En Dax… Los Pedraza han cambiado mucho
Arènes de Dax. Francia. Última corrida de la Feria 2024. Lleno. Hermoso día de mediados de agosto. Seis toros de Pedraza de Yeltès, distantes de su esencia brava. Trece puyazos y catorce encuentros, caballería Bonijol.
Román: Saludo y silencio con aviso.
David de Miranda: Silencio y silencio.
Adrién Salenc Adriano: Silencio con aviso y oreja.
Detalles:
Presidente Jérôme Sarciat
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Dax. Los Pedraza han cambiado mucho. ¿Qué pasó con los toros, que tanto nos emocionaban y que hoy son casi “ordinarios”?
Dax es un coso fiel a la ganadería de Pedraza de Yeltes. Con Azpeitia, Garlin, la plaza de la Cité Thermale forma parte del trío de descubridores de este hierro. Pero hoy el encierro que salió a la arena dista mucho del toro encastado, con las peleas emocionantes al caballo y la picante nobleza que exige a los toreros. Si habrían anunciado Garcigrande, no habríamos visto la diferencia excepto por su volumen. Adriano cortó la única oreja al sexto de la tarde, su fracaso en los aceros, le privó de otras recompensas. El francés tuvo las ganas, la entrega y conectó con el público. Podría haber estado más tranquilo con su muleta en mano. Román dio buenos muletazos al primero pero mató mal a sus dos toros. David de Miranda pasó sin pena ni gloria.
Los toreros
Román aprovechó el buen pitón derecho del primer Pedraza, un toro alto y pesado. El bicho era más complicado por la izquierda y el final de faena estuvo embarullado. La espada quedó completa pero requirió de descabellos lo que le alejó de cualquier posibilidad de trofeo. Saluda Román. Ante un cuarto noble pero débil y de poca transmisión, el torero de Valencia abusó del pico y sin dar ninguna emoción real. Mata mal, silencio.
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El segundo ha sido violento con el caballo y la muleta. Puso en dificultades a David de Miranda, quien estuvo abrumado por los problemas planteados. El torero mató con precaución. No guardaremos recuerdos de la actuación del torero en el quinto, un Pedraza que transmitía tan poco como la muleta del torero. Silencio.
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El tercero, un poco débil en fuerza, ha sido muy noble en el tercer tercio. Adriano lo toreó con mucha entrega y ganas. A la faena le habría venido bien estar más tranquilo Los trofeos se fueron volando con los aceros. Silencio. El último fue bravo al caballo pero le faltó poder. El francés construyó una faena de entrega y conectando con el público. A pesar de los pinchazos y de una espada mediocre, Adrien Salenc sí cortó una oreja pedida por el público. Los aceros le privaron de un éxito significativo.
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Los toros
Nada que decir de la presentación de los toros de Pedraza de Yeltes pero los pupilos de la familia Uranga hoy son domecqs muy nobles y con volumen. En el primer tercio tuvieron un fondo de bravura pero su falta de poder no les permitió expresarlo. El ejemplo, el último, bravo en tres encuentros, que metió los riñones, pero fue incapaz de mover ni un centímetro al grupo ecuestre. Sólo los toros mansos con violencia pueden dar primeros tercios más animados. Podemos ver el fruto de un trabajo de selección destinado; pasará este hierro a ser una ganadería de toreros, un zapato apreciado por entre los toreros e incluso las figuras.
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Toro a toro
Sombrerero para Román
El primero estuvo serio de presentación. Se frenó en la capa de Román. En el caballo, acudió a un primer puyazo mientras empujó. El segundo encuentro fue breve y la vara quedó trasera. Román comenzó su faena con doblones y el bicho cayó. Citó desde lejos y el toro respondió repitiendo con alegría sobre el pitón derecho. El toro transmitió mucho y Román toreó con sinceridad. Por la izquierda lo citó en corto y se empleó menos el toro. El final fue embarullado aunque siguió siendo sincero. La espada entera y contraria. El toro tardó en caer. Acertó en el descabello. Saludos.
Fantasía para David Miranda
Nuevo toro bien presentado, empujó con los riñones en el primer encuentro con la cabalgadura. Colocado en el centro, se arrancó con alegría y empujó sólo con un cuerno. David de Miranda pidió el cambio de tercio. Inicio su faena con pases por alto, el toro derribó al torero con la pata trasera. El toro se defendía por la derecha. Con la izquierda el toro llevaba la cabeza suelta, calamocheaba y rebrincaba, Miranda, sintiéndose en dificultades, no insistió. Mató con una espada baja. Silencio.
Orfebrito para Adriano
El tercero fue aplaudido al entrar a la arena. Metió la cabeza en la capa de Adriano. Acudió a un primer puyazo sin emplearse mucho. Del centro se arrancó con alegría pero no se empleó debajo del peto. Comenzó la faena con pases de pecho, el toro muy en Garcigrande era noble. Adriano ligó dos buenas series por la derecha citando de lejos. Arrancó con entrega pero un poco rápido hacia la izquierda. Consiguió conectar con el público. El bicho era sumamente noble. A la derecha Adriano templó un poco más. El final fue voluntario. La espada quedó delantera y caidita. Sonó un aviso y el bicho cayó al octavo descabello. Silencio.
Burreñito para Román
El cuarto, muy en tipo de Garcigrande, fue relativamente más pequeño. Román no insistió, con la capa en mano. El toro fue débil y ha sido poco picado. El torero lo citó de largo y con suavidad para hacerse de él. Luego redujo los terrenos, sin embargo, toreaba con el pico de la muleta. A la izquierda toro y torero no transmitieron nada. Todo fue a menos, y las luquesinas finales no aportaron nada al festejo. Román pinchó y luego mata con precaución. Mientras tanto ha escuchado un aviso. Silencio.
Fantasioso para David de Miranda.
El quinto ha sido el más pesado de todos. Un burraco cornicorto y aleonado. Se frenó en la capa de David de Miranda. Salió suelto en el primer encuentro al sentir el contacto con el hierro y empujó en el segundo. Con doblones rodilla en tierra, Miranda llevó al toro al centro del redondel. Lo citó de largo, luego de cerca pero no pasó nada. Toro y torero no estuvieron en el registro emocional de la asistencia y no se pusieron de acuerdo. La faena fue larga y el público se aburrió. El final con la espada baja pero eficaz. Silencio.
Deslumbrante para Adriano
El último estuvo más en el tipo de Aldeanueva. Se empleó mejor por la derecha que por la izquierda en el capote de Adriano. El toro metió los riñones pero no movió al caballo en el primer y segundo encuentro. Para la reunión del tercero, se le colocó cerca del toril, acudió al paso y metió la cabeza y los riñones pero el caballo siguió sin moverse. El prólogo de la faena de Adriano ha sido por cambiadas y pases de pecho, el torero conectó con el público. El bicho era noble pero justo de fuerzas. El toro hacía el avión con la derecha. Y con la izquierda también fue muy noble. El torero se entregó y estuvo a la altura de las circunstancias. La faena captó la atención del público. El final resultó emocionante. El francés pinchó, aviso y luego mató con una caidita entera. El presidente sacó el pañuelo azul y siguiendo la petición sacó un pañuelo blanco para Adriano.
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