Crónicas

En Madrid… Oreja tras fea cogida para Juan Miguel

Las Ventas del Espíritu Santo, 3 de junio de 2017. Cerca de media plaza llena. Novillos de Flor de Jara que fueron mansos y descastados, se desinflaron en el desarrollo de sus faenas. El tercero fue devuelto por inválido, y sustituido por uno también manso de Dolores Rufino. El sexto, ha sido una grata sorpresa, porque peleó con bravura durante toda la lidia.

Juan Miguel: silencio y oreja.

Alejandro Marcos: silencio y silencio tras aviso.

Ángel Sánchez: ovación y silencio.

Detalles:

Juan Miguel fue volteado feamente en el cuarto de la tarde.

Parte médico:

Puntazo corrido en rodilla derecha, con hematoma encapsulado que se drena parcialmente. Contusión cervical, pendiente de estudio radiológico. Se traslada al hospital San Francisco de Asís con cargo a la FraternidadPronóstico reservado que le impide continuar la lidia. Firmado: Dr. García Padrós.

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El primero de la tarde para Juan Miguel saldría manso desde el inicio, y más tarde se defendería en el caballo, sin pelear ni atacar, simplemente cabeceando. El inicio de la faena haría presagiar el triunfo del novillero, pero nada más allá, el toro no dio opciones pues se fue desinflando. A pesar de ello, se vieron pases al natural al inicio del tercio, que fueron de mucha calidad. De igual modo, se vio al novillero templado y con firmeza, pero la mansedumbre del toro, desembocando en su venida abajo, imposibilitó el triunfo.

El cuarto de la tarde salió con la cabeza alta. Se movió con cierto peligroso cabeceo signo de mansedumbre. En un pase de pecho fue prendido de una fea manera. Las ganas de seguir demostrando su torería, el joven decidió continuar con la lidia dejando pases de calidad, cruzándose entre los pitones. La peligrosidad del toro fue más que evidente en toda la lidia, y esto lo supo apreciar el tendido, el cual pidió la oreja tras contemplar una gran estocada. Finalmente fue concedida y terminó entrando en la enfermería.

Recibió bien con el capote Alejandro Marcos al segundo de la tarde, un novillo alto que tuvo movilidad. Comenzó la faena en las tablas, lugar por donde se movió mejor. No tuvo transmisión alguna el novillo.

El quinto, para Alejandro Marcos, estaría poco presto desde el inicio, ya que no tuvo fuerza en el caballo, y llevó la cara alta desde los primeros tercios. La ligazón tan ansiada en una faena, brilló por su ausencia, y es que el novillo no permitió las opciones, pues estuvo falto de fuerzas, empuje, y bravura. Los muletazos propinados fueron tales que no estuvieron repetidos ni ligados, únicamente se disfrutó de la calidad, de uno en uno. Falló en los aceros, y nuevamente fue su comparecencia fue silenciada.

Tras devolver un tercero por inválido, lo sustituyó uno de Dolores Rufino, para Ángel Sánchez. Igualmente, manso de inicio y buscando las tablas en sus primeros compases. En la faena, el novillero intentó templar al novillo para poder obtener un tercio de calidad. El novillo estuvo muy por debajo del compareciente, y de esa forma no se pudo cuajar una faena de categoría. Los pases por ambos pitones fueron perseverados por la actitud de Sánchez, pero no se encontró el éxito. Lo mejor del tiempo del toro fue la estocada propinada, certera y correcta.

Un gran novillo fue el sexto, una sorpresa en medio de tanta mansedumbre y descastamiento, un utrero que cumplió de manera más que correcta en varas, yendo al caballo de largo hasta en dos ocasiones. Quizás la falta de experiencia se la jugó, ya que no llegó a sacar de aquel astado, todo lo que este ofrecía. Lo tomó en corto todo el rato cuando el animal pudo haber ofrecido mucho más si le daba distancia y ese sitio que tanto les aconsejan. El joven novillero dejó pasar el triunfo. Se movió mejor por el derecho a pesar de intentarlo al natural.

En resumen, una novillada en la que entendiblemente, los novilleros venían a dar todo de sí para poder darse a conocer. Muchos triunfos son los que ha dado Madrid a novilleros, a los cuales les sirvió San Isidro de lanzadera para ser hoy verdaderos figuras del toreo. A destacar el sexto toro, que tuvo ese carácter de pelea constante, a pesar de apagarse al final de la faena. La mansedumbre del cuarto hizo que Juan Miguel tuviese que pasar a la enfermería, no antes de cortar una sacrificada oreja conseguida gracias al reconocimiento del público al valor del novillero. Porque hay que ser conscientes de que una persona que se pone delante de un toro se está jugando la vida, y eso es lo que hace grande a esta Nuestra Fiesta. Sin salir de la razón, entendamos también este aspecto que hace que llamemos al toreo ARTE.

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@pablobielsa5

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