Crónicas

En Parentis… Nino Julian en su jardín

Arènes de Parentis. Primera novillada de las Fêtes de Sent Bertomiù 2025. Nueve décimos de entrada. Qué agradable es la brisa del mar en tiempos de la canícula. Novillos de Los Maños. Once picas, caballería de Bonijol.

Nino Julian: Oreja y oreja.

Cid de María: Silencio y silencio.

Pedro Luis: Silencio con aviso y silencio con aviso.

Detalles

El mayoral saludó a invitación de Nino Julian.

Presidente: Denis Labarthe

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Resumen

Prólogo

En Parentis, Nino Julián tuvo el mejor lote. Su tauromaquia voluntariosa, sincera y entusiasta le permitió cortar una oreja a cada uno de sus novillos. Se le puede perdonar a Cid de María que no haya podido sacar mucho provecho del segundo inválido. Por otro lado, es inexcusable que haya fallado el quinto bueno. A, Pedro Luis le correspondieron dos toros deslucidos, decastés y aquerenciados. Se le perdona que no haya podido sacar nada de ello.

En cuanto a los novillos, Los Maños fueron desiguales en su presentación y comportamiento. Dos novillos fueron buenos, uno regular y otros tres fueron malos.

Los novillos

En comparación con el año pasado, no hay nada que decir sobre la armadura de Los Maños que se lidiaron hoy en Parentis. En cuanto a la presentación y la moral, es otra cosa. Con una presentación muy irregular según la rama original de los toros, los de Buendía fueron los menos presentados y fueron malos. Los Buendía menos destacados estuvieron a un nivel completamente diferente. Serios en la presentación, bravos a caballo, nobles con la muleta. El mejor fue el excelente cuarto. El quinto también tenía potencial, pero fue desaprovechado por Cid de María. El saludo del mayoral estuvo fuera de lugar. De la misma rama, el tercero estuvo bien durante los dos primeros tercios, pero luego perdió por completo el interés por la muleta.

Los novilleros

Hubo mucha verdad y compromiso en la primera faena de Nino Julian. Su toro era noblote y no humillaba. El francés, sin perder la seriedad, conectó con el público. Una oreja después de una espada trasera. El cuarto era noble y muy encastado. Esto le permitió a Nino Julian construir una faena hermosa, plena de verdad y muy alegre, conectando de nuevo con el público; concluyó con una espada y un descabello. Una oreja.

El segundo tuvo problemas en los cuartos traseros. Debió haber sido cambiado. No pudo emplearse en el caballo ni con la muleta.  Cid de María ligó pases con el pico de la muleta y alargó innecesariamente la faena, matando mal. Silencio. El quinto ha sido un buen novillo. Bravo al caballo, era noble y repetidor en el tercer tercio. Se apartaba y reculaba, Cid de María instrumentó una faena embarullada y aburrida, muy por debajo del potencial del novillo de Los Maños. Con la suerte suprema fue hábil. Silencio.

El tercero fue deslucido y aquerenciado. Pedro Luis malogró sus esfuerzos de construir una faena con un manso que huía a las tablas a la primera y pasaba y se regresaba a su querencia. Silencio. El sexto no tuvo ni recorrido ni raza. Pedro Luis no insistió más. La suerte suprema fue laboriosa, nuevo silencio.

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