Crónicas

En Villaseca de la Sagra… Triunfa Isaac Fonseca con encastada novillada de Baltasar Ibán

Villaseca de la Sagra (Toledo). Jueves 10 septiembre 2021. Cuarta novillada del XXI Alfarero de Oro. 3/4 de entrada (reducción de aforo). Novillada con picadores de Baltasar Ibán. Destacó el segundo y tercer novillo por su bravura en el caballo, su casta y alegría en la muleta. 1º Silencio, 2º y 3º Vuelta al ruedo, 4º Ovación, 5º Silencio y 6º Silencio.

Ignacio Olmos: Silencio y silencio.

Víctor Hernández:   Ovación con saludos y silencio.

Isaac Fonseca: Dos orejas y silencio tras un aviso.

Detalles:

Buena brega de Corruco de Algeciras, en el primer novillo de la tarde.

Buen tercio de banderillas de José Otero, saludo ovación en el primer novillo de la tarde.

Buenos pares de José Antonio Heredia en el tercer novillo de la tarde, saludó ovación.

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A las 18:30 se inició el paseíllo, interrumpido para que la banda entonase el Himno Nacional de España, recibido con una gran ovación del público. Tras finalizar el paseíllo, el respetable ovacionó a los tres novilleros, que saludaron desde el tercio.

El tercer novillo de la tarde, de nombre Fusilito, colorado como su anterior hermano al que se le dio una vuelta al ruedo. Recibió palmas por su presentación. Isaac Fonseca, nacido en Morelia, Michoacán en México, lo recibió con una muy expuesta larga cambiada de rodillas en el tercio si arredrarse ante el poder del utrero. Continuó con un buen toreo a la verónica en donde hubo cadencia y aguante, recortando con una media que impactó mucho con la asistencia.

Si su hermano -el segundo del festejo- fue bravo en el caballo, este no se quedó corto. En su primer encuentro un puyazo pescuecero y algo caído con el que el novillo no llegó a fijar la cara abajo, derrotó arriba. De nuevo fue con alegría a un segundo puyazo en el que empujó abajo.

En quites, aparecieron ceñidísimas gaoneras en donde, Isaac Fonseca, aguantó sin inmutarse la poderosa embestida del magnífico novillo.

La faena dio inició rodillas en tierra con una tanda de valor y mando por parte del valiente novillero Isaac Fonseca, con derechazos en los que se vació el joven mexicano afincado en la ganadería de Flor de Jara y un novillo que mostraba transmisión en su embestida.

Una espaldina de gran riesgo que tuvo al filo de sus asientos al público y ya de pie dejó dos pases de pecho contundentes, el segundo mirando al tendido. El de Baltasar Ibán embestía rápido como la pólvora y había que templarlo, cosa que Isaac lo consiguió en varias fases. Profundidad en sus derechazos mientras el novillo “hacia surcos”, escena que aplaudió con fuerza el respetable.

Por el pitón izquierdo el novillo también tenía calidad, hacia el “avión” con alegría por lo que los trazos sentidos tuvieron mucho lucimiento. Al final de la faena un ajuste todavía mayor, si cabe, llegó con las joselillinas, en los que rozó el lomo en varias de ellas, el remate algo más emborronado.

La ejecución de la suerte suprema resultó perfecta, colocando una estocada entera en el hoyo de las agujas; el novillo como era de esperarse hizo muerte de bravo.

El gran público de Villaseca al unísono exigió estentóreamente los trofeos y, cómo no, la merecida vuelta al ruedo para el novillo. Otro gran novillo de Baltasar Ibán que dio la segunda vuelta al ruedo de la tarde; mientras que al novillero el sensible público de Villaseca de la Sagra se le entregó sin tasa ni medida.

Cerró la plaza, Tomillero un novillo castaño que recibió con una larga cambiada de rodillas desde el tercio el moreliano Isaac Fonseca. Continuó a la verónica para recortar con una muy buena media.

El tercio de varas se escenificó de largo -como debiera ser siempre- el novillo acometió empujando.

La faena la comenzó por estatuarios desde el centro del ruedo sembrado en la arena como una inamovible columna. Continuó por derechazos, en los que el novillo embistió bruscamente. El novillo con casta no era sencillo. Y aunque le faltó acople, consiguió ligarle varios muletazos de valor y poder.

El novillero no se quiso dejar nada en el tintero y terminó por ajustadas manoletinas. Erró con los aceros, dejando una estocada haciendo guardia, varios pinchazos y varios descabellos; una gran pena porque seguramente el público habría exigido otra oreja.

El segundo de la tarde de nombre Arbolario fue recibido a la verónica a pies juntos por Víctor Hernández, recortó con una media en el centro del ruedo. De largo fue al caballo con prontitud y alegría. Empujó con celo en el caballo en un largo puyazo, tardaron en poder sacarlo porque el novillo estaba cegado en el peto. Le pusieron de nuevo de largo, pero con peor colocación.

Al ver a novillero fue a por él, y este pidió el cambio de tercio protestado por el público que hubiese agradecido otro puyazo.

Comenzó doblándose por abajo Víctor Hernández para continuar por derechazos con cierta profundidad. El novillo obedecía con alegría, casta y nobleza a los engaños del novillero. Una tanda de derechazos terminados con un cambio de mano muy largo en el que enloquecieron los tendidos.

Una tanda por naturales de gran trazo, pero con algún enganchón al final que la deslucieron. Remató con un profundo pase de pecho. El novillo no se cansó de embestir, con gran calidad en todos sus embroques.

Al novillero le faltó un poco más de ajuste para terminar de ganarse a todos los tendidos, hecho que consiguió en una de sus tandas comentadas anteriormente. Epílogo por ajustadas manoletinas y dos pases con mucho sabor por abajo. Falló con la espada, dejando una estocada haciendo guardia y una estocada desprendida. El público pidió una unánime vuelta del ruedo para el novillo que había sido bravo en todos los tercios, concediéndola el presidente.

El quinto de la tarde fue ovacionado de salida. Un novillo por encima de sus hermanos, alto de sienes. Puyazo muy corto, en el que salió de huida. Fuerte protesta del público porque el novillo se quedó sin picar. Se rajó al inicio de la faena, cabeceando en sus embroques. Sin mucho acople Víctor Hernández con el novillo, consiguió sacar algún buen natural por su profundidad y trazo. Estocada contraria y dos descabellos.

Abrió la tarde, Camarito, un novillo negro de Baltasar Iban que recibió a portagayola el toledano Ignacio Olmos. Le arrolló el novillo en la salida. Buen tercio de banderillas de José Otero, que volvió a saludar ovación.

El novillo manso pero encastado no terminó de transmitir al respetable. Destacaron una tanda de derechazos por su profundidad. Al final de la faena resultó cogido por el novillo, pero sin consecuencias aparentes. Dejó una estocada haciendo guardia, un pinchazo y finalmente una estocada entera.

Tras el gran espectáculo vivido en el tercer novillo, fue complicado para Ignacio Olmos enfrentarse a ello.  Recibió, sin mucho lucimiento, a la verónica, recortó con una media. Dos entradas al caballo, siendo la primera al relance. Arriesgado el segundo par de Currucu de Algeciras, el par cayó algo bajo.

Tras brindar al público, comenzó por abajo Ignacio Olmos. El novillo también metía la cara con alegría. Al novillero le faltó algo de ajuste para transmitir al respetable que ansiaba su toreo. Destacó una tanda por naturales por su pureza y una tanda por derechazos por su profundidad. Perfecta la ejecución de la suerte suprema, en la que recibió un fuerte pitonazo en el abdomen.

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