En Santarém… Ventura y Juli, ¡entrega sin límites!
En Santarém, cerca de ½ lotación. Toros de Guiomar Cortes Moura (para caballo); así como de Núñez del Cuvillo y Garcigrande (para pié).
Diego Ventura: Vuelta y vuelta.
Julián López El Juli: Vuelta y vuelta.
Morante de la Puebla: Silencio y palmas.
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Cartel histórico en Santarém: Ventura, Morante y Juli. Tres figuras para agotar la Celestino Graça. Un esfuerzo de la empresa, que merecía una mayor recompensa (cerca de ½ lotación). Quien estuvo presente, no se quedó indiferente a la entrega – sin límites – de Ventura y Juli.
Diego Ventura mostró estar en un momento cumbre de su carrera. Por la cuadra que tiene. Por los recursos. Por la madurez. Y por la ambición. Con el primero de Guiomar Cortes Moura (detrás de los caballos con galope cadencioso, típico del encaste, pero reservado en el momento del hierro), Ventura estuvo intuitivo, improvisó, sublime a lomos de Nazari, con el toro ceñido al caballo … creó obra y entusiasmó a los tendidos. Todo hecho con armonía. Sentido de lidia. Sentido de espectáculo.
Su segundo fue menos colaborador, pero Ventura superó todas las contrariedades. Entendió el toro, citó a favor de la querencia, y a lomos de Sueño, aprovechó todas las embestidas que el de Guiomar Cortes Moura llevaba dentro. Terminó con un par de banderillas, en los medios, sin cabeza, con el Dolar. Actuación meritoria.
Por los Amadores de Santarém: Francisco Graciosa al tercer intento y Luis Seabra a la primera, con nota superior.
El Juli es un torero cuajado por el tiempo y la experiencia. Torero de Toreros. La faena al primero (Nuñez del Cuvillo) fue construida con inteligencia, creyendo, enseñando el toro a seguir el engaño. Por el mejor pitón – el derecho – afloraron muletazos poderosos, de mano baja … con el torero entregado y el público rendido.
El segundo (Garcigrande) fue manso, pasó el tiempo a huir, pero El Juli no desistió de hacerle faena. Sacó los muletazos que el toro tenía y los que no tenían también.
Un torero fuera de serie, Morante de la Puebla, pasó por la Celestino Graça, con más pena que gloria. Con dos toros a contraestilo, el de Puebla del Río nunca se sintió a gusto, y… ¡abrevió!
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