En Cinco Villas… Imperó la mansedumbre; a pesar de ello, se otorgaron orejas a mansalva
Plaza de toros Cinco Villas. Santiago Cuautlalpan, Texcoco. Corrida de primavera. Domingo 20 de marzo de 2022. Media plaza llena. Se lidió un encierro de Cerro Viejo y un sobrero de la ganadería de Maravillas, en segundo lugar. Más que cómodos de pitones, tuvo menos presencia que el resto, el toro de Maravillas. Como de costumbre, ninguno dio pelea en los caballos. En general dieron un pésimo juego, resultaron mansos y descastados.
Curro Díaz: Oreja y vuelta al ruedo; una oreja en el de regalo.
Diego Sánchez: Oreja y salida al tercio.
Juan Pedro Llaguno: Silencio y oreja.
Detalles:
Se realizó un homenaje al torero jerezano Juan José Padilla, con motivo de su trayectoria como matador.
Una vez finalizado la lidia ordinaria -regalo incluido-, se echó un toro de Maravillas, para el novillero Manuel Perera.
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Buen ambiente se vivió en la finca de Cinco Villas, de forma previa al inicio de la corrida anunciada como de primavera. Más aun, con el buen sabor de boca que había dejado el matador Curro Díaz, el pasado diecinueve de diciembre de dos mil veintiuno, en la misma plaza texcocana.
Y vaya que si había expectación y buen ambiente entre el público asistente, que dejaron pasar por alto el mal comportamiento de los toros; y en su lugar insistieron en otorgar orejas ausentes de peso.
Curro Díaz, con su primero, un toro sin fijeza, que apenas pasaba -es decir-, que iba a la muleta con una lentitud soporífera, sin ninguna pujanza, se fue andándole al toro con dos trincherillas salerosas, para dejar al burel en los medios del ruedo. Ahí pegó una tanda por derecha, y otra más por naturales. Muletazos cortitos y que si bien fueron lucidores no son suficientes para estructurar una faena meritoria. Detalles con la diestra y no más. Cobró una estocada efectiva y que generó un derrame en el toro. La gente no se lo pensó y exigió la primera oreja.
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El segundo del lote de Curro Díaz, resultó un toro noble y con recorrido, que se paró pronto. El torero español inició con una serie por derecha, muy vertical y donde apenas repuso terreno. Repitió la dosis, sin lograr el mismo impacto que en la primera serie. Cambió la muleta a la mano izquierda sin tener éxito en la tanda. Se fue por la espada de matar. Pinchó en dos ocasiones, para posteriormente cobrar media estocada desprendida. La afición de Cinco Villas, más por el gran cariño que le profesa, que por una faena de mérito, le pidió la vuelta al ruedo.
El corrido en séptimo -regalo de Curro Díaz-, resultó ser un toro con bastante menor trapío que los de lidia ordinaria. Toro manso, descastado, que doblaba contrario y huía de la muleta.
Ante lo innecesario del toro de regalo, el matador se limitó a dar escasos pases por derecho, para cobrar una estocada casi entera, caída y tendida. De nueva cuenta el público deja pasar lo realmente acontecido durante la lidia, y decide exigir una oreja que el juez otorga complacido.
Con el primero de su lote (ganadería de Maravillas), Diego Sánchez realizó la faena más destacada y con mayor estructura de la tarde. Le tocó en suerte un toro con nobleza y recorrido. Inició con la mano derecha, con muletazos templados y ligados.
Probó por naturales y el burel rodó por la arena. Volvió a tomar la pañosa con la diestra y logró otra serie, esta vez con mayor contundencia. Siguió la senda derechista, y firmó una nueva tanda, esta vez con menos ligazón y temple. Decidió ir a por la espada, y antes de tirarse a matar, logró una serie más de derechazos. Pinchazo hondo en todo lo alto, suficiente para que el toro doblara. Oreja.
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El segundo del lote del torero hidrocálido resultó un manso, rajado y que doblaba contrario. Pegado a las tablas, Diego logró arrancarle pases por derecha, unos más templados y otros un tanto eléctricos. A base de insistirle al manso ejemplar, logró echarse a la afición a su bolsillo. Después de tres cuartos de espada tendida, y tres descabellos, salió al tercio.
Juan Pedro Llaguno, tercer espada del cartel, enfrentó en primer lugar a otro manso de Cerro Viejo, que además resultó áspero y con genio. Se revolvía en un palmo de terreno y se vencía en mitad del muletazo. Juan Pedro estuvo insistente, sobre todo por el pitón izquierdo. Sin embargo, no logró lucimiento. Después del enésimo pinchazo, cobró una entera en buen sitio. Silencio.
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El último de lidia ordinaria, reiteró el juego dado por los anteriores toros, manso huidizo y que doblaba contario. Sin ninguna oportunidad de lucimiento, Juan Pedro Llaguno insistió hasta lograr algún pase aislado de mérito. Se tiró a matar y dejó una entera trasera. Mató al primer golpe de descabello. Oreja.
Inesperada participación de Perera
Como se mencionó al inicio de la crónica, una vez que los toreros dejaron el ruedo, saltó a la arena un toro de Maravillas para el novillero español, Manuel Perera; cuyo apoderado es el homenajeado Juan José Padilla.
Debido a que no se contó con los picadores y subalternos de las cuadrillas, la brega y pica del burel se improvisó como se pudo, lo que genero un desorden evidente.
El burel resultó manso, rajado y con genio. Perera estuvo insistente y exponiendo valor en la zona de tablas. Quizás por un exceso de meterse en los terrenos del toro, este lo prendió y se lo echó a los lomos, haciendo jirones la ropa de paisano con la que toreó Perera. Se tiró a matar y cobró una estacada perpendicular, delantera y caída. Posteriormente logró una estocada caída. Silencio.
Reflexión
A manera de colofón resulta oportuno reflexionar sobre la fiesta que busca la afición que acude a la plaza de Cinco Villas. En reconocimiento de los propietarios del cortijo, señores Lucero Domínguez y Luis Marco Sirvent, se debe destacar la buena organización, las instalaciones impecables, y la disposición de dar festejos taurinos.
No obstante, si se quiere -y sin lugar a dudas, es posible- tener una plaza donde destaque la bravura y se hable del buen juego dado por el ganado, resulta necesario redireccionar el rumbo y buscar toros que de forma verdadera emocionen a la afición.
Por otra parte, el público que asiste a Cinco Villas también debe recapacitar sobre la postura que toma después de cada faena.
¿Qué tipo de espectáculo pretende la afición?
¿Diversión sin ningún fondo, o una verdadera obra artística que alimente el espíritu?
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