Crónicas

En la Monumental México… Andrés Roca Rey se impone a la adversidad; sale por la Puerta del Encierro

Monumental Plaza de Toros México. Domingo 6 de Febrero, 2022. Quinta de la Temporada del Aniversario 75-76 del mayor coso del mundo -tercera corrida de toros-. Bajó considerablemente la entrada con relación a la de un día anterior, acaso habrán asistido unas 17 mil personas. Se ha lidiado un encierro disparejamente presentado, manso, deslucido y descastado sobretodo quinto y sexto.

Joselito Adame: Silencio tras aviso y oreja.

Andrés Roca Rey: Dos orejas y palmas.

Héctor Gutiérrez, quien confirmó la alternativa: Saludó en el tercio tras aviso y silencio tras dos avisos.

Detalles:

Héctor Gutiérrez confirmó con el toro Encino, número 21, cárdeno claro, con 534 kilos.

Concluido el despeje de cuadrillas se hizo la ceremonia de despedida del picador César Morales, quien pese a su juventud, ha sido una seria lesión en la espalda la que le está impidiendo proseguir..

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La grandeza de un pueblo no se mide por el número, como la grandeza de un hombre no se mide por su estatura: su medida es la cantidad de inteligencia y de virtud que posee. Victor Hugo

  • Advertencia: Siempre es oportuno advertirle tanto a ganaderos como a toreros que esta crónica no es apta para ellos, porque aquí no aparecerán ni los falsos elogios ni las inútiles justificaciones para acomodar todo en una artificiosa ficción y así dañar al arte del toreo. Para ello, existe la prensa corrupta, la que enaltecerá el engaño e intentará convencer a la buena fe de los lectores de lo que no ocurrió en el redondel. Bajo advertencia… no hay engaño.

Cuando se anunciaron los carteles de aniversario de la Monumental Plaza de Toros México, se esperaba que en el día grande, el 5 de Febrero, partiera plaza, Andrés Roca Rey, dado que detenta el título de primera figura del toreo.

¡Vamos!

Por el momento, es la única figura del toreo, porque sólo él llena las plazas en la Europa taurina, así como en Sudamérica, y tenía que consolidar su hegemonía en México.

Andrés Roca Rey llegó a una Fiesta en crisis, llena de miserias y frivolidad. Merced a sus sólidos argumentos volvió a llenar los cosos taurinos…

… sí, primero los llenó de gente y para beneplácito de los empresarios, de dinero.

El gran público no tiene los complejos de aquellos que se anuncian poseedores de la verdad y que sólo transitan sus conversaciones por lugares comunes.

El no haber estado, Roca Rey, el 5 de febrero, ha sido un grave error de su administración y, a pesar de ello, el joven artista del Perú, salió a demostrar la importancia de llamarse Andrés.

El tercero de la tarde de un festejo que ya estaba envuelto en la asfixiante mansedumbre, llevó el nombre de Amanecer pero de eso, de un venturoso amanecer no había nada. Andrés, sereno comenzó con el capote a descifrar la encrucijada que tenía enfrente. La mala elección del ganado por parte de su administración le había llevado ahí, y como siempre, tenía que reencauzar las aguas de la ineptitud hacia buen puerto.

Y así lo hizo, después de haber visto que el torillo se fue al caballo de la querencia, porque su mansedumbre le llevaba a huir, aparecieron unas chicuelinas que combinó con bien logradas tafalleras, lo que mostró de inmediato la luz en medio de la devastadora oscuridad.

El prólogo de su notable concierto, con la tela roja fue contundente. Como una estatua del templo de Zeus, se pasó al toro tan ajustado que no se comprendía por dónde había ocurrido el hecho.

Por supuesto que hizo acto de presencia el estruendoso reconocimiento pero con la admiración implícita. Para ese momento, todos los espíritus de los allí reunidos estaban inmersos en la creación y comenzaron a observar cómo el héroe aplacaba la violencia del astado que acudía rebrincando e intentando puntear el engaño.

Andrés impuso su imperio y el toro, por consecuencia necesaria, obedeció el mandato del poderoso torero. Así, el de La Estancia, prosiguió obedeciendo el dictado del artista para construir la sólida y mágica arquitectura de la creación.

Otra serie con la mano diestra, que tuvo el trazo exacto, pulcro e intenso, y los ¡olés!, se sucedían como el imparable estruendo de las olas del mar, que celebraban la intensa creación del artista. Símbolo estridente de la evidente admiración.

Combinó una dosantina anticipada con un redondo, con tanta armonía que resultaba imposible no celebrarlos. Mientras se elogiaba el hecho, apareció una serie por naturales que fue tan luminosa, sobretodo, uno de ellos, que se hizo percibir inacabable, por la dimensión del trazo, el ritmo implícito, la sólida hondura y la verdad expuesta.

Como afirmó el siempre bien recordado Maestro Pepe Alameda, los naturales de Andrés resultaron naturales en lo sustantivo como en lo adjetivo.

Esa es la parte fundamental en toda creación… la naturalidad del artista, que logra hacer sucumbir a los espíritus por la verdad implícita y la belleza explícita.

El toro se rajó y la sabiduría de Andrés le hizo conducir para culminar su creación al hilo de las tablas en donde apareció una arrucina y muchos no acertaban en comprender cómo pudo pasar el toro. Vino entonces una loable serie con la derecha e intensos detalles dede el sobrio desdén hasta uno de pecho que dijo todo.

La alegoría de Andrés, sí ese misterioso y mágico torero estuvo ahí y dijo todo.

Se perfiló para rubricar. Citó y con el corazón por delante, dejó una entera que hizo claudicar al toro. La gente de inmediato saltó de sus asientos para ordenarle al juez de plaza, conceder dos orejas que abrieron de inmediato la Puerta del Encierro del monumental coso. Sí, fue abierta para el sólido torero, para el luminoso artista, que condujo a través de su creación, a la inimaginable tranquilidad que concede el estado de gracia.

Con su segundo, poco pudo hacer y sólo se puede reconocer el esfuerzo que ahí quedó.

Joselito Adame, dejó dos faenas de esfuerzo, con toros debiluchos y mansescos. Plausible fue su quite por caleserinas tras el inexistente tercio de varas a su primero que se anunció Comino. Inició su faena con molinetes como si estuvieran en oferta, y así dar paso a comparecer a la mano diestra y a la siniestra, en lo que acabó siendo una faena correcta, esforzada e incluso, en momentos, más para las graderías. De pronto alternó ambas manos con la muleta sin espada a velocidad de vértigo.

Con su segundo cortaría una oreja tras faenear a otro manso que apenas pretendió caminar. No peleó en varas y tras este suspiro en caballos, parecieron las zapopinas que hicieron daño a la debilidad manifiesta del astado. Decidió poner banderillas, pero habría sido mejor que hubiera abstenido su buena disposición. Las dejó a toro pasado traseras y caídas.

La faena fue encimista a un toro que no podía ya moverse. Pases que no rebasaron el cuarto de trazo, porque el inválido no podía más. La faena se tornó en anodina, y por ello, al final dejó unas manoletinas rapidillas, con más voluntad que otra cosa. Dejó una entera, trasera y contraria, para que el buenazo de Brawny le obsequiara una oreja.

Del joven, Héctor Gutiérrez, con el mal ganado que tuvo en mala suerte, sólo de puede destacar sus buenas intenciones y querer dar mucho más de lo que sus toros, Encino y Larga vida, pudieron ofrecer. Mostró posibilidades, está en él hacerlas realidad.

Al final, Andrés Roca Rey, fue llevado en hombros por el redondel, después el entusiasta caminar siguió por el largo túnel que va a dar a la puerta de cuadrillas, y así proseguir en un largo peregrinar hasta subir y de esta forma rebasar el umbral de la Puerta del Encierro.

Andrés vino a triunfar y ¡triunfó!

¡Dígase la verdad… Aunque sea motivo de escándalo!

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@PERIODISTAURINO ‏ 

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