Crónicas

En Nîmes… Juan Leal abre la Puerta de los Cónsules

Nîmes (Francia). Coliseo romano. Sábado 18 de septiembre 2021, en horario vespertino. Cuarta de la Feria de la Vendimia. Mano a Mano. Se lidiaron seis toros de Domingo Hernández, bien presentados, con juego dispar, destacando el encastado 2° y con peligro el 6°. Más de media entrada, sin limitaciones de aforo.

Daniel Luque: Ovación, silencio y oreja.

Juan Leal: Dos orejas, palmas tras aviso y oreja con petición de la segunda.

Detalles:

El segundo, de nombre Cartagines, herrado con el n° 103, castaño claro de capa, nacido en 10-2015 y con 515 kilos fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Saludó montera en mano Marco Leal tras parera el sexto.

Actuó de sobresaliente Jeremi Banti

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Un mano a mano de dos toreros que han dejado huellas durante las últimas temporadas y con estilos al menos diferentes, si no opuestos. El toreo lleno de dulzura de Daniel Luque se enfrentó a la valentía y coraje de Juan Leal, con toros de Domingo Hernández.

El primer toro se quedó frío en el capote de Daniel Luque. Dos varas tomó el de Domingo Hernández, metiendo los riñones y haciendo caer la cabalgadura en la segunda reunión. Entró en quite Juan Leal por gaoneras.

En las primeras tandas, el toro apretó peligrosamente por el pitón derecho. Cambió de mano y de tono con la zurda. El diestro de Gerena protagonizó un auténtico recital. Mató de una estocada entera que se eternizó, por lo que se enfrió el público y todo quedó en una calurosa ovación.

La lidia del segundo Domingo Hernández fue un poco desordenada y el toro se llevó tres varas, pero solo se le ha puesto en suerte correctamente en una sola ocasión. Entró en quite Daniel Luque por chicuelinas. Brindó al público y arrancó la faena, como suele ser de costumbre con Juan Leal, por pases cambiados de rodillas en los medios.

El toro fue noble y respondió en la tela roja del diestro de Arles. Citó el toro desde lejos dándole importancia. Fue volteado aparatosamente cuando toreaba de rodillas, lo que cambió el ritmo de su propuesta. Mató de una estocada en su sitio que le valió para cortar el doble trofeo. Fue premiado con la vuelta al ruedo el astado.

El tercero, un toro alto con presencia, se fijó rápidamente en el percal de Daniel Luque que se lució por verónicas. Tomó las dos varas reglamentarias cumpliendo. Entró en quite Juan Leal por gaoneras sin ser lucidas. Brindó al respetable. Tras unos pases de inicios, el toro bajo rápidamente de tono y obligó al sevillano, que rechazó la música de los primeros acordes, para intentar extraer lo máximo a corta distancia. El toro fue deslucido y no hubo acople. Mató de un pinchazo y una estocada casi entera de efecto fulminante. Todo quedo en silencio.

El cuarto, fue muy abanto y dio cuatro vueltas al ruedo antes de ser fijado en el capote de Juan Leal quien lo espero de rodillas, tuvo que ponerse de pie y dejó un recibo por chicuelinas. Entró en el caballo que guardaba la puerta al relance. La segunda vara fue más convencional.

Brindó al público e inició su trasteo en los medios con pases cambiados en el centro del redondel. El toro fue noble, pero sin clase. El astado cambio rápidamente a peor quedándose sin empuje obligando a Juan Leal torear en cercanías recortando las distancias. Mató de una estocada desprendida en la que el toro se tragó la muerte. Tuvo que ir a por el descabello, pero el astado ya no lo permitió. El público se enfrió y tras un aviso fue aplaudido.

Se lucio en el recibo capoteó Daniel Luque dejando dos verónicas de buen gusto. El de Domingo Hernández tomó dos puyazos de los cuales se vio de pronto su falta de fuerza. No tuvo suerte el diestro de Gerena con su lote.

A pesar el asado fue noble, pero embistió con la cara alta. Daniel Luque le ofreció con paciencia un trasteo ayudando al toro, pero sus esfuerzos no tuvieron eco en los tendidos. Remató con luquecinas en las que sí entró el público. Mató de un pinchazo, una entera y fue recompensado por una oreja.

El sexto de la tarde fue una alimaña siempre buscando las zapatillas. Lo aguantó Juan Leal con verónicas de rodillas al hilo de las tablas. Fue castigado en dos ocasiones siendo mejor la primera colocación. Se lució con los palitroques Marco Leal quien tuvo que saludar. Brindó al respetable.

El toro tuvo una embestida violenta con cierto peligro que no permitió a Juan Leal dejar muletazos limpios. Su propuesta con la tela roja fue compleja pero no desprovista de interés, con varios achuchones sin consecuencia.

Dejó un trasteo tremendista que el público reconoció por la abnegación del diestro de Arles. Tras una estocada con su peculiar volapié, consiguió cortar otra oreja, con petición de la segunda, que le valió para abrir la puerta de los Cónsules.

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@PhilippeGilMir

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