En la Opinión de Pepe Mata… Hoy nace un prometedor Doctor en Tauromaquia: Isaac Fonseca

José Mata 11 agosto 202211 agosto 2022 México, Por José Mata

Usted es príncipe por azar, por nacimiento; en cuanto a mí, yo soy por mí mismo. Hay miles de príncipes y los habrá, pero Beethoven sólo hay uno”: Ludwig Van Beethoven

Sí, hoy jueves 11 de agosto, en Dax, Francia, con todos los merecimientos, nacerá un prometedor Doctor en Tauromaquia: Isaac Fonseca. Un jovencito nacido en Morelia, allá en Michoacán, sí en México, quien desde niño tuvo muy claro el objetivo que hoy consolida… ¡ser torero!

Será ungido como torero de alternativa por José Mª Manzanares y atestiguará la ceremonia, Andrés Roca Rey. Los toros procederán de Núñez del Cuvillo.

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Todo en la vida siempre tiene una historia que contar, le conocí en la placita de los señores Arroyo, cuando él, siendo un niño acompañó a un compañero quien toreaba una novillada de esa temporada.

Bien recuerdo que se acercó, Jacobo Hernández, su maestro, amigo y guía, me lo presentó pidiendo que lo entrevistara para el legendario programa Toros y Toreros, del licenciado Julio Téllez, en donde yo colaboré.

Y, sí, entrevisté a, Isaac, me conmovió y mucho su sinceridad y su verdad; sí, sí, era un niño, pero la sinceridad, la verdad se ven desde Júpiter con los ojos cerrados.

Si bien me conmovió también tuve en ese momento la grata sensación que acudió a mi mente, similar a la que rondó mis pensamientos, cuando conocí al entonces niño, Andrés Roca Rey, y fue cuando sostuve y afirmé, que podría ser alguien que aportaría mucho a la grandeza del arte del toreo.

Sé que algunos pensarán, tan similar como aquellos que en ese momento no creyeron en mi comentario del niño Roca Rey, pero al final, el universo dio razón a mi argumento y, Andrés, allí anda tan sólido en caballo de hacienda, concretándose lo que aseguré, que es un torero de los que nacen cada 100 años para revolucionar el arte del toreo.

Esto por supuesto que ocurre en todas las bellas artes… Beethoven, D’Vinci, Miguel Ángel, Velázquez -cosa curiosa, mis espejos a seguir-.

Isaac, comenzó su andar en México y un buen día, el universo que todo pone en la justa dimensión, le iluminó para buena suerte de él y marchó a España, acompañado de un océano interminable de ilusiones.

Llegó a la casa de quien sería su protector, maestro y ahora apoderado, Carlos Aragón Cancela, quien de esto conoce y mucho; seguramente advirtió todo ese potencial que llegaba a su vera y no dudó… ahí estuvo el ordenamiento que impuso el universo.

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Qué bueno que se fue a España, era necesario, absolutamente fundamental, para que todo ese caudal de cualidades comenzaran a evolucionar. Haberse quedado en México hubiera sido un error; como un acierto, también será, que no venga acá hasta que se consolide como figura en España.

Isaac, ha ido evolucionando con base en la perseverancia, en una disciplina sin tasa ni medida, en amar profundamente a su profesión y comprender que la grandeza está en la verdad.

La verdad siempre será el más sólido argumento para trascender en la vida.

Y sí, sin lugar a dudas, el prometedor joven Fonseca, puede ayudar al necesario cambio para que la Fiesta comience a retomar el camino que le devolverá la grandeza perdida.

Esa grandeza que se extravió cuando aquel grupo de jóvenes de la década de los 90 -hace aproximadamente 30 años- irrumpieron y lamentablemente se perdieron en el espejismo del oropel, haciendo un daño avasallador a nuestra amada Fiesta, al convertirla en una parodia cuando fueron ya, los ejes rectores de lo que se transformó en un sistema decrépito, arcaico e inoperante.

Al toro bravo le cambiaron para transformarlo con apoyo de los ganaderos comerciales en un animalillo casi “domesticado” con el fin de poder estar en el redondel como una comodidad inadmisible.

Me queda claro que el arte de la tauromaquia puede retomar el camino hacia la insoslayable verdad.

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Me queda muy claro que, Isaac Fonseca, puede contribuir a conseguirlo como un factor decisivo ahora que adquiere el grado de Doctor en Tauromaquia; y junto con el testigo de su ceremonia de investidura, Andrés Roca Rey, proseguir revolucionando el arte del toreo hacia la incontestable verdad del toro bravo en toda su majestuosa dimensión

Desde estas líneas envío mis mejores deseos a, Isaac. Loe envío para aquel niño que conocí y para el prometedor joven que ahora es. Sólo me permito sugerirle, que no claudique en ninguna banalidad…

… porque él tiene todo ese potencial, todos los sólidos argumentos sustentados en su verdad.

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Junto con, Andrés Roca Rey y con más jóvenes toreros que en verdad posean cualidades, me queda claro que podrán consolidar el necesario cambio generacional y, así, devolverle la grandeza perdida, al mágico y misterioso arte del toreo.

¡Qué Dios bendiga al señor torero Isaac Fonseca!, flamante nuevo Doctor en Tauromaquia.

¡Dígase la verdad… aunque sea motivo de escándalo!

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