Crónicas

En Pamplona… Mansada de Fuente Ymbro en la que cortan oreja Castella y López Simón

Pamplona. Martes 10 de Julio. Sexto festejo de abono de la Feria del Toro 2018. Lleno. Mansada infumable de Fuente Ymbro en la que todos los ejemplares estuvieron escasos de fuerza, enseñando evidente descastamiento. Bonita fachada vacía de casta y carente de bravura.

Sebastián Castella: Silencio y oreja.

Miguel Ángel Perera: Silencio y palmas.

Alberto López Simón: Silencio y oreja.

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Tras su excelente tarde en San Isidro y abrir la puerta grande de Las Ventas, Sebastián Castella se presentaba en Pamplona para conseguir lo mismo. Hechizo, el ejemplar de 575 kilos, alto, enmorillado y astifino de punta muy negra, se estrelló en el peto del caballo. No le acompañó la fuerza ya que se quedó sin ellas pronto. Intentó saltar al callejón pero afortunadamente no lo hizo. Además, corría por todo el coso intentado huir de los capotes. Su principal virtud fue la obediencia que tuvo en la muleta del matador francés, pero éste no pudo cortar oreja por la escasa fuerza de Hechizo. Lo que se necesita ahora es un hechizo de verdad para que los toros que vienen a Pamplona sean bravos y no como los estamos viendo últimamente: mansos y escasos de fuerza, de raza y de trapío. Tras un pinchazo y estocada trasera, silencio para Castella.

El segundo, melocotón de pelaje, fue una pena en el caballo. Se quedó quieto en el peto sin hacer nada en los dos puyazos que recibió… Pocas opciones tenía Castella con este toro. En banderillas ya sacó el toro la lengua, con lo cuál ya se veía su escasez de casta y fuerza. Le costaba embestir cada vez más. Este ejemplar llamado Libertador, de 560 Kg, no mereció llamarse toro de lidia. Sonó un aviso y Castella terminó con este manso toro. Pidió la plaza una oreja para el francés que no fue merecida en una plaza de primera como es la de Pamplona. Nobleza y mansedumbre no se pueden confundir.

El segundo de la tarde, Pijotero, largo y muy astifino, no empujó en el caballo y en banderillas echaba la cara arriba. Miguel Ángel Perera obligó al toro a embestir en su muleta ya que el astado estuvo distraído y corriendo por el coso al igual que sus hermanos; señal de mansedumbre. Perera no pudo hacer nada para cortar trofeo. Dejó muletazos por ambos pitones pero no transmitió ni conectó con los tendidos. Estocada caída y trasera. Silencio.

El quinto para Perera, de 515 kilos, de punta muy negra, bajo y corto no se entregó en el caballo, se estrelló en el peto. No se veían esperanzas en el toro pero sorprendentemente fue de menos a más gracias a que Perera le obligó en la muleta sacando pases meritorios, muy largos y por lo bajo. No fue nada fácil lo que hizo Miguel Ángel. Faena de inteligencia y experiencia por parte del torero extremeño que nos regaló tandas con mucha torería. No acompañó la espada y perdió la oreja por ello. Palmas.

El primer toro para López Simón fue un negro bragado meano alto de agujas y con mucha seriedad. El toro no veía bien y perdió las manos en varias ocasiones. A esto, se le añadía la falta de fuerzas. Los tendidos empezaron a protestar pidiendo la devolución pero el toro no fue enviado a corrales. López Simón expresaba su descontento por la invalidez del astado. Brindis al público de Pamplona. Cada vez se hacía más evidente el defecto del toro y más difícil de torear. Por esto, Alberto López Simón no pudo hacer nada. Dos pinchazos y estocada caída. Silencio. El toro tuvo que ser devuelto por la presidenta desde el primer momento por su invalidez y problema en la vista.

El último que cerró plaza correspondía a López Simón. Fue un castaño corto de cuello, menos astifino que sus hermanos y el de menos peso: 500 Kg. Se estrelló en el peto. En la segunda tanda con la muleta, sufrió una fea voltereta que en principio parecía ser llevado a enfermería pero se levantó rápidamente para seguir toreando con mucho mérito. Consiguió meter al público en la faena sacando valor y orgullo. Mató de una estocada al último astado y la plaza de nuevo se vió llena de pañuelos rojos y bancos. Se concedió una oreja y la plaza seguía pidiendo un segundo trofeo. Hubo un momento de confusión cuando la presidenta sacó un pañuelo para conceder una oreja. Después escondió el pañuelo y lo volvió a sacar. Todos pensamos que habían sido dos, pero después de un gesto que hizo la presidenta aclaró que fue una sola oreja. Bronca a la presidenta por la confusión que creó. Oreja para Alberto López Simón.

Mansada de Fuente Ymbro que ha tenido más sombras que luces en esta tarde. La falta de fuerza, de raza, de casta, cuando se estrellan en el peto los astados, no se entregan al máximo y llegan al final de faena sin fuerzas ninguna, son señales de mansedumbre y descastamiento. No debemos olvidar que el coso de Pamplona es plaza de primera categoría. La oreja de Castella fue excesiva. El público pedía la segunda de López Simón que al final no fue cortada, pensado de manera inteligente ya que estamos en plaza de primera.

Una vez más, la plaza llena…¡No hay nada mejor que San Fermín!

¡España es taurina!

¡Viva San Fermín!

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@pauburguis 

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