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Paco Camino y Antoñete protagonizan nuestras efemérides de San Isidro

La pandemia de la COVID-19 y su confinamiento hace que como todos sabemos no se celebren festejos taurinos, algo que llevamos padeciendo prácticamente desde el inicio de la temporada europea de este maldito año 2020 que para más datos es bisiesto y siempre se ha dicho que los años en los que su mes de Febrero cuenta con 29 días no son precisamente los más propicios, aunque parece que la excepción que dicen que confirma la regla es el año en que nació nuestro director Pepe Mata, quien cumple años de cuatro en cuatro por aquello de que nació un 29 de Febrero.

Por eso y ya que no tenemos Feria de San Isidro en Madrid nos tendremos que conformar con recuerdos y efemérides de tiempos y Ferias pasadas, como nos ayuda a revivir nuestro buen amigo Jorge Fajardo, presidente de la Unión de Federaciones Taurinas de Aficionados de España (UFTAE).

Así el jueves día 4 de Junio se cumplían 50 años de uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la plaza de toros de Las Ventas.

El 4 de Junio de 1970 que también cayó en jueves, se celebró la Corrida de Beneficencia, en la que Paco Camino, al que llamaban el Niño Sabio de Camas, su localidad natal como también la del gran Curro Romero; se encerraba con seis toros en solitario y también estoqueó el sobrero. Este fue el orden y resultado de la lidia de cada uno de ellos:

1-Juan Pedro Domecq: Oreja

2- Urquijo: Dos orejas.

3- Miura: Ovación

4- Juan Pedro Domecq, sustituye al de Pablo Romero, devuelto: Dos orejas.

5- Joaquín Buendía: Aplausos.

6- Manuel Arranz: Dos orejas.

7- Sobrero Felipe Bartolomé: Oreja.

Apoteosis del gran maestro de Camas, que además lidio toros de diferentes encastes.

El vestido de torear y el capote de paseo de la gesta, se encuentra en el Museo Taurino de Las Ventas.

Más reciente es la gran tarde que Antonio Chenel Antoñete, quien el 7 de Junio de hace 35 años protagonizó un hito indiscutido como fue la faena que instrumentó al toro Cantinero del hierro de Garzón en la Monumental de Las Ventas.

Algunos historiadores la consideran incluso superior, en cuanto a perfección y pureza, que la realizada al toro ensabanado de Osborne 19 años antes.

Todo ello sucedía tras su reaparición en 1981 que con 49 años, se inició entonces una segunda época en su carrera, que abarcó un lustro, y que le convirtió definitivamente en figura del toreo. Este periodo triunfal (1981-1985) años que consagraron a Antoñete como máxima figura del toreo, que logró triunfar con una salud resentida, sin cintura y a una edad insólita (pasados los 50 años), gracias a una depuradísima técnica y a un profundo conocimiento de los toros, tal y como contaba Domingo Delgado de la Cámara en su libro Revisión del toreo de Alianza Editorial del año 2002:

Antoñete, además de torero de gran clase, ha sido un extraordinario técnico. Diría más, un virtuoso de la técnica torera. Sólo así, con un perfectísimo conocimiento de la técnica y de los toros, ha sido capaz de triunfar a una edad inverosímil, delante del cuajadísimo toro que se lidia en Madrid.

Y valor, porque hace falta mucho valor para, a esa edad, dejarse venir desde veinte metros un toro de Madrid. Antoñete ha manejado con especial lucidez todo lo que se refiere a los terrenos donde ejecutar la faena. Con el mínimo esfuerzo posible ha sabido sacar las más largas embestidas de los toros”.

Dos grandes maestros, Paco Camino y Antoñete, los que hoy  venido a la mente y la historia de la Feria de San Isidro y el gran templo del toreo como es la Monumental Plaza de Toros de Las Ventas y que aquí en TorosenelMundo.com  les traemos, porque recordar también es vivir.

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@miguel_a_yanez 

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