En Zacatecas… Tarde de contrastes
Plaza Monumental Zacatecas. Sábado 3 de abril de 2021. Con una asistencia de unas 600 personas se lidiaron toros de la ganadería de Pastejé bien presentados y disparejos en juego. Sobresaliendo los jugados en primero, cuarto y quinto lugar.
Leonardo Benítez: Dos avisos y oreja con protestas
Manuel González Montoyita: Aviso y aviso
Saúl Jiménez Fortes: Leves palmas y aviso y tres avisos
Ángel Espinoza Platerito: Oreja y salida al tercio
Detalles:
El varilarguero Eduardo Rivera dio vuelta al ruedo, al final de la lidia del quinto del festejo, tras regalarnos tres puyazos de antología.
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A Leonardo Benítez (azul rey y oro), le tocó en suerte el mejor lote de la tarde que terminó desaprovechándolo. Con el que abrió el festejo con un toro muy bien presentado de nombre Huayra comenzó con verónicas a pies juntos de muy buen sabor.
Lo llevó al caballo para recibir solo un puyazo y que el toro peleara como pelean los toros bravos, metiendo la cabeza abajo y recargando con los riñones.
Ya con la muleta comenzó aseado y con mucho sabor. Nos regaló, lastimosamente, solo un par de tandas soberbias, sobre todo por el lado izquierdo ante un toro que embestía con clase y emotividad.
Después de esos grandiosos momentos Leo ya no pudo acoplarse para poder estructurar una faena que pudo haber sido de importancia y solo pegó pases y más pases.
Se le notó fuera de sitio y jamás pudo embraguetarse, echaba al toro hacia afuera y éste regresaba buscando pelea. Lástima que no lo supo entender.
Se tira a matar y se va en banda y luego deja una estocada contraria, trasera y tendida que no fue suficiente para que doblara el astado que se fue inédito y, tras ocho penosos descabellos y dos avisos se retira en silencio y al juez se le olvida premiar al toro que resultó de mucha calidad.
Para el quinto del festejo de nombre Piraña, el mejor toro de la tarde, que recibió tres puyazos recargando con los cuartos traseros y metiendo la cabeza abajo.
Lo que motivo que, los que entienden poco de esto chiflaran al picador y los que saben lo que es un toro bravo, lanzaran una emotiva ovación a Eduardo Rivera que fue muy bien reconocida también por su matador que lo invitó a dar la vuelta al ruedo.
Sin embargo, vimos a un Benítez que si bien comenzó de forma correcta doblándose con un toro que embestía con mucha fuerza y codicia.
Al igual que el anterior no pudo con él y sólo se dedicó a pegar pases y más pases a media altura a un toro que, bien lidiado, podría haber sido de rabo.
Se le olvidó que esto es de completar el trinomio de parar, templar y mandar. Después de un pinchazo y de dejar una estocada, saliéndose de la suerte, entera y desprendida el juez le otorga una oreja que fue protestada por el público y un merecido arrastre lento a los restos del quinto.
Montoyita (blancos y plata) no tuvo suerte en el sorteo pues le tocó lo peor de la tarde. Su primero un toro que parecía sería bueno ya fue en dos ocasiones al caballo domo Dios manda.
Sin embargo, después del segundo puyazo el toro se quedó completamente parado y poco pudo hacer.
En su intento por agradar comenzó a tratar de torearlo de pitón a pitón, pero el toro ya no quería saber nada, estaba completamente clavado en la arena.
Se tira a matar en los medios y deja una estocada delantera y un tanto atravesada. Vuelve a intentar la suerte suprema y esta ocasión deja una media estocada delantera y es hasta su tercer intento donde puede meter el acero en buen sitio, pero ligeramente atravesada.
Le suenan un aviso y tras tres descabellos el toro por fin dobla.
El sexto de la tarde fue un toro manso que desde que fue al caballo, a dormir el sueño de los justos, salió terciándose.
Para el segundo tercio el toro comienza a rascar la arena y a mostrarse reservón lo que hace imposible el ponerle los pares de banderillas y el juez malamente autoriza el cambio de tercio con sólo una banderilla clavada en el lomo.
Comienza el tercer tercio y aunado a que Montoyita no se pone a la distancia, que la mansedumbre del burel exigía, y que el toro empieza a recular y a terciarse Montoyita no puede hacer nada. Tras dos pinchazos deja una buena estocada que no fue capaz de hacer doblar al ejemplar. Un aviso y tres descabellos y a lo que sigue.
En el primer toro de Saúl Jiménez Fortes (oliva y oro) poco pudo hacer pues el toro, que, si bien fue con bravura al caballo, a la hora del tercer tercio fue un toro rajado que buscaba huir en cada pase, muy suelto y andarín al que poco entendió Saúl que no pudo hacerse de él o bien, lo entendió y lo toreo sin embraguetarse y echándolo hacia afuera para desnudar aún más las pésimas condiciones del toro.
Tras un bajonazo, un descabello y un aviso el toro dobla.
El séptimo de la tarde fue otro toro manso, que no se dejó picar y que intentaba huir por todo el redondel hasta que comenzó a terciarse y después se paró.
Lo tuvieron que picar en toriles y éste solo tiró derrotes de manso. Al no haber tela de donde cortar Fortes abrevia tras dos o tres pases deja un bajonazo y el puntillero, desafortunadamente, levanta al toro y recibe los tres avisos. Mala suerte en su presentación en México.
En cuanto a Platerito (al blanco y oro) se le vio voluntarioso ante un ejemplar que solo fue al caballo a tirar derrotes. Platerito nos regala series por el lado izquierdo de calidad y temple con un toro que embestía con la cara alta, punteando el engaño y sin transmisión.
Después abusó un poco del pico de la muleta y el toro terminó rajado buscando el cobijo de las tablas. Deja una estocada desprendida que basta para que el toro ruede sin puntilla. El público solicita una oreja.
El que cierra plaza fue un toro que salió rajado del caballo y que solo fue a tirar cornadas de manso. El segundo tercio fue un cachondeo pues no pudieron poner las banderillas en infinidad de ocasiones, unas 6 o 7 veces tuvieron que pasar por la cara del toro para sólo dejar una banderilla.
Y ya para la muleta el toro se quedó parado. Platerito, queriendo agradar, logra sacar medias embestidas que resultan deslucidas porque el toro iba con la cara alta. Intenta lidiarlo por la cara, pero el toro estaba clavado en la arena para después huir a barbear las tablas. Se tira a matar dejando una estocada ligeramente desprendida.
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