Opinion

Galdós y Roca Rey encabezan variada oferta taurina en Lima

Inesperadamente, este año como ya no hacía en muchos, la ciudad de Lima, específicamente su afición taurina, tiene la oportunidad de beneficiarse con una nutrida oferta de espectáculos taurinos que vienen dándose —de manera formal— desde fines de agosto cuando tuvo lugar la realización de dos festejos bajo el novísimo nombre de Feria de Santa Rosa de Lima, en la plaza de toros La Esperanza, ubicada en el distrito de Lurín, cabeza de la zona sur campestre de la metrópoli.

Empero y hasta entonces, la reactivación taurina principiaba de manera tímida, con festejos privados, entre almuerzos y capeas, pero convocando mucha concurrencia de público que iba despercudiéndose de la tragedia e incertidumbres originadas por el terrible asalto pandémico generado por la Covid-19.

Muchos de estos «festejos cerrados» no contaban con las autorizaciones municipales, sanitarias o de policía, por una simple razón: el sector al que por naturaleza corresponde ceñirse la tauromaquia, el de Cultura, pues simplemente poco o nada hacía en procura de otorgar un protocolo ni calificar la actividad. Si como artes escénicas o lo que fuere.

Así las cosas y ante la parsimonia, desinterés y prejuiciosa animosidad de parte de las autoridades por nuestra actividad y en la medida que al gobierno no le quedara más alternativa que ir liberando las restricciones para muchos otros sectores y actividades económicas que a diferencia de los toros, sí nombraba con nombre propio; hubieron intentos de enorme mérito para organizar festejos importantes en la capital impregnados de altruismo y ayuda social, como el festival que anunció La Esperanza en mayo pasado y que fuera desautorizado ante gestiones de los anti taurinos.

Con la ferias más importantes del país, desde el buque insignia de Acho, las demás capitales en orden de importancia como Chota, Cutervo, Celendín, Bambamarca, Palca, Huari y demás, anunciaban sus cancelaciones. Común denominador con sus similares del otro lado del charco como en España donde Sevilla, Madrid, Bilbao, etc., sucumbieron ante las circunstancias. El Perú nunca jamás habría podido ser la excepción.

Pero surgió el milagro. Lo llamaremos así porque realmente lo fue pese a que habida cuenta el trabajo silente, circunspecto y eficaz de la Asociación Cultural Taurina del Perú haya tenido mucho que ver para que el Cielo nos ilumine. Cuando parecía ya todo perdido con las autoridades del gobierno saliente, prácticamente en las postrimerías del mandato de los altos funcionarios del Ministerio de Cultura, se logró que de manera explícita el ente regulador de la Cultura (ahora llamada de forma cursi de las Culturas) emita un pronunciamiento que confiere categorización a la tauromaquia en el país.

Nosotros, los taurinos, solo eso pedíamos. Identificación oficial que permita, a partir de ello, recurrir a los gobiernos locales y prefecturas para que extiendan las autorizaciones a los espectáculos taurinos. Aun cuando, en pocos casos aislados felizmente, algunos funcionarios o fiscales entorpezcan arbitrariamente los eventos llevados por sus obstinaciones personales.

De tal manera, que como decíamos al principio, por ejemplo en Lima, si tomamos en cuenta toda la oferta dada y por darse en las próximas semanas, hallamos que como no sucedía en mucho tiempo —que recuerde, el año de 1977 con la empresa de don Nazario Villafuerte cuando celebró nada menos que 14 corridas de toros— contaremos con una docena de corridas y festejos. Los cuales incluso serían más si como se rumorea, en diciembre también existiría la intención de ofrecer toros. Lo que sí es seguro que festejos menores como festivales de aficionados de la ATA (Asociación de Toreros Aficionados) se dan por hecho.

Las Tunas y su admirable empeño…

El ganadero y empresario, William Herrada Rubio, que con un impulso tenaz y una fuerte inversión económica, viene erigiendo un proyecto monumental: la construcción de la Plaza de Toros Andrés Roca Rey, en el distrito de Cieneguilla, zona este de la ciudad, que inaugurará el próximo año 2022 con el mismísimo Roca Rey. Antes, para este mes, anuncia la pomposamente denominada Feria del Señor de los Milagros de Las Tunas, los días 17 y 31 de octubre; y en noviembre el 7 y 28, respectivamente.

Paco Ramos, Alfonso de Lima, Juan Carlos Cubas, Cristóbal Pardo, Manolo Juárez, Paco Céspedes, Kuntur Alfaro, Javier de Prado y Luis López, son los espadas acartelados que se anuncian con ganado de Rubio Reeves, San Simón y la española del Marqués de Quintanar. Harán el paseíllo en la portátil El Toreo que se ha montado en un terreno de este inmenso complejo campestre.

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El empresario Willy Herrada y su monumental proyecto

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La corrida por los cuarenta años de Camponuevo…

Como prolegómeno a lo que será la feria de noviembre, este 24 de octubre el la Plaza de Toros La Esperanza, de Lurín, Producciones La Esperanza anuncia una corrida de toros de Camponuevo para los matadores Emilio Serna, Cristóbal Pardo y Alfonso de Lima, celebrando los 40 años de fundación de la emblemática ganadería nacional. El encierro que saldrá al ruedo de Lurín es muy serio y sin duda, por sí solo, constituye un gran atractivo que todo aficionado exigente no debería dejar de ver.

Feria La Esperanza…

Dotada ya de una personalidad propia, merced al esmero y gran esfuerzo de su propietario, Tito Fernández, la plaza del mismo nombre que se ha hecho querer entre el aficionado limeño por su acogedor ambiente y entorno, anuncia nada menos que la colosal presencia de Andrés Roca Rey y Joaquín Galdós como los pilares de este nuevo ciclo que se incluye en el calendario taurino de la capital, como complemento a la siempre irremplazable Acho.

Desde el 13 de noviembre y hasta el 21 de dicho mes, los nombres de Juan Ortega, Finito de Córdoba, Román, José Garrido, Juan Carlos Cubas, Samuel Calderón, Marco Pérez y los antes mencionados Joaquín Galdós y Roca Rey, de seguro cubrirán las expectativas del aficionado nacional, más cuando se anuncian con toros de las ganaderías de Paiján, Santa Rosa, Los Azahares y la española de Vellosino.

En este aspecto, digno de resaltar la suma de voluntades propiciadas en torno al liderazgo de los matadores peruanos Roca Rey y Galdós que se ponen al frente conjuntamente para como ambos lo han manifestado “no dejar a Lima sin toros”.

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Plaza La Esperanza albergará a Roca Rey y Joaquín Galdós como ejes del ciclo de noviembre

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Peña del Olvido de Cajabamba…

Como si todo lo anterior no bastara, esta agrupación de entusiastas aficionados que preside  Daniel Urbina, hace oficial la corrida de toros que organiza para el 12 de diciembre en la Plaza de Toros La Esperanza, con toros de El Rosario para los diestros David Fandila El Fandi, Alfonso de Lima y López Chávez.

Qué pasó con Acho y la Feria del Señor de los Milagros entonces…

Lo que era a todas luces previsible puesto que las circunstancias así lo dejaban entrever. Siendo la más que bicentenaria plaza de toros, monumento histórico de la ciudad, propiedad del Estado a través de la Beneficencia Pública de Lima que es dependiente orgánicamente del Ministerio de la Mujer, pero donde el alcalde metropolitano de Lima designa tres miembros del directorio incluido su presidente; responde su administración a condicionamientos burocráticos debidamente regulados.

Sobre todo habiéndose establecido contractualmente términos muy onerosos para el uso de piso de plaza, con posibles restricciones de aforo sanitario, resulta muy difícil prosperar de algún modo más o menos viable, la realización de la tradicional feria o parte de ella por segundo año consecutivo.

Hay que entender que Acho no es un ministerio ni entidad pública que de por sí deba dar cuenta de los acuerdos contractuales que su propietaria establezca con particulares. Los actos de licitación y concesión son públicos y dados a conocer en su momento. Al aficionado le cabe, por así decirlo y en tanto sea consumidor o cliente previo derecho otorgado al adquirir un boleto, a exigir al ofertante la debida contraprestación del cumplimiento del espectáculo. Solo eso. Nadie, finalmente, está obligado a comprar un boleto si no está de acuerdo con lo que se ofrece en los carteles. Antes de ello no.

La empresa Casa Toreros lo hizo público mediante un comunicado donde explica las entendibles razones disipando dudas y especulaciones. Comprometiéndose a preparar la feria nazarena para el venidero 2022. La esperaremos con expectativa y buena voluntad.

Entre tanto, celebremos con esa misma predisposición este festín de toros que ya tenemos en ciernes para el gozo de nuestra afición.

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