En Nîmes… Ponce: la emotiva despedida del público
Arènes de Nîmes, Francia. Viernes 17 de Mayo 2024. Primera corrida de toros de la Féria de Pentecostés 2024. Lleno pero anfiteatros vacíos. Buen tiempo. Seis toros de Juan Pedro Domecq -540, 520, 496, 526, 546, 510 kilos-. 12 puyazos, caballería Heyral.
Enrique Ponce: Palmas y oreja con aviso.
Alejandro Talavante: Silencio y dos orejas.
David Galván -quien confirmó su alternativa-: Saludos con aviso y oreja con aviso.
Detalles:
Presidente: Frédéric Pastor.
Duración: 2h50
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Enrique Ponce saludó por última vez a la afición de Nîmes. Después de tres años sabáticos, el torero de Chiva acaba de iniciar su gira de despedida -finalizará en su casa el 9 de octubre en Valencia al término de la temporada-. Esta primera vuelta de honor con motivo de la inauguración de la feria de Pentecostés ciertamente no estuvo a la altura de las expectativas del torero.
De hecho, la debilidad del ganado de Juan Pedro Domecq fue en general decepcionante. Sí, los pequeños con cuernos se mostraron muy por debajo del acontecimiento, en cambio el público que había respondido ofreció una salida triunfal al torero valenciano.
La ovación recibida desde el paseo marcó la pauta. Sin embargo, fue después de su segundo toro cuando brindó a su compañero y cortó un trofeo cuando más de 12.000 aficionados mostraron todo su fervor. Tras una primera vuelta al redondel, oreja en mano, el torero que cumplió treinta y cinco años de alternativa fue recibido con gran entusiasmo. Ante este arrebato de entusiasmo era necesaria una segunda vuelta.
Enrique Ponce, con un puñado de arena en la mano apretada con cariño contra el corazón y con los ojos nublados vueltos al cielo, se mostró visiblemente conmovido. En ese momento estaba viviendo momentos únicos, mágicos y conmovedores.
Al venir a compartir un último momento de placer, quedó encantado. Ciertamente incluso más allá de sus expectativas. Estas calurosas despedidas saludadas por toda su obra reflejaron el entusiasmo que el ahijado de Joselito supo despertar durante tantos años. Una cosa es cierta; será recordada esta última aparición de Enrique Ponce en el anfiteatro romano de Nîmes.
En esta conmovedora comunión, la gran ovación calentó el corazón de todos, empezando por supuesto por el del protagonista principal. Eso nos lo podemos imaginar para este monumento del toreo oriundo de Chiva. Las otras tres etapas hexagonales -Istres, Dax y Arles- tendrán un comienzo tan triunfal como el ofrecido en Nîmes. Estemos convencidos: la afición francesa tendrá los mismos ojos de Chimène que los vistos y vividos, este viernes, en el anfiteatro romano.
Aparte de este emotivo y conmovedor homenaje, Alejandro Talavante, tras una insípida primera faena frente a algo menos que digno, supo en una zarabanda loca conducir a, Velero dentro de su muleta. El torero pacense se hizo con dos trofeos al término de una preciosa faena iniciada justo en el centro con los pies juntos. Frente a este oponente que tenía un poco más de gas que los demás, el protegido de Simón Casas puntuó su ataque con un gran golpe de espada.
En cuanto a David Galván, quien confirmó su alternativa a pesar de algunos bellos detalles dispersos, se mostró alargando el duelo de forma demasiado teatral. Le cortó una oreja. Sí, ganó, ¿aún convenció?
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