Crónicas

En Céret…  La Casta Navarra siembra el pánico, Sanchez Vara da una vuelta al ruedo

Céret (Francia). Sábado 17 de julio 2021. Primera de Feria. Se lidiaron seis toros de Miguel Reta -de Casta Navarra-. Muy serios de presentación, con más de seis años cumplidos salvo el último. Mansos y con mala casta, todos y muy complicados. Condenados a banderillas negras 1°, 3° y 5°. Lleno de “No hay Billetes” en el aforo permitido (65 %).

Sánchez Vara: Ovación con saludos y vuelta al ruedo.

Octavio Chacón: Palmas y silencio.

Miguel Ángel Pacheco: ovación con saludos y ovación con saludos.

Detalles:

Tras el paseíllo, la terna fue obligada a recoger una calurosa ovación por haber aceptado este reto de lidiar una corrida con seis años cumplidos y desde muchísimos años, la primera corrida de la antigua Casta Navarra.

Se demonteraron Javier Cerrato y Alberto Carrero, de la cuadrilla de Octavio Chacón, tras parear el segundo.

Tres toros (1°, 3° y 5°) fueron condenados con las banderillas negras, aunque todos los pares no fueron colocados, los toros no han podidos ser castigados lo suficiente.

Fue aparatosamente cogido el banderillero de la cuadrilla de Miguel Ángel Pacheco, pasó por la enfermería.

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La ADAC (organizadores de la Feria de Céret) tenían desde el año 2019 reseñada esa corrida para la Feria 2020, ya sabemos luego lo que paso. Y con mucha ilusión, presentaron el mismo cartel para esta edición. Pero sobre todo con el permiso de los tres valientes toreros y sus cuadrillas, se pudo echar para adelante este cartel. Ha de reconocer la gran gesta torera de los tres actuantes de aceptar el compromiso de enfrentarse a un lote de seis años cumplidos (salvo el último).

Mucha expectación había levantado este cartel, por la presentación en corrida de toros de las reses de Miguel Reta de Casta Navarra. Pero el lote no respondió a las expectativas deseadas de la aficion torista. Fue una tarde de muchísimo peligro, sembrando el pánico, una corrida de otros tiempos, que sólo los aficionados pueden entender (suerte que no se televisó, ya que el gran público, no la hubiera entendido). En todos los tercios fueron imposibles de lidiar y hasta tres toros fueron de pañuelo rojo. Héroes fueron los tres actuantes que se libraron por milagro de la enfermería.

El que abrió plaza salió, un tanto frio, se vio enseguida que el burel no iba a ser fácil. Muy complicado se le vio en el capote de Sánchez Vara y cuando llegó la cabalgadura fue otro cuento. El toro no quiso caballo, se cambio los terrenos y el varilarguero picó a su querencia, en toril. Tuvo que salir al ruedo el caballo que guardaba la puerta. Pero los dos picadores no pudieron con él. Un manso de solemnidad. Fue condenado a banderillas negras. En la muleta de Sánchez Vara el toro no cambio para bueno, desarrolló mucho peligro, buscando siempre las zapatillas. Tuvo el torero que tirar de oficio para sacar algunos muletazos y de pronto fue a por el estoque de muerte. Mató de un pinchazo y tres cuartos en su sitio de forma habilidosa. Fue justamente ovacionado.

El cuarto, otro toro se seis años cumplidos y con una arboladura espantosa hasta cornivuelto. Sánchez Vara consiguió un par de capotazo con mucha entrega. En varas, fue el único toro que permitió una suerte en unos terrenos más “ordinarios”, viniéndose con violencia en el peto. Derribó el varilarguero, pero canto de pronto su condición de manso. Se le picó en cinco ocasiones. Fue ovacionado el picador. Brindó su faena al público, mostrando su valentía y honradez hacia la afición de Céret. Cuando parecía imposible sacar buen provecho, consiguió por el pitón derecho un par de muletazos con la cara abajo. De pronto el toro se vio podido y ya se puso a la defensiva. Mató de dos pinchazos y media tendida con descabellos. Su valentía y aguante fueron recompensado por una merecida vuelta al redondel.

El segundo salió con una arboladura tremenda, muy abierto de pitones, casi playero. Lo recibió Octavio Chacón andándole para atrás e intentando imponer su dominio. El toro marco muy pronto su querencia en tablas y en el toril. El picador tuvo que ir a por él en los medios y el toro en tablas. Los terrenos de la suerte fueron totalmente al revés en una lidia ordinaria. En banderillas se la jugaron Javier Cerrato y Alberto Carrero clavando pares muy comprometidos, fueron ovacionado por el respetable y tuvieron que saludar. Octavio brindó su trasteo al público, pero toreo con la montera calada. El toro no salió de tablas y el gaditano tuvo que plantearse la faena en ese terreno con la mansedumbre de su oponente. Se vivieron muchos momentos de peligro y mucha firmeza de Chacón que estuvo muy valiente. Como en los tiempos del siglo XIX, la faena fue escasa, ya que no permitió ningún pase el astado navarro. Mató de un metisaca y una entera con entrega. Recibió palmas.

Como si fuera poco, el quinto fue otro ejemplar muy serio, pero con la mala casta y mansedumbre. Un tercio de varas en el que Octavio Chacón pidió que estén los dos picadores en el ruedo para encelar al toro en su querencia. Gran labor del picador Manuel Jesús Ruiz Román Espartaco frente a un toro que ya no quería pelea. ¡Otro toro condenado a banderillas negras y ya llevamos tres! Un tercio muy complicados en donde tuvieron que clavar los arpones de uno en uno. Octavio Chacón brindó su trasteo a sus compañeros de cartel, seguramente por el esfuerzo que ambos han hecho de ponerse al frente. Se impuso el gaditano con mucha valentía y oficio, pero poco pudo sacar de este ejemplar navarro de muchísimo peligro. Es que no pasa el toro, siempre buscando las zapatillas. Mató de un pinchazo y una estocada entera baja de efecto fulminante. Fue silenciado.

El tercer colorado de Miguel Reta fue recibido con dos lances capoteros que jalearon el público. Otro cuento de mansedumbre con los caballos. Otro tercio en el cual tuvieron que salir los dos picadores, pero el toro jugando de oca a oca. Pañuelo rojo en el palco presidencial. A pesar el toro no fue castigado ni en varas ni en banderillas ya que los tres pares no pudieron ser colocados. En el último tercio, fue imposible su lidia, siempre reponiendo con mucho peligro evidente. Se fue Pacheco a por el estoque de muerte y tras un pinchazo, dejó una entera hasta la bola, pero tendida. Fue ovacionado.

Con el cierra plaza, el único cinqueño del encierro y de igual presencia en su imponente trapío. Tomó tras varas saliendo huyendo en cada una de ellas. Miguel Ángel brindó su labor muletera al respetable. De pronto el burel se puso a la defensiva, reponiendo siempre hasta llegar a coger el gaditano de fea y aparatosa manera de la cual, milagrosamente, salió ileso. Ya no era posible cualquier intento de lidia, por lo que se fue a por el estoque de muerte, dejando una hábil estocada entera rematada con dos descabellos. Fue ovacionado.

No sé que pensara el pastor de los encierros de Pamplona, Miquel Reta, pero por mí, pocas esperanzas de recuperar esa sangre tan antigua como la Casta Navarra para lidiar regularmente en corridas de toros. Todo un experimento por parte de la ADAC como nos suele acostumbra y que no ha dejado indiferente a nadie, pero si, muchísimo miedo.

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@PhilippeGilMir

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