vimos a un gran lidiador en Adrien Salenc. Cortó dos orejas al tercero por una faena muy bien estructurada que hizo crecer a un toro que al principio de la faena no había mostrado muchas posibilidades. El último, más noble y colaborador, permitió al torero expresarse, así como conectar con el público a la vez que se involucró con una forma muy inteligente, imponiéndose al toro. Y como la rúbrica fue una gran estocada, el triunfo resultó inevitable. Este año, Adrien, ha subido de nivel, de categoría y puede presumir de hacer una temporada 2023 con contratos de “responsabilidad”.
Jóvenes aficionados en defensa de la Cultura
Es oportuno hacer notar, que antes del despeje de cuadrillas, los jóvenes aficionados leyeron un texto presentando su acción en defensa de nuestra Cultura. Lástima que lo hayan hecho cuando el público se instalaba en sus asientos.
Toro a toro
El primero fue un toro bien hecho y correctamente armado. Acudió distraído a la capa de Juan Leal. Creció en el primer encuentro con el caballo; mientras que el segundo viaje sólo fue un picotazo. La faena dio inicio con la mano derecha, apenas y con fuerza se vio el toro reservón. El soso ejemplar, fue toreado por alto con suavidad. La entrega de Leal, le hizo bajar la mano pero el de Vellossino no tenía casta para acudir. Por la izquierda, si el torero le obligaba, doblaba las manitas. De vuelta a la derecha, el bicho ya no avanzó. Leal redujo los terrenos. Y el toro se acabó, ya no transmitió nada. Juan Leal, tras pinchar, dejó un espadazo en buen sitio. El bicho tardó en caer. Silencio para el torero, pitos para el toro.
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El segundo fue un burraco bien hecho. Fue recibido con elegancia por Pablo Aguado. Muy justo de fuerza, tomó un primer puyazo dejando en el peto su fuerza. El segundo también fue demasiado fuerte el puyazo. Adrien Salenc fue aplaudido tras un buen quite. Aguado le responde con chicuelinas y media de orfebre que desencadenó olés y ovaciones. Por doblones el sevillano lleva el toro al centro del ruedo. Sin embargo, el manso volvió a las tablas. El torero intenta mantenerlo en los medios. Acierta en una serie por la derecha dejándole la muleta en el hocico. Lo siguiente es excelente y dispara la música. Por la izquierda, el de Vellosino sólo piensa en huir. Aguado pinchó antes de colocar una entera. El toro cae en el primer descabello. Saludos en el tercio.
Adrien Salenc recibió al tercero un castaño que salió abanto. El toro, fue bien picado, acudiendo a un primer puyazo sin esforzarse demasiado. El segundo encuentro se limitó a un picotazo. Gómez Escorial y Manolo de los Reyes saludaron tras un espectacular tercio de banderillas. El toro resultó noble pero justo de fuerzas y no completaba el pase. Adrien con inteligencia lo alargó en la segunda serie. Consiguiendo así la posibilidad de ligar una muy buena serie de derechazos. Con la izquierda, el francés encuentra el sitio y liga bellos naturales en los que hace pasar seguro al toro. El torero, con una faena muy bien estructurada y entendiendo de la lidia que debía aplicar, consiguió que el toro fuera a más. Final por redondos, luego pases lidiadores por abajo; y Salenc deja una entera fulminante. Dos orejas para el torero y palmas para el toro.
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El cuarto impresionó cuando entró en el redondel. Fue suelto a un primer encuentro y acudió a un segundo puyazo que fue apenas señalado. Buena quite de, Juan Leal. El toro remató en las tablas haciendo hilo con los banderilleros. Con la muleta, cambiados de rodillas para empezar, transmitiendo toro y torero. Primera serie por la derecha, el toro marca su límite. El torero hizo uso de la nobleza y de la clase del toro para ligar una hermosa serie de derechazos. El de Vellosino tomó un segundo aire mostrando su casta. A la izquierda, el toro fue más corto por su casta y exigió más.
El arlesiano siguió citando de lejos al toro y consiguiendo muletazos del toreo clásico, imponiéndose sobre el bicho. Leal redujo los terrenos, se ciñó mu cerca de la cornamenta y el público agradeció la entrega. Faena inteligente y valiente que combina los grandes riesgos y la profundidad con un buen equilibrio entre el toreo clásico y el tremendismo. El torero se entregó, aguantó la embestida del toro y dejó un fulminante estoconazo. Al presidente le exigen la oreja y terminó sacando los dos pañuelos. Ovación al toro (que podría haber reclamado el pañuelo azul).
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El ‘quinto’ resultó fuerte pero de tipo ha sido más basto. Tomó un buen primer puyazo empujando. Fue mal picado en la segunda reunión. Pablo Aguado comenzó su faena con doblones. El toro mostró nobleza. Los primeros derechazos fueron elegantes, los posteriores son inconexos. El toro recorta la embestida y transmitió cada vez menos. Por la izquierda, el toro enganchó mucho la muleta. El torero no entendió al animal que, como la faena, fue a menos. Varios pinchazos, sin mucho entrega, preceden a una media delantera. Fueron necesarios dos descabellos. Silencio.
El sexto fue el más pequeño del lote y tuvo menos cornamenta que los anteriores. Mostró un buen lado izquierdo desde los primeros muletazos. Adrien Salenc ordena no le piquen en el primer encuentro. Sin embargo, logra derribar al caballo en el segundo encuentro. El torero la dobla con elegancia y autoridad. El toro tiene fondo y raza. Tuvo mucha calidad en ambos pitones.
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Adrien lo citó de lejos para después regalar excelentes derechazos. Tras la segunda serie, el de Vellosino tiende a mirar a los tablas. Salenc le obliga a estar en su muleta y remata su faena con mucha clase. La faena tuvo el número justo de pases y terminó antes de que el toro se fuera a menos Una gran estocada, el toro cayó de inmediato. El presidente terminó otorgando los máximos trofeos. Sacando inesperadamente el pañuelo azul, porque el toro buscaba las tablas al final de la faena y tenía un poco menos de transmisión que el cuarto.
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Fotos: ©Philippe Gil Mir
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