En la Monumental México… Sin triunfos y poca técnica

28 julio 2024 Mauricio Gutiérrez

Monumental Plaza de Toros México. Tercera novillada de la Temporada 2024. Domingo 28 de julio de 2024. Pobre entrada, menos de dos mil asistentes. Encierro de Raúl Cervantes y uno de San Marcos. Faltos de trapío a excepción del novillo de San Marcos. Con mal juego en general, resultaron muy complicados para los novilleros, salvo el sexto que recibió arrastre lento.

José María Mendoza: Silencio y oreja muy protestada.

Rafael Soriano: Silencio y tres avisos.

Manolo González: Silencio y palmas.

Detalles:

Fernando García saludó en el tercio después de parear con gallardía al último astado de la tarde.

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Tarde cuesta arriba para los tres alternantes de la tercera novillada del serial del coso de Insurgentes. En general se mostraron desconfiados y con dificultades a la hora de culminar las faenas con el acero.

José María Mendoza, hizo su segundo paseíllo en La México, con menos suerte que en su primera aparición en el año dos mil veintidós.

Con su primer enemigo, al torero de la Ciudad de México le molestó el viento al inicio de su faena muleteril. Estuvo con dificultades ante el novillo que desarrolló genio. Abrevió con toreo de pitón a pitón. Culminó con un pinchazo y media estocada muy baja.

En su segundo turno, le tocó en suerte enfrentar al novillo de San Marcos, este último bien presentado y cómodo de cornamenta. Tenía recorrido y clase por ambos pitones. La faena de muleta la inició Mendoza con una trinchera con salero. Logró una tanda por derecha bien ligada.

Cambió al toreo natural, donde no logró ligar los pases y se vio empañada su obra por algunos enganchones. Regresó al toreo con la mano diestra pero ya no generó el toreo bien ligado. Sufrió una caída en la cara del toro, sin consecuencias. Después de torear por manoletinas, mató de estocada entera en buen sitio. El juez le otorgó una oreja que la mayor parte del público le protestó.

Rafael Soriano, torero de Zacatecas, se presentó por primera vez en la Monumental Plaza México. Cubrió el segundo tercio, de forma discreta, con un buen segundo par. El novillo de su debut, después de rematar en un burladero -al momento en que el novillero solicitaba el permiso para pasaportarlo-, terminó despitorrado de la asta derecha. Razón por la cual tuvo que abreviar y matar de un feo bajonazo.

Con el quinto de la tarde, Rafael Soriano intentó lucir su capote con verónicas de saludo y posteriormente quitar por navarras; también puso banderillas las no emocionaron al público. En la faena de muleta inició con dos tandas breves con la diestra.

En el toreo natural no logró acomodarse ante un novillo descastado que apenas pasaba. Volvió con la mano derecha y sufrió un desarme. Estuvo insistente, al grado de alargar la faena en exceso. Dicha circunstancia generó la imposibilidad de matar al astado y escuchó los tres avisos por parte de la autoridad.

Manolo González, originario de Saltillo, Coahuila, también realizó su debut en la Plaza México. Su primer novillo brincó las tablas y quedó atorado en un burladero del callejón del lado de sombra.

Una vez que lograron sacar al novillo del mencionado burladero, el novillero toreó por chicuelinas y una revolera que el público aplaudió. Ya en el último tercio, la faena estuvo llena de enganchones y falta de dominio. Abrevió con ayudados por alto. Se le dificultó matar al novillo y escuchó un aviso.

Con el cierra plaza, Manolo González inició con verónicas y chicuelinas. El toro era pronto y tuvo recorrido, mejor por el pitón derecho, aunque también por el izquierdo se dejó torear.

La faena muleteril se inició en el centro del redondel, con cambiados por la espalda que fueron coreados por la afición. Posteriormente, con la derecha el novillero no logró ligar el toreo ante la incapacidad de acomodarse entre pase y pase. Siguió con un toreo a velocidad de rayo, aun cuando el novillo tenía un buen son y repetía con clase.

Intentó también por la izquierda, pero no logró lucirse. Enganchones y toreo sin templar de nueva cuenta con la mano derecha. Al final, logró una buena tanda de naturales. Mal con el acero, escuchó un aviso. Arrastre lento para el buen novillo y leves palmas para el torero.

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