En Colmenar Viejo… José Mª Manzanares en hombros

30 agosto 2022 Redacción

Colmenar Viejo (Madrid). Martes 30 de agosto 2022. Plaza de toros La Corredera. Cuarta de abono de la Feria de Nuestra Señora de los Remedios. Dos tercios. Toros de Luis Algarra Polera, mansos, varios con genio -la casta mala- con movilidad segundo, tercero y quinto.

Diego Urdiales: Silencio y ovación;

José María Manzanares: Oreja y oreja;

Daniel Luque: Oreja y palmas.

Detalles:

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del 37º aniversario de la muerte, en esta misma plaza, del diestro José Cubero Yiyo.

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Se dio la cuarta de abono de la Feria de Nuestra Señora de los Remedios en Colmenar Viejo, en una tarde con buena entrada en la que José María Manzanares cayó de pie en su presentación en esta plaza abriendo la Puerta Grande de La Corredera, en el 37 aniversario de la muerte de Yiyo.

Un minuto de silencio en su memoria al comenzar un festejo en el que el alicantino cortó dos orejas, mientras que Daniel Luque mostró su capacidad enfrentándose a un difícil lote de Luis Algarra Polera, del que paseó un trofeo de peso. Completó el cartel Diego Urdiales, que sólo pudo sacar su raza ante un lote que no le dio opciones de lucimiento.

José Mª Manzanares ha salido por la puerta grande, después de dos faenas en donde sus buenas maneras, clase y temple convivieron para beneplácito de los asistentes. A su primero le saludó con cadenciosos lances a la verónica. Con loable mando impuso para conseguir series de inobjetable importancia, que impactaron a la concurrencia. Después de oficiar con la espada, paseó la primera oreja.

Manzanares tenía claro que la puerta grande sería por donde saldría esta tarde de la plaza, y así ocurrió. Más verónicas dibujó en donde ritmo y cadencia convivieron para recortar con una revolear. Se impuso al toro para que no decayera sino fuera a más, y así consiguió estructurar una faena que convenció por la solidez de su arte. Ofició con el acero y cortaría otra oreja, para cumplir su claro objetivo. Puerta grande.

Daniel Luque es una excelente torero al que la madurez ha llevado a convivir lo dionisiaco con lo apolíneo, en faenas que logra cimbrar el espíritu. Bellas en verdad fueron las verónicas con las que saludó a su primero; y tras el tercio de varas un quite por chicuelinas impregnó torerismo en el redondel. Una vez que brindó al público su faena comenzó el prólogo con pases por alto para sumar pases con ambas manos, en donde hicieron la alegoría de bien torera el temple, aguante y mando. Una estocada fue suficiente para hacer claudicar al toro y así recibir una oreja.

Con las complicaciones propias de la mansedumbre salió el cierra plaza. El aguante y mando mencionados impuso el limite al toro para que siguiera los lineamientos impuesto en la faena.Una estocada y escuchó palmas.

El primero de Diego Urdiales, otro manso reticente, con el que apenas y un suspiro de lance apareció con la capa recortados con una bonita media. El toro mostró evidente genio en la muleta y a pesar del loable esfuerzo del torero, no consiguió que el toro se entregase. Silencio.

Diego Urdiales, tuvo segundo ejemplar, con el que vivió similar situación que con su primero, porque resultó manso, con genio que se mostró incierto con la capa anunciando una lidia en la que había que poner todo. Y así lo hizo con base en su poder la muleta obligó al toro a seguirla y así aparecieron pasajes por demás importantes. Ofició bien con el acero y fue ovacionado.

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