Opinion

Autoridades y anti taurinos cómplices de la desinformación, ahora en Cancún

Me voy desencantado, raro y lleno de coraje”.

Esas fueron las palabras de un buen aficionado que llegó desde Estados Unidos hasta Cancún a pasar sus vacaciones y aprovechar para asistir a una corrida de toros, pero toda su ilusión se convirtió en impotencia, en hastío y decepción al ser testigo de cómo el animalismo mal entendido puede llegar a niveles extremos.

La noche del viernes 20 de diciembre, en el marco del 30 aniversario de la Plaza de toros de Cancún, que se llevó a cabo una corrida de toros entre polémica, manifestaciones anti taurinas y la clausura del coso.

Desde antes del inicio del festejo alrededor de 70 personas se manifestaban a las afueras de la plaza de Cancún, en su mayoría imberbes con nulo conocimiento de lo que “dicen estar en contra” quizá motivados por intereses mezquinos y monetarios que, desde lejos, los manejan como peones de ajedrez.

Semanas atrás las autoridades de Cancún pretendían cancelar la corrida, puesto que recientemente entró en vigor una Ley de Bienestar Animal en Quintana Roo que prohíbe eventos taurinos y peleas de gallos, sin embargo, se llevó a cabo, no sin antes pasar por múltiples obstáculos y colocación de sellos de clausura el día anterior, finalmente los organizadores lograron que el espectáculo se realizara.

Pero vaya que los asistentes tuvieron que pechar con un incómodo momento, al salir el primero de la tarde para Pablo Hermoso de Mendoza, un joven supuesto defensor de los “derechos animales” se lanzó al ruedo, exclamando gritos en protección del burel, en su mente el pobre chico creía que el animal era indefenso y éste, como es lógico, hizo por él y le propinó tremendo arropón que le dejó inconsciente.

¿En qué momento dejamos que en nuestro país se protagonizarán escenas como esta?

¿Cuándo los taurinos permitimos que el irracional animalismo llegara a nuestras plazas?

Y las autoridades se convierten en cómplices, en verdugos, dejando de lado la opinión de la mayoría, puesto que dentro de la plaza había más de 2,500 personas, mientras que afuera no llegaban ni al ciento.

2,500 personas que pagaron su boleto, que estuvieron en su derecho de asistir a su arte favorito, muchos que, como este aficionado del extranjero, llegaron desde lejos en busca de saciar su alma taurina, de jalear los olés, de pasar una buena noche, pero solo encontraron un extraño vacío al sentirse inseguros en una plaza de toros.

¿Por qué?

Porque todo un comando de policías llegó a la plaza a clausurar la corrida, oficiales con pasamontañas cual, si fueran a detener a delincuentes, irrumpieron en el coso impidiendo que salieran los caballos para el arrastre y hubo literalmente que jalar los restos del toro entre más de ocho personas, tampoco permitieron que salieran los caballos de pica, y el último de la noche tuvo que ser lidiado sin puyazos con todo el riesgo que ello implica.

La afición y el público en general se sintió temerosa, impotente y desencantada, apagando así la vela de su deseo taurino, tal como se apagaron las luces de la mitad de la plaza y así en penumbras continuó el festejo.

Tanto Hermoso de Mendoza como Diego Silveti hicieron su esfuerzo por agradar. El rejoneador obtuvo palmas en su primero y dos orejas en el segundo mientas que Silveti cortó oreja y su segundo fue indultado.

Pero dejando atrás el resultado artístico de los matadores, que es muy loable a pesar de todos los obstáculos ya mencionados, lo preocupante es que en nuestro México la apatía del taurino a dejado que estos grupos de “antis” lleguen cada vez más lejos en su afán de destruir la fiesta brava, esta nueva corriente de humanizar al animal ha hecho que muchos incautos lo crean todo a pie juntillas, su mal información estuvo hoy a punto de arrebatarle la vida a un joven.

¿Realmente esto es lo que buscan esta gente?

¿Un mártir con el cual enarbolar la bandera del animalismo?

Los anti taurinos se convierten en criminales al enviar a sus seguidores al matadero por su desinformación.

¡Eso señores, eso sí es inhumano!

Es hora de que los que amamos la fiesta hagamos un frente común, no es posible que se siga permitiendo que cualquier político de quinta se cuelgue de la fiesta para ganar votos, que las autoridades no respeten nuestro derecho de decidir si vamos o no a una plaza de toros.

¿Por qué ellos sí se manifiestan y nosotros permanecemos inactivos?

¿Dónde están las voces de los profesionales que sí viven de esto? ¿Con esa apatía defendemos lo que decimos amar?

¡Señores ganaderos y empresarios es momento de apostar por la bravura y por el TORO, profesionales de la fiesta, defiéndanla con la verdad en su muleta y fuera del ruedo con voz y su presencia, compañeros periodistas háganse escuchar y dejen de sobar, aficionados… ustedes son la columna vertebral de la fiesta, no permitamos que nos la arrebaten!

Así que no dejemos que otro aficionado se vaya triste y decepcionado de una plaza, devolvámosle la grandeza a nuestra fiesta, seamos exigentes sí, hablemos claro y fuerte, y sobre todo nunca nos olvidemos que para defender la fiesta brava hay que conocerla y respetarla.

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@AnaDelgado28 

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