En San Sebastián… Oreja para el gran artista Curro Díaz; sólida presentación de Luis David Adame
Plaza de toros de Illumbe, San Sebastián. Segunda de la Semana Grande. Más de un tercio de entrada. Toros de El Parralejo, con edad, serios, de gran catadura, mansearon, resultando segundo, tercero y cuarto, los más complicados. El peor, el quinto.
Curro Díaz: Ovación y oreja.
Alberto López Simón: Ovación tras aviso en ambos.
Luis David Adame: Ovación y vuelta al ruedo tras fuerte petición.
Detalles:
En el quinto han saludado tras imponer las banderillas, Yelco Álvarez y Jesús Arruga.
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No se llenó el coso de Illumbe, ha sido una entrada modesta, lo que denota que hace falta y mucho, apoyarse en las estrategias mercadológicas. Una gran difusión, una gran promoción con el fin de que el público sepa del festejo, conozca el cartel, y en consecuencia asista.
Pero esa difusión y promoción debe darse en medios que tengan la confianza del respetable, para que la vean con credibilidad.
Y esa promoción debe estar basada en la confección bien diseñada de imágenes que impacten.
En fin…
…. hace falta mucho a algunos taurinos para evolucionar; tanta involución que han tenido con los figurines los tiene inmersos en el abismo de la nada.
Increíble
¡Sí!, increíble.
Increíble pero cierto, que un artista del nivel de, Curro Díaz, hiciera su primer paseíllo en la Semana Grande de donostiarra. A quien como es obvio le fueron limitando y marginando los figurines, por los sólidos argumentos que le detentan como un auténtico artista del toreo.
Pareciera que es el momento de la justicia, y en esta revolución los figurines no tienen cabida, su malsana comodidad, su mediocridad queda devastada ante la luminosidad que les sustenta a auténticos toreros como Curro Díaz.
Tuvo un primer ejemplar, que si bien es cierto, mostró momentos interesantes, ha sido, Curro, quien le hizo ver mejor de lo que fue.
Sí.
Se puede decir que esa vuelta de campana que dio al inicio el toro, le pudo haber afectado, pero el gran artista de Linares, entendió de ello, y comprendió de las características del toro de El Paralelo para extraerle una faena sentida, con la verticalidad de la que hace gala, con pasajes bellos.
Lástima grande que el toro se viniera a menos, y Curro estuviera mal con la espada, dejando dos viajes con el descabello, y todo quedara en una gran ovación en el tercio.
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Con su segundo, un toro complicado, porque la mansedumbre mostrada corría vertiginosamente hacia el genio -la casta mala-, lo que provocaba que no fuera tan fácil su domino, pero las manos experimentadas, poderosas y artísticas de Curro, le domeñaron dejando una propuesta sólida, que convenció por el evidente dominio y la sensibilidad explícita. Tras una estocada hasta la empuñadura, el público exigió un trofeo que hasta el final concedió el presidente.
¡Bien por el Gran Curro Díaz!
La solidez de su arte
Luis David Adame, hizo acto de presencia con la solidez de su arte, dejando constancia de que su futuro es luminoso; sobre todo, ha dejado una gran faena en el que cerró plaza, con importantes alcances arquitectónicos -por los bellos aunque efímeros momentos escultóricos-, y por el sólido fundamento del contenido que dio inobjetable sustento a la creación convenciendo al respetable.
Con la capa tras dos lances, se dio a dar chicuelinas con el firme propósito de irle recortando las distancias, y le recortó el saludo capotero con elegancia. Así llevó al toro por orticinas -creación del mexicano Pepe Ortiz en los años cuarenta-Tras comparecer sin comprometerse en la cabalgadura el toro de El Parralejo, hizo en los medios bellas, en verdad bellas zapopinas, que oxigenaron al espíritu de los allí presentes.
Su faena ha sido el compendio, no sólo de las buenas maneras, de la clase y la calidad, sino del poder y aguante, de la capacidad imaginativa, de la técnica bien asimilada y mejor aplicada, y sobre todo, del poder resolutivo, para así sumar series con ambas manos que resultaron una alegoría para el diletante taurino.
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Tanto con la diestra, así como con la zurda, habitó el misterio y la magia del arte del toreo, en donde apareció un natural tan largo que todavía sigue deleitando al paladar de los exigentes conocedores.
Decidió rubricar al encuentro, y al suponer que no caería el cinqueño, intentó hasta en dos ocasiones el descabello, pero al final claudicó el astado. Hubo una nutrida petición casi unánime, a la que el presidente desatendió. No obstante, Luis David, dio la vuelta al redondel en medio de los vítores y el reconocimiento del respetable.
Con su primero, otro toro de gran catadura, tras la larga cambiada de hinojos, dejó suaves y cadenciosas verónicas del tercio a los medios recortando con sobriedad. Hizo notar el poder del aguante que da el valor natural, así como el poder del sentimiento que da contenido a la creación en series importantes que convencen sus notables cualidades.
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Al final, unas manoletinas ceñidas fueron inmejorable epílogo, y se advirtió, cómo la cornamenta del toro iba surcando a la geografía corpórea de Luis David. No estuvo bien con el acero, pinchó y dejó en dos tiempos una estocada perpendicular desprendida. Recibió ovación de gala en los medios.
Poco hay que decir de, Alberto López Simón, no tuvo ejemplares para el lucimiento, otra vez será.
Lo que deja una sólida esperanza entre el gran público que ama al arte del toreo, que la revolución está haciendo justicia a muchos toreros postergados por los figurines, y a jóvenes toreros con sólidos argumentos que son la luz que ilumina y oxigena al universo taurino.
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