Crónicas

En la Monumental México… Alejandro Adame conquistó al público

Monumental Plaza de Toros México. Domingo 14 de Noviembre, 2021. Primera novillada de la temporada de reapertura. Otra buena entrada se registró en el mayor coso del mundo, más de seis mil personas. Se lidiaron novillos de San Diego de los Padres -los que sustituyeron a los de Jaral de Peñas-, con evidente edad aunque disparejamente presentados, mansos, descastados, deslucidos y debiluchos. Algunos, como el sexto, desarrolló genio. Fueron pitados los cinco primeros. No pelearon en varas y aunque cayeron como lirios desmayados dos frágiles jamelgos, fue más porque ya son un par de vejetes para estos menesteres y debieron haber sido jubilados, por lo menos, hace tres años.

Miguel Aguilar: Oreja protestada y oreja.

Eduardo Neyra: Palmas y oreja con ciertas protestas.

Alejandro Adame: Palmas tras aviso y oreja que no lució en gran parte de la vuelta por confusión.

Detalles:

Tras romper el paseíllo se guardó un minuto de aplausos en recuerdo del monosabio José Quiroz Hernández, quien falleció el sábado reciente.

El picador Omar Morales tras picar correctamente al sexto, rumbo a la puerta de picadores, escuchó sonora ovación por lo que se tuvo que destacar.

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Las pequeñas acciones de cada día hacen o deshacen el carácter”: Oscar Wilde 

Había que imponerse a los pésimos novillos que envió José Marrón, propietario de la legendaria ganadería San Diego de los Padres, de la que ya sólo queda el recuerdo de algo que fue y todo hace ver no volverá a ser.

José Marrón es un buen hombre, seguro estoy que un buen esposo, un padre amoroso, un amigo leal, así como un ejemplar ciudadano, pero es un pésimo ganadero y no hay nada que hacer.

Si usted quiere un consejo financiero, puede recurrir, sin lugar a dudas, con José Marrón y él le dará la mejor solución, pero si desea un encierro bravo y encastado, tendrá que buscar otra opción.

Vimos salir de la puerta de toriles a seis novillos disparejamente presentados… mansos, descastados, debiluchos, deslucidos y con esto se tuvieron que estrellar sus buenas intenciones los jóvenes actuantes.

Quien consiguió cimbrar al coso mayor del mundo, fue, Alejandro Adame, si bien es cierto todavía está muy verde en esta profesión, posee un carácter que se le observa desde Júpiter y si consolida su aprendizaje con base en la inexorable verdad llegará a inmejorable puerto.

Su primera faena ha sido de absoluta entrega ante un utrero que tuvo desesperante mansedumbre y un asfixiante descastamiento; porfió, Alejandro, y eso demostró ese futuro halagüeño.

Con su segundo, desde con la capa se adelantó a las mansescas intensiones del burel, al recibirlo al hilo de las tablas con dos largas de hinojos que de inmediato impactaron al respetable. También hubo lucimiento con un quite por chicuelinas antiguas, tras un magnífico tercio de varas protagonizado por, Omar Morales; quite que hizo vibrar a los espíritus de los ahí convocados.

Todo iba por buen camino.

Después del brindis -que pareció eterno- para su tío Efrén, comenzó el prólogo de su propuesta, llevando al novillo con pases por abajo, más que inteligente procedimiento porque el novillo tenía malas ideas y había que someterlo. Así vinieron dos series espléndidas por el lado derecho que mostraron mucho asentamiento, la tercera bajo en tesitura, porque el novillo estaba cambiado para mal.

Así, Alejandro, decidió darle paso a la mano izquierda. Tras el segundo pase, el novillejo le dio fuerte guantazo con el pitón zurdo a su cara, lo que no le arredró y se lo volvió a pasar; en el cuarto, el novillo ya sabia en donde estaba el joven Adame se fue hacía él prodigándole soberana guantiza que le debió haber dolido todo y mucho más.

Incluso uno de sus ayudas, le jaló absurdamente de los pies para intentarlo sacar de donde estaba el novillo, pero al ver movimiento el de Pepe Marrón, se fue nuevamente sobre su presa. Era obvio los novillos mansos con genio -la casta mala- cuando percibe su instinto que ha sometido a su torero no lo sueltan, para que no vuelva a tomar el mando.

Y, sí.

Sí estoy seguro que dolieron y muy fuerte los golpes asestados por el geniudo novillo en su geografía corpórea, pero más dolió el amor propio y la vergüenza torera, por lo que Alejandro volvió todo maltrecho pero con indiscutible carácter a la cara del utrero, lo que conmovió y mucho al apasionado público.

Los pases ya no fueron limpios, todos fueron alcanzados por el astado, no obstante, el público apoyó a Alejandro Adame, sin tasa ni medida, por su incontestable pundonor del que hizo luminosa gala.

Alejandro Adame, conquistó al gran público de la Monumental México

Al final, se perfiló y con el corazón por delante dejó un espadazo que fue suficiente para que el toro claudicara. Entonces los gritos de ¡torero! ¡torero! se multiplicaron en los tendidos. Se exigió una oreja que pareció que el juez la había autorizado, al final no salió el alguacilillo a entregarla, se dijo que por confusión.

Así dio la vuelta Alejandro en medio de los vítores ensordecedores y las ovaciones estridentes de un maravilloso público estentóreamente conmovido, hasta que de pronto cayó del cielo -como si se tratara del maná- esa oreja en las manos del joven Adame.

El carácter, el pundonor, la pasión y la entrega inobjetables de Alejandro le hicieron conquistar al gran público de forma por demás evidente.

Que siga a más… siempre acompañado de la edificante autocrítica.

– Al final sí apareció la oreja concedida a Alejandro Adame

Miguel Aguilar que abrió una “paliducha” puerta grande, cortó una oreja protestada por las buenas intenciones, pero no logró consumar ninguna faena que estremeciera al respetable. Por supuesto que Miguel puede dar mucho más, sólo que ahora limitó a todas sus posibilidades y sumó pases algunos correctos, que cumplen pero que no trascienden. Dos estocadas traseras enviaron a sus astados -tras cierta espera por la mala colocación- al averno de los novillos mansos y descastados.

Eduardo Neyra, es un chico con buenos propósitos, aunque todavía se le aprecia que es un océano de inexperiencia. A Eduardo le falta el sano juicio de no romper el equilibrio, alargó innecesariamente sus anodinas faenas. No podía sacar más de lo que tenían sus astados y llegó en momentos a desesperar a la asistencia que estuvo deseosa de apoyar a los tres jóvenes.

En su segundo tras estocada habilidosa le han donado para sus estadísticas una oreja motivacional, que deseamos le obligue a ir a más, sobretodo, después de visitar la edificante autocrítica.

¡Dígase la verdad… Aunque sea motivo de escándalo!

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@PERIODISTAURINO ‏ 

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