“El toreo es lamento, si no sufres no toreas bien”: Paco Lama de Góngora
Francisco Paco Lama de Góngora, matador de toros sevillano a quien citamos en las magníficas instalaciones del Real Club de Lima, a donde llega con la misma puntualidad de los clarines previos al paseíllo en una plaza de toros. Pese a las horas de vuelo de la víspera procedente de México donde reside, se le nota jovial y exultante, y por supuesto, le dimos la bienvenida en esta su primera visita al Perú.
Surgido como una de esas prometedoras revelaciones del toreo mundial, que tuvo un salto abrupto al codearse con las figuras despertando válidas expectativas y estar mencionado en todas partes merced a sus refinadas maneras, propias de los toreros de su tierra; pero que pese a ello, conoció y supo afrontar con esa misma torería el embate de aquella dureza que también tiene la Fiesta que lo llevó a la para y lo sumió en la incertidumbre dubitativa por plantearse de nuevo las cosas.
Nos avocamos a entablar la siguiente conversación que les entregamos, amables lectores, en la que descubriremos al joven artista, culto y asentado que es, amante de la poesía y la buena música, admirador de Juan Belmonte y enamorado por siempre del buen toreo, como el suyo mismo.
−Matador usted pertenece a uno de los barrios más emblemáticos de Sevilla ¿nos puede hablar para comenzar, sobre el mismo y su entorno familiar ?
“Tuve la suerte de nacer en Sevilla, de disfrutar allí toda mi infancia. De ver cómo se engalanaba el barrio donde nací, el barrio de El Arenal, de ver cómo acudía toda esa afición los domingos a la plaza, cómo olían de Resurrección su calles distintas. La suerte también de tener una familia que me apoyó muchísimo, quizás no de una forma económica pues la mía no ha sido una familia pudiente pero sí humilde y muy trabajadora que me han dejado y dado mucho, lecciones, consejos, formación como persona en base a valores que yo creo son el mejor legado que se puede dejar a los hijos. Tengo unos padres que no cambiaría nunca por nada del mundo.
“Mi padre es muy trabajador. Muy taurino. Llevaba un lote de vacas en el campo, en la marisma, con Antonio Pérez Bizcocho quien ahora es suegro de Diego Ventura, figura del rejoneo. Mi madre es juez, se desempeña en la judicatura. Siempre ha sido muy aficionada y abonada en La Maestranza adonde no ha vuelto desde que yo toreo. Tengo dos hermanos, una hermana mayor, uno mediano y yo que soy el benjamín. También son muy aficionados a los toros. Artistas ambos. Ella diseñadora de modas y mi hermano un artista del mundo de la mochila, que es otro tipo de arte. En mi familia como ve, hay arte y he tenido la suerte que mi familia me hace crecer cada día”.
−El artista es un pedazo de la naturaleza misma depurada que busca la belleza en lo intangible ¿ bajo esta premisa, el toreo que es arte, es a su vez arte perfecto ?
“A ver, yo creo que todo artista tiene su forma de expresarse a través de su arte y para mí lo más difícil es saber plasmar los sentimientos que uno tiene dentro. Sucede con la lengua, la literatura y con todas las demás artes. El toreo no es ajeno a ello porque sí, que los toreros lo sentimos así. Una vez un cantaor dijo: si no sufres no cantas bien.
“El toreo en realidad para mí no es algo feliz, en el sentido de alegría, algo que más bien es de sufrimiento y que uno lo transmite en la plaza. Aunque uno se sienta feliz toreando porque torear no es un trabajo, es una forma de vida; el toreo es lamento y si no sufres no toreas bien. Por eso me gusta mucho la poesía que describe mucho sobre mí, que estoy continuamente en una espiral no de sufrimiento pero sí de búsqueda y de afinación de mis sentimientos y eso es lo que hace que uno crezca como artista, de lo contrario no puedes crecer y entonces no estás viviendo y vivir por vivir no tiene nada que ver con el arte”.
−¿Y el suyo, su toreo, cómo se puede definir, siempre se habla de la escuela sevillana, en qué referencias de aquella usted se basa ?
“Yo creo mucho en el estilo más que en las escuelas. Pero es cierto que la idiosincrasia del lugar donde se nace, se mueve, de donde provienen sus raíces, tiene que ver mucho con la forma de expresarse como torero en la plaza. Para mí tiene que ver todo. Nací en Sevilla ergo, creo yo, mi toreo es muy sevillano. Desde que empecé a torear he buscado esos derroteros, siempre intentando empaparme y leer mucho sobre ello. No solo porque nací allí sino porque es el toreo que me lleva. Entonces pues, hay un torero que no está demasiado reconocido, creo yo, que tiene un fondo artístico tremendo, que es Pepín Martín Vásquez”.
−Nada menos, el considerado a ocupar el lugar de Manolete, sin duda un esteta mayor del toreo…
“Exacto. Para mí es el referente absoluto, tanto como torero como persona. También le nombro a Manolo Gonzáles, Manolo Vásquez a quien le he visto faenas tremendas. El maestro Emilio Muñoz, Curro Romero, Morante de la Puebla, pues son toreros que me llenan y no solo esos sino que considero tienen una esencia diferente, no solo huelen a torero pleno sino que sus tauromaquias son muy amplias.
“Son conocedores de la Fiesta, de las reacciones del toro y en ese embrujo difícil de crear, emocionan a los tendidos de una manera artística no estática. Alguna vez uno de aquellos maestros dijo una frase con mucho fondo: torear no es quedarse quieto, tapar muchos fallos, y para mí esa frase es muy real. Torear no solo es quedarse quieto sino muchas otras cosas. Entonces, pues, ésos son mis referentes y ése el tipo de torero que a lo mejor no soy todavía, ni mucho menos, pues me queda mucho por conseguir, me queda todo por conseguir, pero sí lo que quiero llegar a ser”.
−Pero sabemos que también y mucho admira a Juan Belmonte, otro gran referente suyo…
“Indudablemente. Por todo, aparte porque también es sevillano, por su mítica historia, por lo que ha vivido como torero, por su capacidad de aventurero. Por ese hambre insaciable de querer mejorar, por las circunstancias en las que se encontró siempre como torero. Para mí ha sido mi primer referente, a lo mejor no técnicamente pero sí como persona, como el hombre peculiar que ha sido.
“En sí, los referentes pueden ser muchos los que admiro por su nivel artístico pero todos los que me han emocionado al punto de moverme el alma por dentro son los antiguos, toreros que quizás hoy en día su estructura del toreo no resultaría comprendida pero para mí todo arte tiene que poseer una base. Lo decía Hegel, la base, el fondo sin la forma no es nada. Entonces para mí el fondo del toreo actual es Juan Belmonte”.
−¿ Cómo se inició en el toro, cuándo decide ser torero y cómo han transcurrido las cosas desde allí ?
“Empecé a torear en la marisma de Sevilla, con Morante de la Puebla y Salvador Cortés. La primera vez que toreé fue en la marisma y allí me entró el veneno sin antídoto del toreo. Tenía trece años. De la mano de Luis de Pauloba en la Escuela Taurina de Sevilla. A los diecisiete en mi presentación como novillero la osadía de abrír la Puerta del Príncipe. Después de eso toreé dos años como novillero con caballos teniendo actuaciones muy importantes en Sevilla, también en Madrid, Valencia. Pisé casi todas las plazas de primera, tanto en España como en Francia con Nimes que me declaró triunfador.
“Terminé el 12 de octubre del 2013 compareciendo en Sevilla en un festival benéfico con cinco figuras del toreo como son El Juli, Morante, Talavante, Manzanares, El Cid, saliendo triunfador aquella vez. Al año siguiente, me encerré en solitario, ese mismo día, con seis novillos despidiéndome de novillero cortando dos orejas. Luego a tomar la alternativa en la Maestranza de Sevilla con el maestro Enrique Ponce de padrino y testigo el maestro José Mari Manzanares. Bueno, ese año no tuve la suerte de torear mucho, apenas en la Feria de San Miguel y ese parón me hizo terminar mal pues acostumbrado a torear durante tanto tiempo y tan seguido como novillero ese parón como matador me afectó sicológicamente pues no fui capaz de asimilar esa dureza que también tiene la Fiesta. Entonces decidí venir a América, a probar suerte”.
− ¿Hubo en esa decisión quizá un intento de catarsis personal, digamos era eso o nada para no caer en la incertidumbre que lo terminara por hacerlo desistir?
“Es curioso casi no he hablado antes de esto, será que esta brisa limeña y lo bien que se está aquí me permita hacerlo ahora, lo cierto es que sí, en efecto, yo en realidad vine a América, a México exactamente, a sanearme, sin pretensiones de triunfar y volver como figura. Vine para sanearme del todo, curar mi mente. Pero tuve la suerte de enamorarme de México, de su afición. Llegué para una sola corrida y terminé firmando treinta actuaciones”.
− ¿De hecho, ya se afincó en México. Cómo fue ese empezar de nuevo en aquella tierra que no conocía, como fue su adaptación al medio y al toro mexicano?
“Al principio cuando llegué me costó mucho adaptarme. Fue todo muy distinto. Pero conforme pasaba el tiempo me iba enamorando de la afición, de su modo de entender la Fiesta, inclusive de la embestida de su toro porque se trata de una embestida muy mágica, pues hay veces que te regala pasajes mágicos de la faena que también lo he podido comprobar en el campo.
“El muletazo resulta profundo no solo por tu forma de torear sino por su forma de embestir. Hay una conjunción tremenda y es cierto ese tópico que dicen que te da el temple. A lo mejor no del todo porque tú también tienes que saber asimilarlo, pero sí que te enseña los caminos del temple y cuando tienes contigo la luz de los caminos del temple pues ya, hay que ir hacia él como puedas.
“ Siendo católico, también México me ha enseñado a ponerme más en manos de Dios al que siempre le pido sea mi mejor apoderado”
− Ahora en el Perú, por primera vez. ¿ Qué referencias ha tenido de nuestro país antes de venir, qué le han hablado los colegas?
“ Me han hablado mucho del Perú y como siempre las historias se transforman de boca en boca y la realidad pues se desfigura un poco. La verdad, he preferido no escuchar demasiado pues a mí se me considera una persona cogida con alfileres y conforme va pasando el tiempo me dicen que soy una persona dura porque soy capaz de aguantar muchas batallas y yo creo que no. Creo que soy una persona y un torero distinto; lo que me va pidiendo la vida, los problemas que se van presentando, uno los va solventando como puede, de la mejor manera posible. Entonces yo he preferido no escuchar nada de los toreros actuales sino empaparme de la grandeza que siempre ha sido el vérselas uno mismo.”
− ¿Intuyo una especie de ejercicio cognoscitivo que surge a través del contacto personal con la realidad, sino entiendo mal?
“ Precisamente, esa es la idea. Pero le diré también que sí he leído algo previamente y por lo que he leído, por lo que me han contado, sé que la peruana es una afición extraordinaria. Es más, soy un convencido que el futuro del toreo va estar basado, mejor dicho, su base para el rescate de Europa o gran parte del futuro del toreo va estar aquí. Estoy deseando torear en vuestra tierra y que mi toreo sea del gusto de la afición del Perú y que mi venir no sea de paso sino dejar huella y que toda la maravillosa afición que tiene Perú, toda su cultura, toda su historia taurina que se sienta identificada con Lama de Góngora que aspira entrar en sus genes para quedarse mucho tiempo. Estoy deseando triunfar aquí en América y descubrirles esta tierra a mi familia, que vean que América es algo maravilloso de la cual tenemos que aprender mucho. ”
−Esa frase me gusta descubrir América, sabe, el gran Curro Romero antes de venir por primera vez, que lo hizo viniendo al Perú, dijo −que América me descubra a mí− bueno no solo se trató de un descubrir por ambas partes sino que el Faraón de Camas triunfó apoteósicamente aquí.
“ Entonces como el maestro, nos descubriremos ambos, ojalá sea así, ya quisiera yo vivir algo por muy pequeño que sea igual a lo de él. Fíjese, eso es lo lindo de todo esto. Cuando uno nace en un barrio pequeño y bonito de Sevilla nunca se imaginaría que el toreo es tan grande y llega a tantos rincones del mundo y cuando gracias a él se empieza a viajar, se da cuenta de su dimensión y eso quiero compartirlo con mi familia viéndome triunfar en todas partes ”
−Pues así será, matador, de momento siéntase en casa. Le agradezco la gentileza que ha tenido al darnos este tiempo.
“ Todo lo contrario, mil gracias por tanta hospitalidad, estoy encantado con Perú y su gente maravillosa”.
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