Opinion

Lo dice Pepe Mata… Los ‘toros’ de Walt Disney

Cuando llegué a Las Ventas, había mucha prensa del corazón, de esa prensa rosa, de la llamada prensa de sociales, o cómo se le quiera denominar, aguardando a los personajes de la alta esfera social.

Era obvio, participaban dos toreros más que dignos representantes de los diseñadores de la llamada alta costura del mundo…

… Chirstian Dior, Giorgio Armani, John Galliano y no sé cuántos más.

Para dicha corrida del clavel, como se le denominan a este tipo de festejos en donde lo frívolo están por encima de las cuestiones superiores del espíritu, en medio del cotilleo, se van a lucir las pieles, las joyas, las diademas de brillantes, los collares de esmeraldas, y…

… y, por supuesto, se va a aplaudir todo y mucho más, aunque no exista un fundamento para ello.

Para este festejo, seleccionaron toros ad-hoc, que fueran tan dóciles como un lirio desmayado, tan obedientes como una ovejita perdida en la pradera, tan dulces como el palpitar de un ave en agonía.

¡Vamos!

Toros al estilo Walt Disney:

¡Ferdinandos!

Pero, fueron peor que eso los toros de, Victoriano del Río, además de mal presentados, de que no pelearon con las cabalgaduras, de que apenas el suspiro les duró el movimiento, fueron la mistificación del toro bravo y encastado.

Supusimos que Victoriano del Río, iba a seleccionar escrupulosamente el encierro que enviaría para esta fecha, pero…

… pero supusimos mal.

La ganadería de Victoriano, a quien muchos le llaman uno de los hacedores del ‘bobitoro’ grandón, ahora será del toro con genio, porque en eso degenera la mansedumbre bobalicona en la violencia o en la reticencia.

No es una mera coincidencia, son situaciones de los genes cuando se les altera la verdad que otorga la casta y la bravura, y todo en beneficio de la inadmisible comodidad de los figurines.

Y por eso aparecen estos toros con una conducta impredecible.

No pudieron haber esas faenas “bonitas”, porque no hubo el ‘bobitoro’ de alto rendimiento.

Se acababa de inmediato el suspiro de fuerza que llevaban.

Cayetano algo intentó, pero todo parecía que iniciaba en una danza misteriosa con el Ferdinando que le correspondió, sin embargo…

… sin embargo, tuvo muy poco que ofrecer la ‘pobrucha ovejita campirana’, dos series y se acabó, hubo otras tres más pero ya no dejó nada para la posteridad; y como apareció un espadazo que mandó al infierno de los ‘bobitoros’ a su astado, la entusiasmada ‘muchedumbre rosa‘, en su mayoría pidió se le donara al torero para sus estadísticas, una oreja, que como resultaba obvio, acabó siendo protestada por las buenas conciencias.

Tuvo otro ejemplar, Cayetano, y pareciera que el nieto del inolvidable, Antonio Ordóñez, no se percató que los ‘bobitoros’ del Río, se estaban acabando a las primera de cambio, y exageró con la capa, un quite por gaoneras, y después, con la muleta, una primera serie de hinojos, obligando mucho al bovino, y terminando con varios remates, tantos que atosigó al burel y, todo lo demás fue historia…

… muy triste historia.

Una historia vergonzosa de contar, por la falta de la verdad del toro bravo y encastado, porque se insiste en devaluar, avasallar, aplastar literalmente a la grandeza del arte del toreo.

Sin el toro bravo no hay nada, nada de nada, lo demás que digan los ‘amigos del engaño’ es una ofensa para la buena fe del respetable; y en este festejo muy a pesar de que hubo buenas intenciones de Sebastién, José Mari y Cayetano

de buenas intenciones están llenos los caminos al infierno.

Y no hay más que contar.

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@PERIODISTAURINO 

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