En la Opinión de Pepe Mata… Hablar positivamente
Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”: Ludwig Van Beethoven
Hacía tiempo que no escuchaba la oficiosa recomendación de… Hablar positivamente. Hace apenas unos días, un talentoso joven, compañero de TorosenelMundo, me comentó, que alguien después de haber leído sus magníficas crónicas apegadas a la realidad, no le habían gustado y le recomendó que debería de… hablar positivamente.
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Esto de inmediato, a través del archivo de sastre de mi memoria, me hizo viajar por el tiempo, en aquellas épocas cuando era una delicia hablar y convivir con el Maestro Pepe Alameda y también aquella década de los ochenta, justo, cuando inicié mi caminar por este azaroso mundo del periodismo taurino.
Lo primero que me recomendaron los oficiosos de aquel entonces, o tal vez, hasta me sentenciaron, fue que “… la mejor forma de mantener las cosas en paz, es siempre hablar positivamente de lo que ocurra en la Fiesta”.
¿Cómo?
¿Hablar positivamente?, inquirí.
Y, la respuesta fue contundente, “… ¡sí!, positivamente…”, con la clara recomendación, de “… nunca lo olvides”.
Supuse, que, como todo en la vida, hablar positivamente era siempre estar apegado a la verdad.
¡Oh!, craso error.
No tardé en descubrir, a través de mis artículos, crónicas y reportajes, que publicaba en el diario Novedades, que el “hablar positivamente”, no era expresar mi verdad sin compromisos, apegada a la realidad de lo que ocurría en el redondel, sino que ese hablar positivamente era sinónimo de llenar de falsos elogios al sistema decrépito que ya le estaba haciendo daño a la Fiesta y que al final acabó echando al público de las plazas, por la falta de esa verdad en el redondel.
¡Vaya! Que sufrí la furia inaudita del entonces empresario de la Monumental México quien acabó deteriorando, al cabo de dos décadas, el prestigio del mayor coso del mundo.
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Sin embargo, al mismo tiempo, mis maravillosos lectores, que tanto respeto, también se iban multiplicando, sobretodo, gracias al internet que nació a mediados de la década de los noventa y mis escritos, mis crónicas, comenzaron a rebasar la frontera de la información mexicana, consecuencia de la globalización que ofreció de inmediato la llamada carretera de la información… el internet.
Esto me llevó a también viajar más, ya no sólo por toda la geografía taurina de México; sino más allá, y crucé el charco, así, comenzaron aparecer mis crónicas, reportajes, entrevistas de la Feria de San Isidro, así como de las ferias de Francia y Sudamérica.
Siempre he pensado que si uno está bien consigo mismo, estará bien con los lectores. Si uno no se falla… tampoco le fallará a los lectores.
Y, esa filosofía de vida, fue la que seguí, cuando mi dilecto amigo y maestro, el licenciado Julio Téllez, me invitó a colaborar en el legendario programa, Toros y Toreros de Canal Once.
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Siempre decir mi verdad apegada a la realidad, ha sido la constante en mi vida.
Que me llego a equivocar, todos los seres humanos cometemos errores; no obstante, para eso existe la autocrítica, para reflexionar y mejorar.
Eso me llevó a continuar consolidándome, no obstante, al mismo tiempo el abuso de la pequeñez del toro y de rebajarle la casta y la bravura, condujo a la Fiesta a una muy severa crisis, que muchas veces anuncié en mis “muy severos” comentarios.
Me queda claro que el arte del toreo -siempre lo he dicho porque lo creo- puede retomar la hegemonía que tuvo hasta que se le desvió de su verdad… la casta y la bravura; y sí, puede retomar la grandeza perdida al devolverle la esencia al toro bravo, encastado e íntegro.
Y si a lo anterior se le agrega la indispensable mercadotecnia, las investigaciones de mercado para conocer, de cada plaza, los gustos y preferencia de su clientela; se confeccionarán los carteles más apegados a lo que desea ver su público.
Claro, claro, apoyados, indiscutiblemente, en una muy bien diseñada publicidad.
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Así, se le devolverá la luz y grandeza a tan mágica expresión y provocará convocar a todo ese maravilloso público, que, convencido de lo que ofrece el empresario, volverá a llenar a reventar las plazas de toros.
Con base en las ya varias décadas de ejercicio periodístico, sigo pensando que hablar, escribir, positivamente, debe estar sustentado en la verdad.
El engaño ya hizo mucho daño a nuestra maravillosa Fiesta, el escribir o comentar de un espectáculo inexistente que al final no creyó el gran público, con su ausencia debilitó a la tauromaquia; y por ello, ahora de los estridentes ataques callejeros, han pasado a las demandas jurídicas, por supuestos antitaurinos, que buscan más los intereses ajenos de la Fiesta.
Basado en esto, le digo respetuosa y vehementemente al joven aludido, que… hablar positivamente de la Fiesta, será siempre sinónimo de hablar con la verdad, y más ahora que el internet globalizó todo, y por ello, no acaba un festejo, cuando ya se conoció esa verdad, que el público está ya esperando leer o escuchar de su periodista predilecto.
¡Dígase la verdad… aunque sea motivo de escándalo!
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- Les recordamos que el calendario de los festejos de los TorosenelMundo, lo hallarán aquí en nuestra sección de Calendario
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