En Castellón… Esa mágica madurez de Daniel Luque

13 marzo 2023 Redacción

Castellón. Lunes 13 de marzo 2023. Segunda de la Feria de La Magdalena. Cerca de un tercio de plaza. Toros de Hermanos Tornay, con presencia aunque mansos, descastados y uno hasta con genio. Un eral de Talavante para la clase práctica de Pérez, mansísimo huyendo hasta de su sombra.

Diego Urdiales: Oreja y silencio tras aviso

David Fandila El Fandi: Ovación y ovación.

Daniel Luque: Oreja y oreja.

El becerrista Marco Pérez: Ovación

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La mágica madurez por la que transita, Daniel Luque, siempre deja un sello profundo en el espíritu de los diletantes taurinos. El ejemplo le tenemos hoy lunes cabalístico, aparecieron los grandones de los Hermanos Tornay, mansones, descastadones, y Daniel, con el tercero mostró que hasta este tipo de toros llevados con la reflexión que da la serena inteligencia y la sensibilidad que se incrementa con la madurez hallan creaciones impecables y trascendentes.

Los trazos con ambas manos fueron de una recreación absoluta. De no haber sido por ese pinchazo, el premio pudo ser mayor a la raquítica oreja que recibió.

Peor aún, si cabe, fue el que cerró plaza, no obstante, Daniel, sabía que tenía que imponerse, pisar sus terrenos rebasando el nivel de su jurisdicción, vencer así y conquistar a través de otra faena de gran interés. Rubricó con mortífera estocada y llegó la otra oreja.

Diego Urdiales con ese compendio de sabiduría que posee, confrontó al genio que da la mansedumbre, la casta mala. Así extrajo faena meritoria no sin antes llevarse un guantazo y quedar para la compostura su terno. Una gran estocada mortífera de necesidad y la oreja ganada a cabalidad.

El asfixiante descastamiento del cuarto fue un obstáculo a vencer, lo hizo una faena plena de sinceridad, que no trascendió como debiese al tendido por ese deslucimiento manifiesto del torrado.

Estuvo El Fandi quien ya su toreo alegre, cumbiambero está a punto a desaparecer por la edad que ya avanzó en el torero. Con el capote dice poco, algún lance a la verónica por ahí y un quite vertiginoso por zapopinas. Y en banderillas su tercio ya no fue tan vistoso. Con la muleta lo que siempre le ocurre, todo queda en las buenas intenciones y más con un mansurrón.

Como así fue su desafortunada suerte con el quinto del festejo, donde intentó entusiasmar hasta con cuatro pares a la asistencia. Y con la muleta lo anodino con un toro anodino.

Impusieron al becerrista Pérez, y para su mala suerte tuvo un pésimo, en verdad pésimo ejemplar de Talavante. Al final, escuchó aplausos por su buena voluntad.

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