En Dax… Isaac Fonseca es nuevo matador de toros
Dax (Francia). 1ra corrida de las Fiestas. Lleno total. Toros de Nuñez del Cuvillo, los últimos cinco protestados en el arrastre. Doce puyazos señalados, no empujaron ni pelearon. Cuadra de caballos de pica: Heyral.
José María Manzanares: Silencio y silencio.
Andrés Roca Rey: Silencio y silencio
Isaac Fonseca, quien tomó la alternativa: Vuelta y silencio.
Detalles:
Presidente: Philippe Allane
Canícula… ola de calor
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Pocas cosas para recordar en esta primera corrida de las fiestas, salvo que en Dax el mexicano, Isaac Fonseca, se convirtió en matador de toros.
Los toros de Núñez del Cuvillo, mansos, descastados y aplomados. Cuando no hay toros, las carencias de los toreros son aún más visibles. Manzanares toreó con el pico a sus dos toros faltos de casta. Roca Rey enfadó especialmente al público. Sin embargo, ¿se le puede culpar? Sus dos adversarios no permitieron más. Y estamos molestos, enfadados, porque, Isaac Fonseca, vio arruinado el mejor día de su joven carrera por toros moribundos tras unos muletazos.
Dicen que la mejor corrida será mañana, ¡ojalá!
El primero, con 505 kilos bien armado, fue mejor recibido por, Isaac Fonseca. Mal picado, no peleó en el caballo. El segundo fue un picotazo. Un bonito quite por chicuelinas que fue celebrado. El joven mexicano, recibió los trastos de Manzanares quien le otorgó la alternativa, acto seguido, brindó al público. El inicio fue con doblones para luego dar paso al toreo al natural y un pase de pecho largo y sentido.
Por el lado derecho el toro fue noble, sin embargo, le faltó poder, fuerza. Se evidenció más por el lado izquierdo, en donde claudicó definitivamente. Fonseca se entregó absolutamente para dar mayor importancia a la faena, incluso, redujo los terrenos, pero el toro ni pudo ni transmitió nada. Para concluir dejó una entera efectiva y así dio la única del festejo.
El sexto, el más manso de todos, se rompió la punta del cuerno al chocar contra un burladero. Dos picotazos -que no puyazos- fueron el primer tercio. Como los demás toros, tampoco tuvo fuerzas. Isaac Fonseca decidió brinda a Roca Rey. El comienzo de faena en el centro de rodillas resultó embarullado. El toro tiene una embestida desordenada. Por la izquierda, no tiene nada, por lo que se apaga por completo y la faena fue a menos. El final, por luquesinas fue excesivo. El mexicano lo tuvo que matar contra las tablas, pinchazos, dos tercios de estocada. Silencio para el torero, pitos para el toro.
El segundo, con 510 kilos lo toreó con clase con el capote, José María Manzanares. Acudió a dos encuentros con el caballo sin empujar. Roca Rey intervino en su turno de quites por tafalleras. Mismo comienzo de faena que Fonseca, dio paso a la mano izquierda pero abusando del pico de la muleta; con la derecha templó, con poses de elegancia y gran distancia entre toro y torero. El de Núñez del Cuvillo irremediablemente se fue a menos y poco ayudó a Manzanares. Dejó una delantera caída que fue entera, además de ser efectiva. El torero alicantino no convenció. Silencio
El cuarto, con 525 kilos se asemejó a los dos primeros. Se protestó y mucho por su debilidad manifiesta. En varas se derrumbó bajo el caballo cuando apenas se intentaba un primer puyazo. De vuelta a corrales. El sobrero que procedió del mismo hierro, pesó 487 kilos, en varas para variar apenas dos picotazos sin empujar. Otro toro justo de fuerzas. Con la tela roja, cayó al segundo muletazo. Inválido y soso, permitió algunos naturales con el pico de la muleta y sin transmisión. Manzanares intentó con unos derechazos pero nada que fuera a más. Un feo bajonazo que tumbó al toro. Silencio para el torero y silbidos para el toro.
486 kilos tuvo el tercero, estuvo para la buena suerte de la exigente asistencia, bien armado de cornamenta. El toro mal, muy mal picado sólo acudió dos veces. Roca Rey ya en el tercio final, le citó de lejos para dar los primeros derechazos, pero al toro le faltó esa chispa que transmite y lleva a más. El poder de Roca Rey tapa la sosería del toro. Sin embargo, aparecieron dos naturales y el bicho avanzó con dificultad. Finalmente, el de Núñez está casi parado y a otra cosa. Bajonazo y descabellos para concluir una faena sin mucho interés. Silencio para el torero, silbidos para el toro.
El quinto, también manso, fue recibido con elegancia por Roca Rey. Mal picado, recibió dos pinchazos sin empujar. Fonseca hizo un quite por tafalleras. El peruano brindó su faena al público. El comienzo de rodillas, despertó a todos los reunidos del largo letargo por la mansedumbre de los de Núñez del Cuvillo. El toro es más soso que noble. Cambió la muleta para el lado derecho y el bicho miró angustiosamente hacia las tablas. Se apagó y ya no pudo más; el torero abrevió. Entera y tendida, silencio para el torero y pitos para el toro.
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