Crónicas

En Bilbao… Ahí estuvo el imperio de Roca Rey

Vista Alegre (Bilbao). Corrida extraordinaria por reinauguración de la plaza con lo que ahora se ha dado en llamar BIVA Bilbao. La entrada apenas habrá alcanzado el medio aforo. Se lidió un toro de San Pelayo para rejones; y seis toros de Jandilla, justos en su presentación, feos de hechuras e indignos de haber salido por la puerta de toriles de tan importante coso como es el bilbaíno, por la asfixiante mansedumbre que fue el denominador común e invalidez que han mostrado algunos. No pelearon en caballos, se defendieron para huir del encuentro. El que cerró el festejo resultó un astado que desarrolló el peligrosísimo genio.

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: Ovación.

José María Manzanares: Oreja y ovación tras aviso.

Alejandro Talavante: Silencio y silencio.

Andrés Roca Rey: Oreja y oreja con estridente petición de la segunda.

Detalles:

Antes del despeje de cuadrillas los toreros han sido recibidos con el tradicional aurresku.

Los banderilleros Jesús Díez Fini y Manuel Izquierdo escucharon ovación tras banderillear al tercero; mientras que Manuel Rodríguez Mambrú el quinto.

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Todavía no se han levantado las barreras que le digan al genio: De aquí no pasarás”: Ludwig Van Beethoven.

  • Advertencia: Siempre es oportuno advertirle tanto a ganaderos como a toreros que esta crónica no es apta para ellos, porque aquí no aparecerán ni los falsos elogios ni las inútiles justificaciones para acomodar todo en una artificiosa ficción y así dañar al arte del toreo. Para ello, existe la prensa corrupta, la que enaltecerá el engaño e intentará convencer a la buena fe de los lectores de lo que no ocurrió en el redondel. Bajo advertencia… no hay engaño.

No se llenó Bilbao en un día tan emblemático como fue su reapertura. Claro que se pudiera justificar que esto ocurrirá en Agosto durante las Corridas Generales… me asalta la severa duda.

Que no se haya llenado es otra seria llamada de atención para los empresarios, porque es muy posible que no se investigó lo suficiente para conocer lo que quería, deseaba ver el gran público de Bilbao.

La afición, el gran público taurino, allí esta sólo que no la dejan participar.

No obstante, expreso que es otra seria llamada de atención, porque ya van varios años -antes de la pandemia- que han tenido malas, muy malas entradas; como si esto no les llevara a la reflexión.

Cuatro toreros que se entiende -sobretodo los tres de mayor años de alternativa- que pueden ser atractivo de taquilla, pero la autocrítica comenta que… Pablo Hermoso de Mendoza ya está muy visto y desde hace varios años no convoca gente. José María Manzanares, buen torero pero que algo le faltó para consolidarse en el gusto de todo el público. Alejandro Talavante, un torero que ha navegado entre la indefinición y la nada edificante cursilería. Primero intentó ser la copia de José Tomás, lo que no logró. Cuando JT regresó le vino una crisis de identidad y halló en lo cursi una forma de ser. Algunos les gustó, pero como todo cuando faltan argumentos, cansa de tanta repetición.

Sí, estaba en el cartel, Andrés Roca Rey, y se notó al ver a muchos jóvenes en el tendido, así como en el momento que hizo acto de presencia en su primero, el gran murmullo de alegría al verle, porque el público sabe que nunca decepcionará.

Los toros, de una ganadería comercial, Jandilla, del encaste comercial Domecq, no eran ninguna garantía, porque de tanto echarle agua a la sangre se tenía que romper el hilo por lo más delgado y eso ya pasó hace varios años.

Sí, ya ocurrió y pareciera, sólo pareciera, que los taurinos no lo quieren ver e insisten en un pasado que no fue tan glorioso como suponen; por lo que ahora mismo la Fiesta exige la necesaria renovación para detener la involución, así como regresarle al rey de la Fiesta, al toro… su casta y su bravura que se disminuyeron en favor de la comodidad de los figurines.

Sí, la Fiesta tiene que cambiar, ¡necesariamente tiene que cambiar!, para recobrar su esplendor que sí tuvo y por justicia debe volver a tener.

Porque cuando aparece en el redondel el toro auténtico, el toro bravo ahí estará el torero de verdad para regalarnos la luminosa creación que da sustento y razón de ser a la tauromaquia como arte.

En este contexto estuvo ahí, Andrés Roca Rey, con todos los sólidos argumentos que le detentan.

Que no hay toro, se lo inventa.

Literalmente, se lo inventa y hoy lo hizo con dos animalejos que parecían inservibles por su inacabable mansedumbre, no obstante, merced a la inteligencia privilegiada de, Andrés, aparecieron dos faenas ejemplares e impecables.

Con su primero apareció el derroche de la genialidad al hacer embestir, en medio del vendaval, a un astado que ni remotamente parecía que podría hacerlo. Le citó de largo para producir pases por alto hasta hacer que pasara por la espalda y desde ahí delimitó el tiempo y espacio que rigen en su imperio.

Se adelantó a las mansescas y violentas intenciones, ya que aventaban peligrosos hachazos a la geografía corpórea del toreo.

Sin inmutarse prosiguió y así comenzaron a surgir series con la mano derecha largas y templadas, que tuvieron respuesta por el lado natural, incluyendo un soberbio cambio de mano que levantó de inmediato al respetable.

Sí, se combinó el buen gusto con el riesgo inherente de quien pisa en verdad los terrenos del toro, rebasando así la jurisdicción y exponiéndose a todo y mucho más. Un pinchazo precedió al mortífero estocadón que hizo claudicar de inmediato al torillo. El púbico exigió una oreja y Matías en su habitual protagonismo tardó en conceder.

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El segundo de, Andrés, fue un manso con genio. Esos mansos que llevan la violencia inaudita en su tarjeta de presentación. El joven artista peruano se fue a las tablas, justo ahí recargó su cuerpo que estaba casi inmóvil y con pasmosa serenidad, se pasó al toro sin que tocara ni la muleta ni se estrellara en las tablas.

El prólogo fue contundente e incontestable.

Le condujo más allá del tercio en donde se lo pasó con la mano derecha, protestó con la zurda pero, Andrés, continuó como una columna del Templo de Zeus, plantado en la arena, hasta que el torillo ya no pudo más, se rajó totalmente y buscó el refugio de las tablas.

Todavía ahí -en las tablas- le volvió a obligar y a pesar de que la huida se hacía más que evidente, Andrés, tiró la espada y se produjo un epílogo con luquesinas que volvieron a levantar al respetable de sus asientos.

La creación estaba consumada vendría la rúbrica que de inmediato hizo efectos mortíferos; el público inmerso en los mágicos caminos de la sublime locura a donde los había llevado el talentoso Roca Rey, le exigió a Matías las merecidas dos orejas.

Sin embargo, pudieron más los complejos de Matías, quien decidió, sin argumento, negar el segundo trofeo que le abriría la puerta grande a un artista que había hecho derroche de grandeza y apasionada entrega.

Sus compañeros

José María Manzanares había estado correcto, pulcro con su primero que fue un manso con movilidad. Le hizo una faena con trazos derechistas bien logrados. Y tras una estocada que hizo tardar en caer al toro, por  tener defectos en la colocación, recibió una oreja.

Su segundo tuvo también movilidad, pero se le apreció a, Manzanares, presionado tras la gran lección de bien torear de, Roca Rey. Había viento pero también, Andrés, había toreado en esas condiciones.

Hubo algunos episodios de buen gusto pero nada que constituyera algo deslumbrante. La presión siguió y, Manzanares se quedó en un pase con la derecha casi encima del toro, por fortuna, pudo salir de ese incidente y concluir su faena.

Alejandro Talavante en medio de la indefinición que vive, no tuvo tiempo de existir, y eso sólo lo puede solucionar él.

Abrió plaza, Pablo Hermoso de Mendoza, estuvo correcto, pero no entusiasmó. Ya está muy visto y pareciera que la jubilación toca su puerta.

En fin, un festejo que deja como lección la indiscutible pasión y entrega de, Andrés Roca Rey; así como la tarea para la empresa con el fin de comprender el por qué el público no llenó los renovados y cómodos tendidos del coso bilbaíno.

¡Dígase la verdad… Aunque sea motivo de escándalo!

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@PERIODISTAURINO  

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