En El Puerto de Santa Maria… En hombros Manuel Escribano y Alejandro Morilla (Con Fotos)

05 agosto 2022 Redacción

El Puerto de Santa María, Cádiz. Cuarta de abono. Corrida de toros. Casi un tercio de plaza. Toros de Adolfo Martín y Celestino Cuadri. Con buen lado derecho el noble primero; emotivo y con entrega el segundo; un manso descastado el tercero; bravo, entregado y con mucha clase el extraordinario cuarto, de vuelta al ruedo; codicioso y con empuje el serio quinto; manso y descastado el sexto.

Manuel Escribano: Oreja y dos orejas.

Alejandro Morilla: Oreja y oreja.

Rubén Pinar: Palmas y ovación.

Detalles:

Antonio Ocañas saludó en el segundo, tras un par de banderillas de gran exposición. En el quinto saludó Francisco Javier Ramos. En el sexto saludó Ángel Otero.

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El primero de la tarde procedió de la legendaria Cuadri que salió distraído hasta que Escribano con tranquilidad recogió la embestida enseñándole el camino para acudir. Sólo tomó un puyazo cumplidor. Fue la cuadrilla de Escribano la que colocó banderillas debido a la lesión reciente de la se ha recuperado.

Comenzó evaluando el mejor lado del toro, hallándolo por el lado derecho, de ahí todo comenzó a ir a mejor hasta llegar al lado natural y ahí topó con pared. Nuevamente por el derecho extrajo una espléndida seria y otra de mayor importancia por el lado natural que consiguió explotar la plaza. Ofició con la espada para pasear una oreja.

Baratero, fue su segundo y procedió de la ganadería de Adolfo Martín, que acabó siendo un gran toro. Saludó con verónicas Escribano que resultaron cadenciosas. Acto seguido, en varas, el toro compareció con poder, empujando en el caballo. Alejandro Morilla hizo un quite parsimonioso con verónicas recortadas soberbiamente.

Con la muleta, Escribano, consumó una gran faena en donde las cuestiones de forma convivieron con la solidez del contenido. Los naturales fueron un halago para el buen toreo. Un certero espadazo que fue mortífero de necesidad y dos orejas; mientras que al extraordinario toro, se le concedió el honor de la vuelta al redondel.

Alejandro Morilla se fue a la puerta de toriles para recibir al segundo de la tarde que procedió de la ganadería de Adolfo Martín, incorporado dejó unos cumplidores lances. Hasta en dos ocasiones fue al caballo provocando que la emoción de ver al toro bravo levantara de sus asientos al respetable.

Entusiasmado por el gran toro que tuvo enfrente, Alejandro, se fue a los medios para trazar dos péndulos que ahí quedaron. Lo mejor de la faena fue por el lado derecho. Trazos largos y sentidos. Por el lado natural no hubo esa dimensión. Una entera y una oreja.

En quinto sitio apareció un toro bien presentado de Cuadri, que tuvo casta para acudir al capote y pelear con el caballo. La faena tuvo la pasión y entrega del entusiasta Morilla, al que le hizo una faena pulcra, entendiendo al toro de Cuádriceps. Una estocada entregándose y una oreja le entregó el público.

El tercero para, Rubén Pinar, un toro grandón fue también de Cuadri, que resultó soso y deslucido. Fue con reticencia al caballo, y luego hizo lo propio con la muleta de su sosería, a pesar de que Rubén, hizo todo lo posible por obligarle a acudir. Cortó por lo sano y a esperar a su segundo.

Sí, esperó pero no tuvo la respuesta esperada con el de, Adolfo Martín. Algo dijo con el capote en unos lances cumplidores, y un tercio de varas que poco dijo. La faena fue de intentar pero el toro careció de la casta para moverse y todo se diluyó en las buenas intenciones. Mal con la espada que no fue de efectos rápidos.

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